En el podio de los costes millonarios: Legado económico de los JJ.OO
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En el podio de los costes millonarios: Legado económico de los JJ.OO

Por pferreras | septiembre 15, 2021

Tras la conclusión de los Juegos Olímpicos Tokio 2020, muchos sacan cuentas alegres y otros, en cambio, se llenan de preocupaciones. No solo en relación con los triunfos o fracasos deportivos, sino también en lo económico. Pues, además del deporte, este evento implica miles de millones de dólares en inversión y patrocinios, lo cual deja un importante caudal económico para el país anfitrión.

Sin embargo, la imagen que se volvió común hasta el término de esta edición fue la de recintos vacíos, hoteles y restaurantes sin turistas extranjeros y negocios con pocos clientes. La decepción para quienes realizaron grandes inversiones fue brutal.

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La hecatombe comenzó cuando uno de los grandes patrocinadores del evento, la automotriz Toyota, anunciaba que no utilizaría avisos comerciales que los conectara con este evento deportivo por la preocupación existente en el país en relación con la pandemia. Como consecuencia, algunos líderes empresariales en Japón como Takeshi Niinami, director ejecutivo de la empresa Suntory, declaró que los Juegos Olímpicos habían perdido su valor comercial y que su firma no sería parte de los patrocinadores por ser “demasiado caros”.

Aunque es difícil precisar un número exacto sobre las pérdidas económicas para Japón, debido a que los cálculos operan sobre la base de valores estimados en relación con lo que habrían sido las “ganancias” generadas, es posible hacer una proyección cercana a los 15,000 millones de dólares en pérdidas económicas.

Solo en concepto de entradas, los Juegos perdieron unos 800 millones de dólares por la ausencia de aficionados.

El presupuesto de este evento fue en aumento desde 2013, cuando se dio a conocer que la capital japonesa sería la sede. El monto inicial fue de 7,500 millones de dólares y en 2019 la cifra llegó a US$12,600 millones. Sin embargo, la postergación producto de la pandemia añadió 2,900 millones de dólares al total final, dando como resultado los 15,500 millones de la moneda norteamericana, según un estudio de la Universidad de Oxford.

Sin embargo, auditorías realizadas por el gobierno japonés arrojaron que el costo de estos Juegos Olímpicos fue cercano a los US$25,000 millones. De ese monto, $US6,700 millones fueron financiados con fondos privados. Un ejemplo claro son las millonarias inversiones realizadas a los estadios que se construyeron para este evento, que dejaron facturas multimillonarias e interrogantes sobre su futura utilidad en una ciudad que ya contaba con instalaciones de clase mundial.

La principal sede de los Juegos Olímpicos de Tokio ha costado 1,410 millones de dólares, y su mantenimiento asciende 21 millones de dólares que tendrán que ser asumidos por los organizadores. De esta manera, Tokio 2020 se transformó como los juegos más costosos de la historia, superando los US$ 14,950 millones de Londres 2012.

Las razones, son evidentes. Los juegos estaban programados para llevarse a cabo el año pasado, sin embargo, por la pandemia del coronavirus el comité organizador decidió retrasarlos un año, con todo lo que en términos comerciales eso significó. Pero lo peor sucedió cuando se declaró estado de emergencia en Japón. Esto significó que las competencias deportivas se realizarían sin espectadores. Originalmente se había contemplado un aforo de 10,000 espectadores, cifra que se redujo a la mitad, sin embargo, las autoridades anunciaron que el evento se realizaría a puerta cerrada.

Entonces, ¿por qué se realizó? La señal del país anfitrión que quiso entregar al mundo al presentar los XXXII Juegos Olímpicos fue demostrar que, ante la adversidad, Japón entregaría esperanza y optimismo a los espectadores de todo el planeta que vieron competir a sus atletas, aunque el costo económico significara un fracaso olímpico. (por Rodrigo Muñoz)

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