Se calcula que la agricultura genera hasta el 30 % de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a nivel mundial. Una realidad que podría cambiar con los incentivos adecuados, como los bonos de carbono, un mecanismo internacional para impulsar la reducción de emisiones contaminantes de diversas industrias.
Estos créditos son bienes canjeables con un precio de mercado establecido. Cada uno de ellos equivale a una tonelada de carbono que se deja de emitir al medioambiente.
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Una solución energética inesperada: los cangrejos
De esta manera, el mercado del carbono ofrece una oportunidad histórica para que América Latina se consolide como un actor imprescindible en la agenda de mitigación de emisiones de carbono. La región tiene un potencial único para ofrecer soluciones climáticas basadas en la naturaleza, como la conservación y restauración de bosques o la agricultura regenerativa.
En julio de 2022, se creó a nivel latinoamericano el primer Programa de Compensación de Carbono para la industria agrícola de productos frescos perecederos (frutas y hortalizas). Este programa permite a los agricultores de la región generar bonos de carbono a partir de la implementación de prácticas sustentables, los cuales podrán posteriormente vender en el mercado internacional de carbono para generar un ingreso extra.
Dicha acción beneficia a las empresas que generan menos emisiones, ya que éstas pueden vender sus valores a competidores que no pueden reducir su huella de carbono. Para que el intercambio funcione, los vendedores deben garantizar que ejecutan acciones que avalan la reducción de contaminantes, ya sea a través de energías renovables, programas de reforestación o tecnologías de captura de carbono, entre otros.
Por su parte, los compradores se deben asegurar del pago correspondiente por los bonos.
Esta estrategia responde a la intensidad de emisiones de carbono en el planeta y al impacto de la cantidad de alimentos desperdiciados en la actualidad. En el caso del sector agrícola, este último asepcto contribuye con el 11 % de las emisiones a nivel mundial.
Si bien se tienen en marcha programas de este tipo para el sector forestal o de cultivos no perecederos como el trigo y la soya, el mercado de productos frescos tiene un valor económico superior a los US$1.3 mil millones. Un dato más que demuestra que este sector de la industria agropecuaria tiene un gran potencial para influir en las emisiones de carbono globales.
Artículo publicado en la edición de febrero de revista Mercado.
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