Andy Dauhajre Hijo, un espectador partícipe de la economía dominicana

Andy Dauhajre Hijo, presidente de la Fundación Economía y Desarrollo, lleva década y media compartiendo sus opiniones sobre la economía y la sociedad dominicana desde el rol de articulista. Muchas de sus reflexiones quedan recogidas ahora en «Política económica y economía política desde las gradas».

Formado en Columbia, ha contribuido manera influyente en la adopción de una buena parte de las políticas de estabilización económica y reformas estructurales que han tenido lugar en RD desde los años 80.

El economista conversa con revista Mercado sobre su obra y la situación de la economía dominicana.

Un nuevo libro: “Política económica y economía política desde las gradas”. ¿Por qué publicar ahora y con qué objeto?

Yo empecé a escribir en el periódico El Caribe a mediados del año 2009. Han pasado ya cerca de 14 años y muchos de mis lectores me recomendaron tratar de convertir los artículos en una especie de colección y agrupar todos los artículos por temas, de manera que pudiesen servir en un futuro de consulta para estudiantes de Economía, o gente que tiene curiosidad por la economía.

Se pusieron en circulación los tres tomos de Política Económica y Economía Política Desde Las Gradas, con 600 artículos que publiqué en El Caribe (2009-2022). Disponibles en Centro Cuesta del Libro y Fundación Economía y Desarrollo, Inc. #Política #Economía #AndyDauhajre pic.twitter.com/X7fSjpHWWM

— Andy Dauhajre (@AndyDauhajre) March 6, 2024

Y entonces la Fundación, dentro de su programa de educación económica, tiene un presupuesto generalmente destinado a la publicación de libros. Habíamos publicado en el pasado una gran cantidad de literatura de todos los artículos en periódico que firmaban los economistas de la Fundación y también algunos economistas del exterior.

Entonces, ¿qué hicimos? Teníamos unos 650 artículos acumulados, eran demasiados para los 3 primeros tomos. Tuvimos que sacar 50 artículos para dejarlos para un cuarto tomo y publicar los primeros 600 distribuidos en 3 tomos.

¿Cuántos has elegido y de qué grandes temáticas tratan?

Hay un grupo de artículos que tienen que ver fundamentalmente con las finanzas públicas del país: todo lo relacionado con la situación fiscal, los impuestos, cómo debería ser una reforma tributaria, cómo se puede combatir la evasión fiscal, cómo se le podría cobrar algo de impuesto al sector informal, los costos y beneficios de las exenciones fiscales, qué se debe hacer para garantizar la sostenibilidad de la deuda pública y para no dejar a la futura generaciones una carga demasiado pesada.

Abordo también los temas de la política monetaria: la deuda del Banco Central, cómo esa deuda se ha ido saliendo de control, qué implicaciones tiene eso para la capacidad del Banco Central de hacer política monetaria.

Analizamos también algunas métricas del sector externo: el comportamiento de la tasa de cambio, la calidad del gasto público, esa es una de las críticas que se hace.

Hay un área enorme que aborda los temas de la educación dominicana, la crisis de la educación dominicana, de cómo el 4 % que se planteó que sería la panacea y no ha servido de nada. Y abordamos el tema central de qué hacer para mejorar el cuerpo docente del país y si es mejorable o no, si es conveniente adoptar una política de retiro anticipado de maestros y traer maestros del exterior que puedan enseñar a los nuestros cómo se imparte docencia de manera efectiva.

Además, hay otro otra área bastante amplia que es la del sector eléctrico. Este es un sector que ha generado muchos dolores de cabeza a todas las administraciones que ha tenido el país.

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¿Cómo ha evolucionado tu estilo como articulista desde aquel 2009 hasta hoy 2024?

Si uno está en un partido político tiene que tener un cuidado extremo cuando va a escribir, es muy común que la pasión domine y logre engavetar la objetividad.

Yo soy un ejemplo vivo de esa situación. Estuve en el PRD, del 2004 al 2012, 8 años, en la unidad de políticas públicas, dirigiendo la unidad de política económica de ese partido. Yo empecé a escribir en el 2009 en El Caribe y estaba en medio de esa campaña electoral. Cuando leo esos artículos hoy día reconozco que la mayoría tienen un déficit de objetividad extraordinario.

Sin lugar a duda, el que estaba escribiendo ahí era un economista apasionado por una competencia política, por una campaña política.

Padre murió en el 2005. ¿Entonces qué sucede? Yo perdí ahí una muralla, el «detente» que me decía; el «Andy, se te fue la mano aquí, ¿no?».

Entonces yo empiezo a escribir en el 2009 sin tener la presencia de mi padre y noto, cuando leo ahora lo que yo escribí del 2009 al 2012 que sin lugar a dudas se me fue la mano.

José María Aznar, presidente de España entre 1996 y 2004, dijo aquello de “España va bien”. Vamos a aplatanar aquel adagio: ¿RD va bien?

Cuando nos contrastamos con la mayoría de los países de América Latina, la conclusión que uno ve es que sí, que vamos bien. Los indicadores macroeconómicos apuntan a eso.

Pero una de las cosas que me mantienen escribiendo es que tengo muchas interrogantes. El país tiene unos indicadores de crecimiento muy buenos mientras al mismo tiempo en los últimos 5 o 10 años que este ha sido uno de los países con mayor corrupción de la región, con menores niveles de institucionalidad, donde peor funcionan los servicios públicos, de los países con la peor calidad de educación pública, con los peores los índices de servicios de salud.

Entonces, cuando yo veo todo eso me entran unas dudas terribles porque digo: aquí hay un problema, aquí hay algo que yo no estoy entendiendo. Porque, si es así, ¿cómo es que los inversionistas siguen apostando a RD?

Entrevista publicada en la edición de marzo de revista Mercado

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