La clave del éxito de los 136 años de Lanvin

Moda eterna vs. moda efímera: La clave del éxito de los 136 años de Lanvin

Por | febrero 3, 2025

En el mundo de la moda, donde la obsolescencia es la regla y la reinvención constante es la clave del éxito, pocas marcas pueden presumir de una longevidad como la de Lanvin. Fundada en 1889, la casa de modas francesa sigue en activo y representa un desafío singular para cualquier director creativo: equilibrar un legado de más de un siglo con las exigencias de un mercado que siempre demanda algo nuevo.

Peter Copping, quien ha trabajado en casas como Oscar de la Renta y Nina Ricci, asumió este reto al convertirse en director artístico de Lanvin. Su estrategia se inspiró en la figura de Jeanne Lanvin, una pionera en la industria, considerada una de las creadoras del concepto moderno de «marca de estilo de vida». Su imperio abarcó desde la alta costura hasta la decoración de interiores, perfumes, ropa deportiva y nupcial, dejando un sello indeleble en la moda.

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Innovar sin traicionar la esencia

El desafío de Copping radicó en preservar la esencia de la casa y, al mismo tiempo, modernizar su narrativa. Para ello, recurrió a códigos estéticos que definieron a Jeanne Lanvin: la atemporalidad, la feminidad refinada y una atención meticulosa a los detalles. Incorporó el característico tono azul Lanvin, un distintivo creado por la propia diseñadora, en pequeños detalles de sus diseños, como bolsos y accesorios, respetando su legado sin caer en lo obvio.

Además, Copping revitalizó siluetas históricas de la firma, como el icónico robe de style de cintura baja, adaptándolo a las sensibilidades contemporáneas. En una jugada inteligente, recuperó los exquisitos bordados y abalorios que definieron la era Art Decó de Lanvin, aplicándolos en piezas modernas como blusas fluidas y vestidos de noche.

Una marca con historia, pero con los ojos en el futuro

Una de las decisiones más audaces de Copping fue darle a la marca un enfoque intergeneracional. Jeanne Lanvin encontró en su hija Marguerite su mayor musa, y su legado quedó plasmado en el icónico logotipo de la casa: una madre con su hija. En honor a esta tradición, Copping trabajó con DM Casting para seleccionar modelos de diferentes edades, reflejando una visión más inclusiva de la moda y desafiando la percepción de que el lujo solo pertenece a una demografía específica.

En una industria donde las marcas luchan por mantenerse relevantes sin perder su identidad, Lanvin se ha convertido en un caso de estudio sobre cómo mantener vivo un legado sin quedarse anclado en el pasado. Al integrar historia, modernidad y un enfoque más diverso, Copping ha logrado que una casa de moda de 136 años no solo se vea fresca, sino también visionaria.

 

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Los aciertos de Lanvin fueron los desaciertos de Benetton

El destino de una casa de moda no depende solo del diseño, sino de cómo gestiona su identidad, su evolución y su estrategia de negocio. La historia de Lanvin y Benetton es un claro ejemplo de cómo las decisiones correctas pueden garantizar la longevidad de una marca, mientras que los errores estratégicos pueden llevarla al declive.

Jeanne Lanvin entendió desde el principio la importancia de construir una identidad sólida y atemporal. Su marca no solo se distinguió por sus diseños elegantes y sofisticados, sino por una visión de lujo que trascendió generaciones. El característico tono azul Lanvin, su logotipo inspirado en el vínculo con su hija y su meticulosa atención a los detalles ayudaron a cimentar un legado de exclusividad y refinamiento.

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En contraste, Benetton apostó más por el impacto mediático que por una identidad de marca bien definida. En los años 80 y 90, la firma italiana se hizo famosa por sus campañas publicitarias provocadoras, que abordaban temas sociales con imágenes impactantes. Aunque esta estrategia generó conversación, no construyó una conexión real con el producto. Cuando el efecto de la controversia comenzó a desvanecerse, la marca quedó sin una identidad clara que la respaldara, lo que debilitó su relación con los consumidores.

Otras diferencias en la industria

Otro punto clave en esta comparación es la capacidad de adaptación. Mientras que Lanvin ha sabido actualizar sus códigos estéticos sin perder su esencia, Benetton se quedó rezagado frente a un mercado que evolucionaba rápidamente. Diseñadores como Peter Copping han reinterpretado la herencia de Lanvin con propuestas contemporáneas, sin traicionar los valores originales de la marca. Por el contrario, Benetton no reaccionó a tiempo ante la competencia del fast fashion. Mientras gigantes como Zara y H&M ofrecían moda accesible y en constante renovación, Benetton mantuvo un enfoque estático que lo llevó a perder relevancia.

En definitiva, la historia de Lanvin y Benetton demuestra que el éxito en la moda no solo depende de las tendencias, sino de la capacidad de construir y sostener una identidad fuerte. Jeanne Lanvin supo cómo hacer que su casa de moda perdurara por más de un siglo.

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