El lado oscuro de las tecnologías: El mercado negro de los datos
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El lado oscuro de las tecnologías: El mercado negro de los datos

Por pferreras | octubre 20, 2021

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Una de las amenazas más frecuentes a las que se enfrentan los usuarios que navegan por internet es el robo de información. Esto puede producirse por muchos factores que van desde conectar dispositivos infectados, conectarse a redes no seguras, abrir un correo infectado o hasta hacer clic en el sitio equivocado.

Incluso las plataformas como Facebook, han obtenido y usado los datos de sus miembros sin su total conocimiento para usarlos para su propia ganancia. Tales datos personales con los que cuentan las plataformas y redes sociales que usamos tienen un valor que se puede cuantificar. Tanto es así que hace seis años, Facebook compró la aplicación WhatsApp por 22,000 millones de dólares, y hace otros tanto Google adquirió YouTube por 1,650 millones de dólares.

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Cabe destacar que ni Facebook ni Google pagaron estas cuantiosas cantidades de dinero por la estructura tecnológica de estas plataformas, sino por el número de usuarios que tenían detrás. Ellos eran realmente el filón de oro.

¿A dónde van a parar estos datos personales y cuánto vale la información que está disponible en internet?

Ese parece ser un tema que cada día crece más, pues en el “siglo de la información” todo tiene un precio, incluyendo los datos personales de los usuarios, y más cuando la mayoría han perdido la cuenta de sitios en los que se ha ingresado una contraseña.

Pero, ¿se puede calcular un valor?

Una investigación llevada a cabo hace tres años por la compañía británica Experian desveló que en el mercado negro de Internet, conocido como ‘dark web’, se podía adquirir un perfil con los datos financieros de una persona, los de acceso a su cuenta de PayPal y Amazon y los de sus perfiles en redes sociales por casi mil dólares.

Las empresas necesitan ciertos datos si quieren conservar una buena comunicación con los clientes. El problema es que la mayoría de las veces esos clientes no saben que están dando el consentimiento para ceder dicha información a terceros.

En la era actual, conocer hasta el más mínimo detalle de los gustos de una persona, de cuáles son sus compras habituales, sus modos de pago, sus deseos… son de suma importancia. La publicidad digital se ha sofisticado con el análisis del perfil de los usuarios permitiendo teledirigir los anuncios a un público específico y aumentar así su eficacia.

Cifras de la compañía internacional dedicada a la seguridad informática, Kaspersky, revelan que en Latinoamérica 92 % de los usuarios comparte fotos y videos de sus viajes; 73 % publica imágenes y videos de sus hijos, y 30 % establece contraseñas que incluyen el registro automático en sitios web y aplicaciones.

Asimismo, los usuarios suelen compartir su dirección de correo electrónico, número de celular y, en ciertas ocasiones, hasta el nombre de usuario en alguna red social, de manera que los ciberdelincuentes pueden vender las cuentas de alguien por menos de 50 dólares.

Así, la buena noticia para los estafadores es que pueden obtener más datos robados por menos dinero, la mala noticia para las víctimas es que más estafadores tienen acceso a más datos robados a precios cada vez más baratos, y la razón por la que hay tantos mercado negro disponibles es que los hackers simplemente no tienen dificultades para robarlos.

Cifras de Keeper Security revelan que una cuenta de Spotify vale alrededor de 0.21 dólares; de Netflix, 8.32 dólares; los datos de una tarjeta de crédito, 50 dólares; una cuenta de correo y su contraseña entre los 70 centavos de dólar y los 2.30 dólares; mientras que un historial médico completo puede llegar a valer hasta mil dólares.

Datos financieros, un mercado diversificado

La información financiera de un usuario cuenta con varios datos que pueden ser vendidos en distintos mercados; es decir, tanto en sitios comunes como en la dark web. El estudio realizado por McAfee señala que la economía de los datos ocultos muestra que, por ejemplo, en Estados Unidos el número de una tarjeta de crédito con el código CVV (Card Verification Value) que se utiliza para realizar transacciones en línea, vale entre cinco y nueve dólares. Si se tiene el número de cuenta o fecha de nacimiento se incrementa a 15 dólares, y la información completa del tarjetahabiente cuesta 30 dólares.

A veces se vende información adicional, como por ejemplo los datos de inicio de sesión y contraseñas de banca en línea, de manera que el “comprador” puede modificar la dirección de envío o facturación. De hecho, una contraseña para usar el cajero automático puede costar 110 dólares en el país norteamericano.

Cuentas de servicios de pago online: los precios de los datos de estas cuentas se determinan por el saldo que tenga la cuenta al momento del hackeo. Por ejemplo, el costo de los datos de acceso a cuentas con saldos entre 400 y 1,000 dólares está entre 20 y 50 dólares, mientras que cuentas con saldos entre 5,000 y 8,000 dólares, el precio va de 200 a 300 dólares. Datos de acceso a cuentas bancarias: Se han encontrado datos de cuentas a la venta por 190 dólares con un saldo medio de 2,200 dólares.

Los datos de acceso a cuentas bancarias con la disponibilidad de transferir fondos a bancos de Estados Unidos con un saldo medio de 6,000 dólares se venden por 500 dólares, y los de cuentas con un saldo de 20,000 dólares se venden por 1,200 dólares. Esto es señal de que los cibercriminales pueden comprar datos de acceso a cuentas y servicios bancarios permitiéndoles transferir fondos robados de forma opaca de un país a otro.

Servicios de contenido premium online: Los datos de acceso a servicios de contenido premium como video en streaming, televisión por cable o acceso a canales deportivos van desde 1 dólar hasta los 15 dólares. Estos precios relativamente bajos sugieren que los cibercriminales han iniciado operaciones de robo automatizadas y a gran escala para hacer rentable los modelos de negocio de ciberdelincuencia.

Por otro lado, saber el destino de la información es de suma importancia para los usuarios, como lo muestrala investigación realizada por Kaspersky Lab, en la que se establece que el 88 % de los usuarios considera importante si sus datos son utilizados ilegalmente. Mientras que el 57 % dice que se sentirían asustados o estresados si sus datos financieros personales se piratearan. Por otro lado, el 45 % de los usuarios encuestados confía en que las grandes empresas cuiden sus datos y, en contraste, solo el 36 % creen que sus datos están seguros en los sitios de redes sociales.

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