El género no debería ser importante, pero aparentemente si lo es. Esto según los datos de una investigación realizada por Harvard y que afirma esta teoría. Le pidieron a las personas encuestadas que calificaran la efectividad general de cada líder y que también juzgaran cuán fuerte es él o ella en las 16 competencias que sus 30 años de investigación muestran que son más importantes para la efectividad general del liderazgo.
Preguntaron, por ejemplo, qué tan bueno es un líder para tomar la iniciativa, desarrollar a otros, inspirar, motivar, y perseguir su propio desarrollo. Dicha encuesta realizada en el años 2012 a un total de 7.280 líderes, confirma algunas verdades aparentemente eternas sobre los hombres y mujeres líderes en el lugar de trabajo, pero también tiene algunas sorpresas. El conjunto de datos fue generado por líderes de algunas de las organizaciones más exitosas y progresistas del mundo, tanto públicas como privadas, gubernamentales y comerciales, nacionales e internacionales.
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De acuerdo con los datos arrojados, las mujeres analizadas fueron percibidas como igualmente efectivas que los hombres para el trabajo. De hecho, estadísticamente las mujeres alcanzaron niveles de calificación significativamente mayores en la gran mayoría de las habilidades de liderazgo medidas. Recientemente se actualizó dicha investigación y se obtuvieron hallazgos similares: las mujeres en posiciones de liderazgo son percibidas con un nivel de competencia tan alto como el de sus contrapartes masculinas o incluso mayor. Sin embargo, el porcentaje de mujeres en roles de liderazgo de alto nivel dentro de las empresas se ha mantenido estable desde que se realizó la investigación original.
Solo el 4.9% de los CEOs de la lista S&P 500 son mujeres y esos números están declinando globalmente. Las investigaciones han mostrado que el sesgo inconsciente tiene un rol significativo de las decisiones de ascensos y contrataciones, lo que contribuye a un menor numero de mujeres en posiciones clave. Los datos actuales presentan convincentes evidencias de que este sesgo es incorrecto e injustificado. Las mujeres son percibidas por sus jefes –particularmente cuando estos jefes son varones– como ligeramente más efectivas que los hombres en todos los niveles jerárquicos y en virtualmente todas las áreas funcionales de la organización. Esto incluye los bastiones tradicionalmente masculinos de las tecnologías de la información, las operaciones y el área legal.
Los datos muestran que cuando a las mujeres se les pide evaluarse a sí mismas, no son tan generosas en sus calificaciones. Cuando comparamos las calificaciones de confianza de hombres y mujeres, sean mucho más competentes de lo que creen, mientras que los líderes varones se confían en exceso y asumen ser más competentes de lo que en realidad son. A la edad de 40 años, las calificaciones de confianza se equiparan. Conforme las personas envejecen generalmente incrementan su confianza; después de los 60 años vemos que la confianza de los hombres declina, mientras que la de las mujeres se incrementa.
Estos hallazgos concuerdan con otras investigaciones que muestran que las mujeres tienden menos a solicitar un empleo salvo cuando tienen la confianza de que cumplen la mayoría de las cualificaciones enlistadas. Vemos una tendencia similar en las percepciones de las mujeres respecto a la efectividad general de su liderazgo, ya que sus calificaciones se elevan mientras envejecen. Este dato es de un estudio que incluye 40,184 hombres y 22,600 mujeres y mide la calificación general.
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