La palabra ‘mayday’, en el lenguaje de la aviación, antecede a una llamada de auxilio en situaciones de emergencia. En otras palabras, la situación es crítica y se necesita ayuda inmediata. Así, el fabricante aeronáutico Boeing vive horas difíciles luego de dar a conocer los resultados de su último ejercicio fiscal.
En 2023, Boeing redujo sus pérdidas un 55 % interanual, hasta los US$2,222 millones. La multinacional, que tiene su cuartel general en Seattle Washington, encadena cinco años con pérdidas:
Respecto a la facturación anual, Boeing indicó que tuvo una facturación anual acumulada de U$77,794 millones, casi un 17 % más que en 2022.
Los ingresos entre octubre y diciembre fueron de US$22,018 millones, un 10 % más que en el mismo periodo del año anterior.
Dave Calhoun, presidente y director ejecutivo de Boeing, se mostró cauto y enfatizó que su principal objetivo en este momento es «tomar medidas exhaustivas para mejorar la calidad» en la empresa.
«De ahora en adelante, apoyaremos a nuestros clientes, colaboraremos de manera transparente con nuestro regulador y nos aseguraremos de cumplir con todas las medidas para ganarnos la confianza de nuestra gente», explicó el directivo.
Ante el reciente incidente con uno de los modelos 737 MAX 9, la empresa detalló su trabajo junto a las autoridades estadounidenses para investigar el incidente y señaló que ha ordenado inspecciones adicionales en su fábrica.
También ha nombrado a un «experto externo» para evaluar el proceso de control de calidad de la división de aeronaves comerciales de la compañía.
Boeing está produciendo cada mes 38 de sus aviones 737 y cinco de sus 787.
En el cuarto trimestre, el más seguido por los analistas de Wall Street, la compañía tuvo unas pérdidas de US$23 millones, lo que supone una reducción del 96 % frente a las del mismo tramo de 2022.
Los resultados tuvieron una buena acogida en la Bolsa y las acciones de Boeing subían más de un 2 % en las operaciones electrónicas previas a la apertura de Wall Street de este miércoles.
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Previo a los incidentes, la empresa tuvo que hacerle frente a la crisis económica derivada de la pandemia, que la llevó a perder en 2020, la cantidad de US$11,873 millones.
Por otro lado, la crisis de los aviones 737 MAX tras el incidente con el vuelo 302 de Ethiopian Airlines en 2019, hizo que estos modelos quedaran confinados a tierra durante el transcurso de las investigaciones. Tras varias rectificaciones, en 2019 se reanudaron las ventas de estas aeronaves y en 2020, el 737 MAX volvió a surcar los cielos.
Sin embargo, el 6 de enero de este año, el desprendimiento de un panel de la cabina y la despresurización de un vuelo de Alaska Airlines con el modelo 737 MAX 9, todos los aviones de la compañía salieron de servicio.
Finalmente, el 26 de enero, la aerolínea retomó los vuelos de su modelo 737 MAX 9 luego de que los técnicos de la empresa completaran las inspecciones finales.
Gabriel Rico Albarrán, con información de EFE
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