La producción de café enfrenta una creciente amenaza debido al cambio climático, un fenómeno que está alterando el equilibrio tradicional de oferta y demanda en el mercado mundial. Las variaciones en los patrones climáticos han afectado a países productores clave, incrementando los precios del grano y poniendo en riesgo la estabilidad de la industria. A continuación, exploramos cómo este fenómeno está afectando la caficultura global y las estrategias que se están implementando para mitigar sus efectos.
El gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC), Germán Bahamón, destaca a EFE que el cambio climático está comprometiendo el «equilibrio perfecto» que históricamente ha existido entre la oferta y la demanda de café. El mercado global de café ha mantenido durante años una producción anual cercana a los 170 millones de sacos, satisfaciendo las crecientes demandas del consumo mundial, que sigue aumentando a un ritmo de 2% anual. Sin embargo, en los últimos años, este equilibrio ha comenzado a desmoronarse debido a un déficit en la oferta que no logra cubrir la demanda creciente.
Accede a las historias más relevantes de negocios, bienestar y tecnología. Entérate de nuestros rankings y eventos exclusivos. Suscríbete y recibe en tu correo el mejor contenido de Mercado.
A pesar de que los grandes productores de café como Brasil y Vietnam continúan siendo pilares fundamentales en el suministro global, las alteraciones climáticas están afectando sus cosechas. En particular, los patrones climáticos erráticos están causando fluctuaciones en la producción de estos países, lo que genera incertidumbre en el mercado. Las previsiones para el calendario 2025 indican que las cosechas de café de estos gigantes productores seguirán enfrentando desafíos debido al clima impredecible.
El impacto directo del cambio climático en la producción de café se refleja en los precios del grano, que han alcanzado niveles récord. En lo que va del 2024, el precio del café ha superado los cuatro dólares por libra en la Bolsa de Nueva York, un valor nunca antes alcanzado. Este aumento en los precios ha generado nerviosismo entre los tostadores y los agentes comerciales, quienes prefieren asegurar su café lo antes posible, lo que contribuye a la volatilidad de los precios.
Aunque los precios altos pueden parecer una bonanza para los productores, la realidad es que el mercado no se encuentra en una situación de bonanza estable. Bahamón señala que, aunque 2023 fue un año difícil para los caficultores colombianos, 2024 ofreció cierta recuperación. Sin embargo, aún se necesita cautela, ya que las condiciones climáticas pueden cambiar en cualquier momento y afectar la producción en los próximos años.
Te puede interesar: Razones por las que el café alcanzó su precio más alto en 50 años
Colombia, el tercer productor mundial de café, ha experimentado de manera notable los efectos del cambio climático. En 2023, el país vio un crecimiento del 23% en su producción, alcanzando los 13,9 millones de sacos, y en los últimos 12 meses hasta febrero de 2024, la producción se incrementó a 14,8 millones de sacos. Sin embargo, el fenómeno de El Niño generó estrés hídrico en algunas regiones cafeteras, lo que afectó la producción. Afortunadamente, las lluvias llegaron a finales de febrero y principios de marzo, lo que permitió una recuperación parcial. A pesar de este alivio, Bahamón advierte que no se espera una cosecha igual de productiva en 2024 debido a las lluvias irregulares y la falta de luminosidad en algunas regiones cafeteras.
Las plantas de café requieren condiciones climáticas estables, y el cambio climático ha alterado este patrón, lo que hace más difícil predecir los resultados de cada cosecha. La falta de previsibilidad en las condiciones meteorológicas afecta directamente la florescencia, el proceso en el que las plantas de café florecen y se preparan para producir los granos.
Ante estos desafíos, la FNC ha implementado varias iniciativas para fortalecer la resiliencia de la caficultura ante el cambio climático. Una de las principales acciones ha sido la inversión en investigación y desarrollo a través de su Centro Nacional de Investigaciones de Café (Cenicafé). Este centro trabaja en el desarrollo de variedades de café resistentes a las plagas y adaptadas a los nuevos pisos térmicos, es decir, a las nuevas condiciones climáticas que están afectando las zonas productoras.
Una de las estrategias más destacadas es el desplazamiento de los cultivos a altitudes más altas, ya que el cambio climático ha alterado las condiciones en las altitudes tradicionales donde se cultivaba el café. En Colombia, los caficultores ahora están cultivando café a mayores altitudes para adaptarse a las nuevas temperaturas y patrones climáticos. Cenicafé está implementando plantaciones de prueba para determinar qué variedades de café pueden prosperar en estas nuevas condiciones.
Te puede interesar: El verdadero motivo detrás del alza del café (y no es Trump)
A pesar de los desafíos, el café sigue siendo un producto clave en la economía de muchos países, especialmente en Colombia. En 2023, la producción de café en Colombia creció un 33%, mientras que la economía en general solo creció un 1,7%. Esto subraya la importancia del café no solo como un producto agrícola, sino también como un motor económico. Con más de 560,000 familias involucradas en la producción de café en Colombia, el grano forma parte del ADN económico y cultural del país.
La caficultura en Colombia es crucial no solo para el país, sino también para la economía global. El café colombiano sigue siendo uno de los productos más exportados y es una fuente vital de empleo e ingresos para miles de familias rurales. Sin embargo, si las condiciones climáticas continúan cambiando, la sostenibilidad de esta industria estará en riesgo.
Te puede interesar: Cafeterías exclusivas: Las marcas de lujo que conquistan tu paladar
Suscríbete a la revista y regístrate a nuestros newsletters para recibir el mejor contenido en tu buzón de entrada.