De Seattle Chocolate a Maeve: la marca que lucha por un chocolate que inspira

Decir que han sido años de cambios para Jean y Ellie Thompson es quedarse cortos. En 2024, su compañía de chocolate produjo más de 7 millones de barras de trufa y más de 300.000 libras de bombones. Pero más allá de las cifras, el dúo madre-hija llevó a cabo una de las transformaciones de marca más audaces de la industria: Seattle Chocolate, con más de tres décadas de historia, renació como Maeve.

Inspirada en la reina guerrera irlandesa del siglo I, la nueva identidad dDe Seattle Chocolate a Maeve: la marca que lucha por un chocolate más justoe la empresa no solo refuerza su misión de empoderamiento femenino, sino que también marca una estrategia de crecimiento orientada a la sostenibilidad y a la conquista de nuevos mercados. Con un equipo conformado en un 75 % por mujeres y un compromiso inquebrantable con el abastecimiento ético del cacao, Maeve busca redefinir el significado del chocolate premium.

Asumir riesgos con una mirada fresca

Jean Thompson, directora ejecutiva de la empresa, conoce la evolución del negocio de primera mano. Se unió hace más de dos décadas como inversora y asumió el control total tras el terremoto de Nisqually en 2001. En aquel momento, la idea de cambiar el nombre de la marca parecía demasiado arriesgada. Sin embargo, la llegada de Ellie a la empresa seis años atrás, con una mirada fresca y alineada con la generación Z, marcó un punto de inflexión.

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“La gente de mi edad no se siente atraída por Seattle Chocolate. Me encanta, pero ya no está de moda”, le comentó Ellie a su madre. Con esa perspectiva, comenzaron a explorar opciones para una transformación total. Trabajaron con agencias de branding y, tras evaluar múltiples nombres, Maeve surgió como la elección perfecta: una líder histórica que defendió los derechos de las mujeres a la independencia, la propiedad de la tierra y la autodeterminación.

Más que chocolate: una misión social y ambiental

Maeve no es solo un nombre. La empresa ha reforzado su compromiso con el abastecimiento responsable de cacao, colaborando directamente con agricultores en Ghana, Perú, Tanzania y República Dominicana. “Garantizamos salarios justos y destinamos el 10 % de nuestras ganancias netas a mejorar la calidad de vida de los productores”, explica Ellie. Estas iniciativas incluyen desde la perforación de pozos de agua dulce hasta la financiación de programas de ahorro comunitario y la diversificación de ingresos con cultivos adicionales.

Además, la compañía ha dado un giro total hacia la sostenibilidad. Su planta opera con energía renovable y todos sus empaques son reciclables o compostables. En un sector donde la responsabilidad social y ambiental es cada vez más valorada, Maeve se posiciona como una marca con propósito.

Innovación en el paladar y en la experiencia de compra

El mercado del chocolate premium es competitivo, y Maeve ha sabido diferenciarse no solo por su filosofía, sino por su oferta innovadora. Sus barras de trufa están diseñadas en tres capas, combinando distintos tipos de chocolate y un toque de aceite de coco que mejora la textura y potencia el sabor.

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Pero la clave del éxito, según Ellie, es el enfoque emocional del producto. “La gente no compra chocolate por culpa ni para salvar el mundo, lo compra porque es divertido, porque lo disfruta. Queríamos capturar esa emoción sin perder nuestra esencia ética”. En un mercado donde muchas marcas se enfocan en la sostenibilidad o en la indulgencia, Maeve logra fusionar ambos conceptos.

Una apuesta ambiciosa 

El cambio de marca no es el único hito del año. Maeve ha lanzado 19 nuevas barras de chocolate, 18 sabores de bombones y 15 cajas de regalo. También ha desarrollado líneas estacionales más allá de las tradicionales festividades invernales, con una colección de verano que debutará en junio.

La respuesta del mercado ha sido positiva. “Esperábamos resistencia después de 35 años como Seattle Chocolate, pero la acogida ha sido increíble”, asegura Jean. En ferias como la Natural Products Expo, Maeve ha sido destacada como una de las marcas más innovadoras del sector.

Más allá de los números, la historia de Maeve es un testimonio del liderazgo femenino en los negocios. Jean y Ellie han demostrado que la reinvención es posible cuando se combina visión estratégica con autenticidad y compromiso.

Su consejo para otras mujeres emprendedoras es claro: “Si tienes una idea en la que realmente crees, dale el tiempo necesario y confía en ti misma. La perseverancia es clave”. Y, por supuesto, nunca subestimes el poder de un buen chocolate.

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