Khloé Kardashian apuesta por Atlanta: así expande su imperio de mezclilla inclusiva

La firma de denim inclusivo Good American, cofundada por Khloé Kardashian y la empresaria británica Emma Grede, ha cruzado oficialmente las Montañas Rocosas. El 28 de marzo, la marca abrió su primera tienda en el este de Estados Unidos, en el emblemático centro comercial Lenox Square de Atlanta, un paso clave en su estrategia de crecimiento omnicanal.

Fundada en 2016 con una promesa clara —crear moda que abrace todos los cuerpos, no solo los que históricamente dominan las pasarelas— Good American ha evolucionado de un e-commerce audaz a un jugador relevante dentro del segmento contemporary fashion en EE. UU. Con jeans que van desde la talla 00 hasta la 32 y un rango de precios entre 139 y 179 dólares, la marca busca llenar el espacio entre el fast fashion y el lujo tradicional. Lo hace con una propuesta que no solo vende prendas, sino también valores: inclusión, sostenibilidad y empoderamiento femenino.

Khloé Kardashian, una expansión con intención

La elección de Atlanta no fue casual. En palabras de Emma Grede, CEO y arquitecta estratégica del crecimiento de Good American, “Atlanta siempre ha sido un mercado clave para la marca. Su energía, diversidad y sofisticación se alinean con nuestros principios y con nuestro compromiso de redefinir la experiencia del retail.”

Con más de 2,700 pies cuadrados, la nueva tienda fue diseñada por el estudio neoyorquino MG2 y concebida como algo más que un punto de venta: es un espacio inmersivo que busca educar, inspirar y celebrar la diversidad corporal. Todo el personal recibe formación específica sobre el enfoque size-inclusive de la marca, que ha sido un sello diferenciador desde su nacimiento.

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Esta apertura marca la cuarta tienda física de Good American, tras las ubicadas en Los Ángeles, Las Vegas y Newport Beach, en California. A diferencia de otras firmas que aún se aferran exclusivamente al canal digital, Good American apuesta por una expansión física medida, priorizando mercados donde la conexión emocional con el consumidor pueda traducirse en lealtad de marca.

De start-up disruptiva a B Corp con visión global

Good American nació como una respuesta directa a la falta de representación en la moda. Su certificación como empresa B Corp la sitúa dentro de una reducida élite de compañías comprometidas no solo con el crecimiento económico, sino también con el impacto social y ambiental. En una industria donde solo el 2% de las marcas cuenta con este sello, el posicionamiento ético de Good American cobra aún más relevancia.

Además, el liderazgo de Emma Grede —primera mujer negra en formar parte del elenco de inversionistas del programa Shark Tank y actual presidenta de Skims, la marca hermana de Kim Kardashian— representa un caso de estudio en sí mismo: una ejecutiva que ha sabido convertir la cultura pop en un motor de transformación empresarial.

Competencia directa y territorio  de Khloé Kardashian

La llegada de Good American a Lenox Square intensifica la competencia en un segmento cada vez más competitivo. Levi’s, con más de un siglo de experiencia y precios más accesibles, también abrirá una tienda en el mismo centro comercial. Pero la comparación, más que un reto, parece subrayar la singularidad de la propuesta de Good American: mientras Levi’s vende historia, Good American vende una nueva narrativa sobre lo que significa verse (y sentirse) bien en denim.

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Atlanta se consolida así como territorio Kardashian: Skims, la marca de Kim Kardashian valorada en más de 4.000 millones de dólares, también eligió este enclave para una de sus primeras tiendas físicas.

¿Qué sigue para Good American?

Con el respaldo de un branding poderoso y una creciente base de consumidoras leales, la marca apunta a convertirse en uno de los referentes del nuevo lujo accesible e inclusivo. Su estrategia de expansión territorial parece seguir el pulso de los mercados más diversos y dinámicos de EE. UU., con potencial de escalar a nivel internacional.

En un panorama de moda cada vez más saturado, Good American no solo vende jeans: vende una visión moderna del éxito, donde la inclusión no es una tendencia, sino una base de negocio.

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