Por segunda vez en seis años, Forever 21 se acoge al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, alegando una feroz competencia con los minoristas digitales de moda rápida. La icónica marca, que fue un pilar del fast fashion para los adolescentes estadounidenses, enfrenta una nueva encrucijada financiera que podría definir su futuro.
En su declaración ante un tribunal de Delaware, la compañía anunció que sus tiendas y su sitio web seguirán operando mientras lleva a cabo una «liquidación ordenada» de sus activos en Estados Unidos. Sin embargo, el comunicado también reveló que está en busca de un comprador que pueda rescatar parte o la totalidad de la empresa.
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Brad Sell, director financiero de Forever 21, atribuyó la situación a la creciente competencia de firmas extranjeras como Shein y Temu, el aumento de los costos operativos y los cambios en el comportamiento de los consumidores. “No hemos podido encontrar un camino sostenible para el futuro”, declaró Sell, subrayando la necesidad de una reestructuración profunda.
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La quiebra de Forever 21 refleja un cambio estructural en el sector minorista. Empresas como Shein han perfeccionado un modelo basado en análisis de datos y producción ultrarrápida, permitiendo una oferta de productos en constante renovación a precios extremadamente bajos. Mientras tanto, Forever 21, con su fuerte dependencia del comercio físico y estrategias de marketing convencionales, ha quedado rezagada.
El impacto de la pandemia también jugó un papel clave. La aceleración del comercio electrónico dejó expuesta a la marca, que no logró capitalizar del todo la transición hacia las compras online. Además, el aumento de los aranceles a las importaciones chinas durante el gobierno de Donald Trump elevó los costos de producción, erosionando sus ya ajustados márgenes de ganancia.
Forever 21 ya había enfrentado una bancarrota en 2019, lo que resultó en el cierre de 200 tiendas y su posterior venta a un consorcio liderado por Simon Property Group, Brookfield Properties y Authentic Brands Group por US$ 81 millones. Aunque la adquisición le dio un respiro momentáneo, la empresa nunca recuperó su antigua gloria.
Neil Saunders, analista de GlobalData Retail, explica que la marca ha carecido de una identidad clara en los últimos años. “La promoción comercial ha sido mediocre y el surtido de productos no ha logrado captar la atención del público joven”, señala Saunders. Como resultado, Forever 21 ha perdido relevancia ante una generación de consumidores cada vez más influenciada por la moda sostenible y la compra de segunda mano.
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Forever 21 se suma a una ola de cierres en el sector minorista estadounidense. Según Coresight Research, en 2023 se anunció el cierre de más de 7.300 tiendas en el país, un aumento del 57% respecto al año anterior. Entre las compañías afectadas se encuentran grandes cadenas como Walgreens y CVS, lo que evidencia un fenómeno más amplio en el comercio tradicional.
A pesar de su situación crítica, Forever 21 todavía opera más de 540 tiendas a nivel mundial. La posibilidad de sobrevivir mediante acuerdos de licencia está sobre la mesa, aunque Saunders advierte que esto convertiría a la marca en “una sombra de lo que fue”.
El desenlace de este proceso determinará si Forever 21 encuentra una nueva vida en el ecosistema digital o si su historia quedará como un ejemplo más del declive del retail tradicional en la era del comercio electrónico.
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