Después de una jornada cargada de actividades, dormir no solo representa un acto de descanso: es una necesidad biológica crítica en la que el cuerpo se repara, regula funciones vitales y, aunque pocos lo asumen, continúa consumiendo energía. Dormir adelgaza, literalmente, también quema calorías, y entender cuánto depende de una fórmula más compleja que solo contar horas de sueño.
Aunque el cuerpo se relaja y parece inactivo, en realidad está ejecutando múltiples funciones que requieren un gasto energético constante. El cerebro se mantiene alerta, monitoreando el entorno en busca de sonidos, luces o movimientos relevantes. Órganos vitales como el corazón, los pulmones y el hígado no se apagan: siguen funcionando con precisión para mantenernos vivos. Y es en esta actividad basal donde se encuentra la clave.
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“La cantidad de calorías quemadas durante el sueño está determinada principalmente por la tasa metabólica basal (TMB), que representa entre el 70 y el 80 % de las calorías que consumimos cada día, incluso en reposo”, explica la Dra. Nurys Perdomo, internista con subespecialidad en medicina del sueño en Santo Domingo.
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Aunque puede parecer una cifra baja comparada con la de una caminata o una clase de ejercicios, durante el sueño también se realiza un gasto significativo: entre 40 y 60 calorías por hora, dependiendo de factores como el peso, la edad, la estatura, el sexo y la composición corporal.
Es decir, una persona que duerme ocho horas puede quemar entre 320 y 480 calorías mientras duerme, sin moverse. Aunque parezca poco, equivale a lo que se gasta en una caminata ligera de una hora.
Dato clave: Durante la fase REM, donde el cerebro está más activo, el consumo energético se incrementa notablemente. En cambio, en el sueño profundo (no REM), la temperatura corporal baja, el ritmo cardíaco disminuye y el cuerpo entra en una etapa de eficiencia energética.
Los especialistas sugieren usar la fórmula de Mifflin-St. Jeor para estimar la TMB diaria:
Para mujeres:TMB = (10 x peso en kg) + (6.25 x altura en cm) - (5 x edad en años) - 161
Para hombres:TMB = (10 x peso en kg) + (6.25 x altura en cm) - (5 x edad en años) + 5
Una vez obtenida la TMB, se puede calcular cuántas calorías se queman durante el sueño así:
(TMB ÷ 24) x (horas de sueño) x 0.85
El factor 0.85 representa el porcentaje promedio del metabolismo basal que se mantiene activo durante el sueño.
Edad: A medida que envejecemos, nuestra TMB disminuye, sobre todo en mujeres posmenopáusicas debido a la caída del estrógeno.
Peso corporal: A mayor peso, mayor demanda energética para mantener funciones vitales.
Masa muscular: El músculo, incluso en reposo, requiere más energía que el tejido graso. Dormir con más masa muscular implica mayor quema de calorías.
Enfermedades metabólicas: Trastornos como el hipotiroidismo, la diabetes tipo 2 o el síndrome metabólico pueden afectar negativamente la eficiencia del metabolismo durante el sueño.
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Este dato no debe interpretarse como una estrategia de pérdida de peso, sino como una evidencia más de la importancia del sueño en la regulación del metabolismo. Dormir mal o poco reduce la sensibilidad a la insulina, aumenta el apetito al elevar los niveles de grelina (la hormona del hambre) y baja los niveles de leptina (la hormona de la saciedad), afectando directamente el control del peso corporal.
Un estudio publicado en Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism (2022) reveló que las personas privadas de sueño queman menos calorías en reposo y presentan mayores niveles de grasa abdominal, incluso si la ingesta calórica no se modifica.
Invertir en un buen descanso tiene un impacto directo en tu metabolismo, tu sistema inmunológico y tu salud cardiovascular. Aquí algunos consejos respaldados por especialistas en medicina del sueño:
Evita pantallas al menos una hora antes de dormir.
Mantén un horario constante, incluso fines de semana.
Controla la temperatura ambiental (ideal: 18–22 °C).
Evita cenas pesadas o alcohol cerca de la hora de acostarte.
Haz actividad física durante el día, pero evita el ejercicio intenso antes de dormir.
Dormir no es una pausa metabólica. Es una función fisiológica activa en la que tu cuerpo invierte energía para repararse, organizar información, regenerar tejidos y mantenerte con vida. La cantidad de calorías que quemas al dormir varía según múltiples factores, pero también representa una pieza clave en el rompecabezas del metabolismo.
Para profesionales de la salud, clínicas de nutrición y centros de bienestar, entender este dato abre nuevas puertas para diseñar programas de pérdida de peso y estrategias de longevidad basadas en el descanso efectivo.
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