Las remesas enviadas a República Dominicana han tenido un notable incremento en 2024. Durante los primeros diez meses del año, el flujo de remesas alcanzó los US $ 8,911.7 millones, un aumento significativo de US $487.5 millones o un 5.8 % en comparación con el mismo período del año anterior. En octubre, en particular, el país recibió US $913 millones en remesas, lo que representa un aumento del 10.4 % respecto a octubre de 2023. Este crecimiento se alinea con las proyecciones del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), que espera que las remesas superen los US $10,500 millones al cierre del año.
Las remesas son uno de los principales pilares de la economía dominicana. Estos ingresos enviados por la diáspora dominicana no solo apoyan a miles de familias en el país, sino que también tienen un efecto multiplicador en el consumo, la inversión y la actividad económica en general. Gran parte de las remesas se utiliza en gastos de primera necesidad, lo cual impulsa el consumo interno y genera demanda en sectores como el comercio, los servicios y la construcción. Este fenómeno también fortalece la economía en áreas rurales y en sectores donde la pobreza es más prevalente, haciendo que las remesas actúen como un importante motor de desarrollo.
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El incremento de las remesas en octubre ha sido recibido con optimismo, especialmente porque ayuda a mitigar los efectos de la inflación y de la desaceleración económica global. Las familias que reciben estos fondos suelen destinarlos a mejorar su calidad de vida, con gastos en educación, vivienda y salud, y una parte significativa se destina al ahorro o a inversiones pequeñas que impulsan la economía local. Por ello, las remesas no solo representan un alivio económico inmediato, sino también una fuente de estabilidad financiera para muchas familias dominicanas.
El crecimiento en las remesas está fuertemente relacionado con el desempeño económico de Estados Unidos, país de residencia de la mayor parte de la diáspora dominicana. De acuerdo con datos del BCRD, el 82.2 % de los flujos de remesas que llegaron a República Dominicana en octubre provinieron de Estados Unidos, lo que representa un total de US $694.5 millones.
Uno de los factores claves en este aumento fue la estabilidad del empleo en Estados Unidos, que mantuvo una tasa de desempleo de 4.1 % en octubre. Además, se generaron 12,000 nuevos empleos en el país norteamericano, lo que ayudó a la estabilidad de ingresos de la comunidad dominicana allí. Otro indicador relevante es el índice de gestores de compras (PMI) no manufacturero, que mide la actividad del sector de servicios en Estados Unidos y registró un valor de 56.0 en octubre, superando los 54.9 de septiembre. Esta expansión del sector servicios, donde trabaja gran parte de la diáspora dominicana, contribuyó a que muchos dominicanos en Estados Unidos tuvieran una mayor capacidad de enviar remesas a sus familiares.
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Aunque Estados Unidos sigue siendo la principal fuente de remesas, otros países también aportan de manera significativa. España, por ejemplo, envió US$53.3 millones en remesas a República Dominicana en octubre, representando el 6.3 % del total de envíos. La presencia de una gran comunidad dominicana en España, junto con el crecimiento gradual de su economía, han permitido que este país siga siendo el segundo en volumen de remesas enviadas a República Dominicana. La estabilidad en el empleo y los programas de apoyo a inmigrantes en España han facilitado que los dominicanos puedan seguir apoyando a sus familiares en su país de origen.
Otros países también han sido parte de esta tendencia. Haití e Italia contribuyeron con el 1.4 % y el 1.2 % de las remesas, respectivamente, y naciones como Suiza, Canadá y Panamá también se incluyen entre las fuentes de estos envíos. La creciente infraestructura de canales formales de envío de remesas facilita transferencias más rápidas y seguras, lo que incentiva a los migrantes dominicanos a utilizar estos medios para enviar dinero a sus familiares en lugar de recurrir a métodos informales.
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Las remesas han jugado un rol crucial en la estabilidad del tipo de cambio en República Dominicana, ya que el ingreso constante de divisas contribuye a mitigar la presión sobre la moneda nacional. En octubre de 2024, la moneda dominicana experimentó una devaluación de solo 3.3 % en comparación con el cierre de 2023, lo cual se considera moderado dada la volatilidad de los mercados internacionales. Este flujo constante de divisas, junto con otros ingresos por turismo, exportaciones de zonas francas e inversión extranjera directa (IED), ha sido clave para evitar fluctuaciones bruscas en el valor de la moneda.
El Banco Central ha implementado medidas para garantizar un ambiente de estabilidad cambiaria, que ha sido respaldado por la recepción de remesas y otros ingresos externos. Gracias a estos ingresos, el país ha mantenido un nivel adecuado de reservas internacionales. Al cierre de octubre de 2024, estas reservas alcanzaron los US $13,551.9 millones, lo que representa aproximadamente 5.1 meses de importaciones y un 10.9 % del PIB. Este nivel está por encima de los umbrales recomendados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), proporcionando una base sólida para enfrentar posibles desafíos económicos futuros.
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El Banco Central de la República Dominicana proyecta que el flujo de remesas podría alcanzar los US $10,500 millones para fines de 2024. Esta cifra resalta la importancia de las remesas no solo para las familias receptoras, sino también para la economía en general. Además, se espera que los ingresos por turismo, otro sector clave, alcancen también los US $10,500 millones, generando un flujo total de divisas superior a los US $43,000 millones al cierre del año. Estos ingresos contribuirán a mantener la estabilidad de la moneda y apoyarán la inversión y el consumo en el país.
Por otro lado, el Banco Central también anticipa que la inversión extranjera directa (IED) superará los US $4,500 millones y que las exportaciones de zonas francas alcanzarán niveles récord de más de US $8,500 millones. Este panorama positivo crea expectativas de crecimiento y estabilidad, lo que genera confianza tanto en los sectores productivos como en los consumidores.
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