Marco Rubio, el halcón que quiere dominar la política exterior de Trump en LATAM - Revista Mercado
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Marco Rubio, el halcón que quiere dominar la política exterior de Trump en LATAM

Por | febrero 4, 2025

El nombramiento de Marco Rubio como secretario de Estado de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump representó un cambio clave en la política exterior del país, especialmente en su enfoque hacia América Latina.

Rubio, senador de origen cubano-estadounidense y reconocido por su firme postura anticomunista, asumió el cargo con el objetivo de redefinir las relaciones de Washington con la región. Como parte de su estrategia, emprendió su primera gira internacional en América Latina, algo que no ocurría con un secretario de Estado estadounidense en más de un siglo.

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Su recorrido incluyó visitas a Panamá, El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana, reflejando las prioridades de la administración Trump: contrarrestar la creciente influencia de China, fortalecer la seguridad regional y abordar los desafíos migratorios.

Una trayectoria moldeada por el anticomunismo

Marco Rubio no es un político convencional. Criado en Miami entre exiliados cubanos que huyeron de la revolución de Fidel Castro, desarrolló desde joven una profunda aversión hacia el comunismo.

Rubio, el primer secretario de Estado de origen latino, tiene una conexión personal y política con la región que lo distingue de sus predecesores.

 

Esta ideología se convirtió en un pilar central de su carrera política y ahora, como jefe de la diplomacia estadounidense, la utiliza como base para reorientar la política exterior de Estados Unidos en América Latina.

Rubio es el primer secretario de Estado de origen latino, lo que le otorga una conexión personal y política con la región que lo distingue de sus predecesores.

Su experiencia en el Comité Selecto de Inteligencia del Senado y en el Comité de Relaciones Exteriores le ha permitido construir una red de contactos y una influencia significativa en la región.

Estas credenciales lo posicionan como una figura clave para impulsar una agenda alineada con los intereses estadounidenses, aunque su enfoque de línea dura podría generar tensiones con algunos aliados tradicionales.

Relación con Trump: De rival a aliado estratégico

Aunque Rubio compitió contra Donald Trump en las primarias republicanas de 2016, su relación con el expresidente ha evolucionado significativamente. Tras abandonar la contienda, Rubio se alineó con Trump y se convirtió en uno de sus aliados más leales en el Senado.

Su designación como secretario de Estado fue vista como un gesto hacia los votantes hispanos, un grupo clave en la coalición electoral de Trump.

Desde que Rubio compitió contra Donald Trump en las primarias republicanas de 2016, su relación con el expresidente ha evolucionado significativamente.

Sin embargo, la relación no está exenta de tensiones. Mientras Trump ha adoptado un enfoque más aislacionista en política exterior, Rubio es conocido por su perfil de «halcón» y su preferencia por una postura más intervencionista.

A pesar de estas diferencias, Rubio ha logrado consolidarse como una figura central en la administración, gracias a su experiencia y su capacidad para navegar en el complejo panorama político de América Latina.

América Latina: De la irrelevancia a la prioridad

Durante décadas, América Latina ocupó un lugar secundario en la agenda de política exterior de Estados Unidos, especialmente después del fin de la Guerra Fría. Sin embargo, el ascenso de actores globales como China, Rusia e Irán en la región ha llevado a Washington a reconsiderar su enfoque.

Rubio, con su postura de línea dura en materia de seguridad nacional, podría devolver a América Latina al centro de la política exterior estadounidense.

No obstante, su reputación como halcón y su apoyo a políticas controvertidas, como la deportación masiva de inmigrantes y su retórica polarizante, podrían alienar a algunos aliados regionales.

Christopher Sabatini, investigador de Chatham House en Londres, argumenta que «los reflejos de Rubio están firmemente centrados en la región», lo que sugiere que los gobiernos latinoamericanos tendrán que ser más cooperativos si desean mantener una relación cercana con Washington.

Aliados y adversarios en la región

Rubio ha cultivado relaciones con líderes afines a su ideología, como el presidente argentino Javier Milei, cuyo estilo combativo y transformación de personalidad televisiva a líder de extrema derecha han sido comparados con los de Trump.

También ha elogiado al presidente salvadoreño Nayib Bukele por su ofensiva contra las pandillas, a pesar de las críticas internacionales por su enfoque autoritario.

Por otro lado, Uno de los principales focos de Rubio será México, donde temas como el comercio, el narcotráfico y la migración dominarán la agenda. Aunque en el pasado apoyó reformas bipartidistas para regularizar a los inmigrantes indocumentados, Rubio se ha alineado con las políticas de Trump, abogando por una mayor seguridad fronteriza y deportaciones masivas.

Su relación con la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum aún está por definirse, pero no ha dudado en criticar a su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, a quien acusó de ser un «apologista de la tiranía» en Cuba, Venezuela y Nicaragua. Estas tensiones podrían complicar las relaciones bilaterales, especialmente si Rubio mantiene su postura confrontacional.

Venezuela: El epicentro de la política de Rubio

Venezuela ha sido un punto focal en la carrera política de Rubio. Desde los primeros días de la administración Trump, el senador de Florida jugó un papel clave en la imposición de sanciones petroleras contra el gobierno de Nicolás Maduro y en el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino en 2019. Sin embargo, estas medidas no lograron desalojar a Maduro del poder y, en cambio, abrieron la puerta a una mayor influencia de Rusia, China e Irán en el país sudamericano.

Asimismo, Rubio no ha dudado en atacar a líderes de izquierda en la región, como el presidente chileno Gabriel Boric y el colombiano Gustavo Petro, a quienes ha acusado de ser «antiestadounidenses» y de socavar los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos. Esta polarización podría complicar las relaciones bilaterales y generar tensiones en una región ya dividida.

