El actual modelo productivo del sector textil el fast fashion o moda rápida, definida por grandes producciones, precios bajos y alta rotación de colecciones, tiene un alto impacto en el medio ambiente. Todo esto la convierte en insostenible desde una perspectiva ambiental y social. La conciencia por la problemática ambiental está creciendo a pasos agigantados y obliga al sector a adaptarse a los nuevos requerimientos del consumidor cada vez más involucrado en cuidar su entorno y respetar los recursos globales.
En este contexto surge el concepto de moda sostenible, que lucha por revolucionar el sector y revertir los efectos medioambientales y sociales que ha generado.
La moda sostenible es concebida como una nueva filosofía de diseño y de producción textil cuyo objetivo es crear un nuevo modelo de producción basado en la sostenibilidad y la responsabilidad social, es así como alienta la fabricación de ropa teniendo como prioridades la disminución del impacto ambiental en toda la cadena de producción, fomenta el uso de materiales más ecológicos o con menor impacto y reduciendo la contaminación medioambiental y la huella de carbono de los productos.
Y si esto fuera poco, además, contribuye a crear un comercio socialmente más justo, apostando por mejores condiciones económicas y laborales de los trabajadores.
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La tendencia es fuerte al punto que cada vez más marcas de ropa están apostando por una moda sostenible, gracias al impulso de una sociedad cada vez más concienciada en la necesidad de cuidar el medio ambiente.
El impacto general se percibe cuando, solo para fabricar unos ‘jeans’, se utilizan cientos de litros de agua y agentes químicos. A lo largo del proceso productivo de la industria textil se generan impactos ambientales diversos y todos los eslabones de la cadena productiva tienen su huella ecológica e impactos ambientales de consideración.
Pero no todos los procesos y materiales utilizados a lo largo de toda la cadena de producción tienen los mismos niveles de impacto para el medio ambiente.
Por eso, el primer paso para implantar este nuevo concepto de moda sostenible debe ser el de realizar un análisis del ciclo de vida de los productos, y así determinar cuáles son las fases con mayor impacto negativo sobre el ecosistema y definir acciones sostenibles sobre aquellos elementos con mayor carga contaminante.
A lo largo del ciclo de vida de un producto textil entran en juego múltiples etapas, que van desde la extracción de las materias primas que se utilizan pasando por las diferentes etapas para la fabricación y acabado del producto textil, hasta la gestión final de los residuos generados, la distribución de las prendas, y también el final de vida del producto, que en la mayoría de los casos se gestiona como un residuo sin ningún tipo de reciclado o reutilización.
Todos estas fases conforman el ciclo de vida de cada prenda y, por eso, analizar desde un punto de vista ambiental cada una de estas etapas es vital y el punto de partida necesario para implantar un modelo basado en la moda sostenible.
La industria textil tiene una gran oportunidad con la moda sostenible para evolucionar y adaptarse a un patrón de consumo en el que cada vez el consumidor es más exigente con las marcas y el cuidado del medio ambiente que generan.
Para ello la industria textil debe sustituir el modelo de producción lineal, (basado en el fast fashion), por un nuevo modelo de economía circular basado en la moda sostenible, cuya piedra angular es la optimización de los recursos y la eficiencia en toda la cadena de producción aumentando la competitividad y disminuyendo el impacto ambiental.
La moda sostenible se presenta como una gran alternativa para el mercado textil, pues implica una mejora de todas las fases a lo largo del ciclo de vida del producto, desde la producción de materia prima, pasando por el diseño, la fabricación, el transporte, el almacenamiento, la comercialización y la venta y uso final.
El objetivo de la implantación de este modelo de la industria textil basado en la moda sostenible debe ser reducir al mínimo cualquier impacto medioambiental durante el ciclo de vida del producto.
El consumidor también tiene mucho que decir en la implantación de un nuevo modelo de industria textil basado en el concepto de moda sostenible al definir patrones de consumo que pueden ayudar a que la moda sostenible sea además, sustentable.
Reducir el consumo, consumir menos y consumir prendas que utilicen materiales textiles más sostenibles. Seleccionar las prendas que consumimos priorizando aquellas que en su fabricación hayan cumplido criterios ambientales, utilicen materias primas más sostenibles, teniendo en cuenta el enfoque del ciclo de vida del producto, desde las materias primas que se utilizan hasta la gestión final de los residuos.
Lo ideal es que sea producción local o basado en algún país en el que se respetan los derechos de los trabajadores. Otro punto es que los materiales sean reciclados o bien de fibras naturales. Para esto se puede hacer un uso responsable, alargando el tiempo de vida de los productos o dar una segunda vida a las prendas.
Artículo publicado en la edición de enero de Revista Mercado
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