La vaquita, el cetáceo más pequeño del mundo, está en peligro de extinción; se libra una batalla contra traficantes chinos y mexicanos para garantizar su supervivencia.
El pez llamado totoaba es considerado como una exquisitez muy codiciada en China. Su pesca en aguas del Golfo de California está prohibida desde 1975, cuando fue declarada por las autoridades mexicanas como especie amenazada. Pero la tarea sigue gracias a intereses lucrativos y, lamentablemente, con ella también se arrastra a la vaquita marina hasta el borde de su extinción.
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Aunque se hacen grandes esfuerzos para proteger esta especie, una noticia dada a conocer en febrero ha detonado otra alarma: el Gobierno de México está considerando reducir el área de protección para la vaquita marina en el Golfo de California
La vaquita marina es uno de los cetáceos más pequeños del mundo y único mamífero marino mexicano miembro de la familia Phocoenidae, marsopas verdaderas. Es una especie endémica de México que habita en el norte del Golfo de California.
Está considerada en peligro de extinción, ya que se encuentra en la lista de especies en categoría de riesgo de la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT- 2010. Asimismo, está incluida en el Apéndice I de la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora, y está incluida en el Libro Rojo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como especie en peligro crítico de extinción. Es por ello que la protección, conservación y recuperación de la vaquita marina es un asunto de alta prioridad nacional e internacional.
El Programa Vaquita CPR (Conservación, Protección y Recuperación) se lanzó como un plan de acción de emergencia del gobierno mexicano, en estrecha colaboración con científicos expertos en conservación y veterinarios de mamíferos marinos.
Este programa de conservación ex situ se planteó a principios del 2017 y consistió en la localización de ejemplares, captura, traslado al santuario, reproducción, repoblación y liberación de ejemplares, con la idea de dar refugio seguro para las vaquitas, pero también para desarrollar esfuerzos conjuntos para eliminar la principal amenaza: la pesca ilegal en la zona.
La reciente propuesta del Gobierno de México de reducir el área de protección para la vaquita marina disminuiría la zona donde están prohibidas las redes de enmalle para proteger al mamífero marino más amenazado del mundo. Se calcula que hay solo 10 vaquitas en el Golfo, también conocido como el Mar de Cortés.
Fue apenas en 1950 cuando los científicos descubrieran la especie, y se dieron cuenta de que estaba en peligro porque se ven afectadas directamente por la pesca ilegal de camarones y totoabas en el Golfo de California. Su primera descripción se basó gracias al hallazgo de tres cráneos encontrados cerca de San Felipe, Baja California. Algunos años más tarde se pudo estudiar todo el esqueleto gracias a que se encontraron ejemplares enteros varados.
Pero la vaquita marina es extremadamente difícil de estudiar, pues aun en las mejores condiciones ambientales se dificulta su detección por varias razones, entre ellas la talla pequeña del animal, su comportamiento discreto al salir a la superficie a respirar, sus tiempos de inmersión relativamente largos, y la turbidez del agua de la zona en la que habita.
La especie es la más pequeña de las marsopas y de todos los cetáceos. Es robusta, sus aletas son proporcionalmente más largas y cóncavas, y su aleta dorsal es alta, triangular y ligeramente falcada.
Su cabeza es redonda y su hocico corto, su lomo es gris oscuro, los costados gris claro y el vientre blanco. Sus características más llamativas son las manchas negras alrededor de los ojos y labios que forman una línea delgada desde la boca hasta las aletas pectorales.
Su dieta se basa principalmente en calamares y pequeños peces, y tiene una madurez sexual a los seis años, apareándose entre abril y junio, cada dos años o más.
La fecundidad de la vaquita de mar es relativamente baja, ya que tienen ciclos reproductivos estacionales, con una gestación de 10 a 11 meses, y nacimientos entre finales de febrero y principios de abril, dando a luz una sola cría. La lactancia tiene una duración de 8 a 10 meses.
Durante toda su vida, se calcula que una hembra podría tener entre 5 y 7 crías, esta baja tasa reproductiva es uno de los factores que se están tomando en cuenta para proponer las acciones de conservación.
Según las declaraciones de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, la disminución en el número de vaquitas y el área donde se han visto en los últimos años justifica reducir la zona de protección, que actualmente cubre la mayor parte del Alto Golfo.
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