Un nuevo enfoque para América Latina

En ese contexto, el nombramiento de Rubio como secretario de Estado no solo refleja la importancia estratégica de América Latina para la administración Trump, sino que también marca un regreso a una política exterior más intervencionista en la región.

Rubio, con su profundo conocimiento de América Latina y su red de contactos, está bien posicionado para impulsar una agenda que priorice los intereses estadounidenses, incluso si eso significa alienar a algunos aliados tradicionales.

 

Como parte de su estrategia, Rubió emprendió su primera gira internacional en América Latina, algo que no ocurría con un secretario de Estado estadounidense en más de un siglo.

La gira de Rubio: Reuniones clave y agendas estratégicas

La gira de Rubio por América Latina, que incluyó visitas a Panamá, El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana, fue un esfuerzo por reafirmar la presencia de Estados Unidos en la región.

Cada parada tuvo un enfoque específico, reflejando las prioridades de la administración Trump.

Panamá: Un aliado clave en la geopolítica hemisférica

En Panamá, Rubio se reunió con el presidente José Raúl Mulino para discutir la importancia estratégica del Canal de Panamá y la necesidad de contrarrestar la influencia de China en la región.

Uno de los aspectos más sensibles de la relación entre Panamá y Estados Unidos ha sido la presencia de empresas chinas cerca del Canal de Panamá.

Panamá, que había sido parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China, decidió abandonar el proyecto durante la visita de Rubio, lo que fue interpretado como una victoria diplomática para Washington. Rubio calificó esta medida como un «gran paso adelante» para las relaciones bilaterales.

El Salvador: Un acuerdo migratorio «extraordinario»

En El Salvador, Rubio se reunió con el presidente Nayib Bukele para discutir un acuerdo migratorio que permitiría a Estados Unidos deportar a personas de cualquier nacionalidad, incluyendo criminales violentos, a territorio salvadoreño.

En la reunión acordaron que El Salvador acepte «la deportación de extranjeros ilegales en Estados Unidos que sean criminales de cualquier nacionalidad, ya sean del M-13 o del Tren de Aragua, y alojarlos en sus cárceles».

Pero Rubio también sorprendió al explicar que Bukele incluso se ofreció a «albergar en sus cárceles a criminales estadounidenses peligrosos» que estén presos en el país norteamericano, tanto los que tienen ciudadanía como los que tienen residencia legal en Estados Unidos.

Este acuerdo, descrito por Rubio como «el más extraordinario en cualquier parte del mundo», refleja la creciente alineación entre ambos gobiernos en temas de seguridad y migración.

Por su parte, Estados Unidos se ha comprometido a ayudar a El Salvador en el desarrollo de energía nuclear, luego de que ambos gobiernos firmaran un Memorándum de Entendimiento sobre la Cooperación Nuclear Civil Estratégica (NCMOU, por sus siglas en inglés).

Costa Rica: Migración y seguridad regional

En Costa Rica, Rubio se reunió con el canciller Arnoldo André para abordar temas como la migración, la seguridad regional y la creciente influencia de China y Rusia en Centroamérica.

El canciller Arnoldo André recibió al Secretario de Estado de los Estados Unidos.

Costa Rica, un aliado histórico de Washington, representa un punto clave en la estrategia de Rubio para fortalecer la cooperación bilateral y abordar desafíos compartidos, especialmente en un contexto marcado por la crisis política en Nicaragua.

Guatemala: Migración y narcotráfico

En Guatemala, Rubio se reunió con el presidente Alejandro Giammattei para discutir temas como la migración irregular y el combate al narcotráfico. Guatemala, un país clave en la ruta migratoria hacia Estados Unidos, ha sido un socio estratégico en la contención de flujos migratorios y el combate al tráfico de drogas.

Rubio buscó fortalecer los mecanismos de control migratorio y colaborar con Guatemala para abordar las causas profundas de la migración.

República Dominicana: Fortaleciendo lazos estratégicos en el Caribe

El cierre de la gira de Rubio en República Dominicana subraya la importancia de nuestro país como aliado clave para Washington. Las conversaciones que tendrá con el presidente Luis Abinader se centrarán principalmente en la crisis haitiana, la cooperación en seguridad y el fortalecimiento de los lazos económicos.

La inestabilidad en Haití ha generado un flujo migratorio significativo hacia República Dominicana, un tema que ha sido motivo de preocupación tanto para Santo Domingo como para Washington.

Además, Rubio ha destacado que la cooperación entre ambos países en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado como objetivo de fortalecer la seguridad en la región.

En ese contexto, Estados Unidos ha colaborado estrechamente con las autoridades dominicanas en la interdicción de drogas y el desmantelamiento de redes criminales, y Rubio reafirmó el compromiso de continuar con esta asistencia.

El comercio bilateral también ocupará un lugar destacado en las conversaciones. República Dominicana es un socio clave dentro del DR-CAFTA, y Rubio ha enfatizado la necesidad de fortalecer la inversión estadounidense en el país para reducir la dependencia económica de China.

Se explorarán oportunidades para ampliar la cooperación en sectores estratégicos, como la infraestructura y la tecnología.

El presidente Abinader también discutirá con el secretario de Estado la suspensión de la ayuda exterior financiada por el gobierno federal estadounidense (45 millones de dólares), ya que esta está afectando varios programas de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) que se llevan a cabo en el país.

Por último, Rubio se abordará el tema de la gobernabilidad y el respeto a los derechos humanos, con la finalidad de la de fortalecer las instituciones democráticas en la región.

En ese sentido, el papel de República Dominicana como un ejemplo de estabilidad en el Caribe es clave para continuar el respaldo de Estados Unidos a los esfuerzos del gobierno dominicano por mejorar la transparencia y la lucha contra la corrupción.

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