Haciendo alusión al pasaje del Antiguo Testamento en el que Noé salvó a todos los animales del diluvio universal construyendo un arca, así es conocida coloquialmente la sede oficial del Banco Mundial de las Semillas de Svalbard, o Cámara Global de Semillas. Está situada a medio camino entre la parte continental de Noruega y el Polo Norte, en el archipiélago noruego de Svalbard.
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Establecido y financiado en el 2008 por el Gobierno de Noruega en su totalidad y gestionado por el Centro Nórdico de Recursos Genéticos (NordGen), cuenta con la organización internacional Global Crop Diversity Trust (CROP Trust) como socio financiero, además de estar auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El depósito almacena las semillas dentro de un ambiente controlado, alrededor de -18 grados centígrados y es abierta únicamente tres veces al año para preservar al máximo las condiciones interiores. De acuerdo con declaraciones emitidas por Asmund Asdal, guardián del Banco Global de Svalvard, actualmente cuentan con “más de 1,1 millones de muestras de semillas. Cada muestra contiene entre 300 y 500 de semillas, lo que significa que aquí dentro tenemos medio billón de diferentes variedades, alrededor de mil cultivos diferentes y unas 5,000 especies diferentes”.
A su vez, remarca que el objetivo final es “tener aquí una copia de cada semilla conservada en cualquiera de los bancos genéticos repartidos por todo el mundo. Esto supondría tener entre 2 y 3 millones de muestras únicas”.
Bajo un propósito humanitario, la bóveda ofrece almacenamiento seguro y gratuito, dirigido a todos los bancos de germoplasma y bancos genéticos regionales e internacionales interesados.
Actualmente un total de 89 bancos de genes de todo el mundo han usado y enviado sus semillas a las instalaciones de Svalbard, donde estas son cuidadas y almacenadas en la bóveda bajo “condiciones de caja negra”, es decir que únicamente podrán ser retiradas y recuperadas por el propietario de las mismas.
La Bóveda Global de Semillas está situada en un “bunker” subterráneo, adaptado para resistir tanto los desastres provocados por el hombre como naturales como podrían ser terremotos, volcanes y radiaciones, entre otros. Cuenta con tres cámaras excavadas en una montaña de roca sólida, construida a 130 metros sobre el nivel del mar, para asegurarse que se mantendrá siempre seca.
Sin embargo, y a pesar de todas estas precauciones, este año sufrió filtraciones, con lo cual fue necesario invertir en el refuerzo de las instalaciones y su impermeabilización.
La utilidad de la Bóveda fue demostrada por primera vez en 2015.
La guerra de Siria hizo que, en ese año fuera necesario abrir la cámara por primera vez en la historia. Un banco de genes situado cerca de la ciudad siria de Alepo, habiendo sufrido desperfectos debido a la guerra solicitó la retirada de semillas de trigo, cebada y pastos. La bóveda demostró su utilidad entonces y lo seguirá haciendo.
Isabel Ariza. Artículo retomado de revisa Mercado de enero 2023
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