En un mundo donde el fitness y el bienestar ya no son solo tendencia sino industria, ver a figuras como Halle Berry, Jennifer Lopez, Courteney Cox y Brie Larson dominar el ejercicio que muchos consideran el “santo grial” de la fuerza física —la dominada— trasciende lo anecdótico: se convierte en una poderosa señal del rumbo que está tomando la salud femenina… y del potencial de negocio que esto representa.
Hacer una dominada no es solo levantar el peso del propio cuerpo. Es desafiar la biomecánica, entrenar la paciencia y desarrollar fuerza en un área del cuerpo que, históricamente, ha sido menos trabajada en las mujeres: la parte superior. Según el especialista en rendimiento Albert Matheny, este ejercicio no solo mejora la postura, sino que también actúa como un indicador confiable del estado físico general.
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Y aunque las diferencias en la distribución muscular pueden hacer que este ejercicio sea más desafiante para las mujeres, cada vez más lo están conquistando. ¿El resultado? Un mensaje contundente: la fuerza también es femenina. Y la visibilidad de estas hazañas físicas está redefiniendo las narrativas de salud y capacidad en medios y gimnasios.
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Halle Berry, entrenando para papeles de acción como en John Wick 3 o Bruised, pasó de no poder hacer ni una sola dominada a realizar hasta 15 seguidas. La actriz ha sido clara: trabajar la espalda cambió tanto su imagen como su energía física.
Jennifer Lopez, en The Mother, no solo impactó con su interpretación de asesina letal: las escenas en las que realiza dominadas al aire libre, en la nieve, sin arneses, han sido virales. Más allá del espectáculo, revelan un nivel de fuerza funcional que impulsa su marca personal de salud, longevidad y poder femenino.
Courteney Cox, a los 60 años, hace dominadas lentas, controladas y sin ayuda. Un ejemplo de longevidad saludable que pone sobre la mesa el valor de invertir en fuerza a cualquier edad.
Brie Larson y Jessica Biel han convertido el entrenamiento funcional en parte integral de su imagen pública. Ambas actrices comparten sus rutinas y avances, y motivan a sus seguidoras a replantearse sus propios límites.
Alison Brie, por su parte, lleva el entrenamiento un paso más allá: dominadas con balón medicinal entre las piernas, una hazaña que fusiona fuerza y control corporal extremo.
Este auge del entrenamiento de fuerza en mujeres, impulsado en parte por celebridades, se traduce en oportunidades tangibles para el sector salud y bienestar. Según datos de IBISWorld y Statista, el mercado global de entrenamiento funcional femenino ha experimentado un crecimiento sostenido en la última década. Con especial impulso postpandemia.
En República Dominicana, el aumento en la oferta de gimnasios boutique, programas de entrenamiento para mujeres y marcas que promueven fuerza sobre delgadez refleja esta evolución. Las dominadas —antes exclusivas del crossfit o entrenamientos militares— ahora se enseñan en clases grupales, gimnasios corporativos y plataformas digitales.
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Además, clínicas de fisioterapia, centros de medicina deportiva y marcas de suplementos están adaptando sus servicios para acompañar este tipo de entrenamiento. La educación sobre fuerza muscular femenina no solo mejora la salud metabólica, ósea y emocional. Sino que está dando lugar a nuevas líneas de negocio, desde ropa deportiva especializada hasta tecnología wearable enfocada en rendimiento de fuerza.
Lo que estas mujeres representan no es solo una rutina fitness: es una transformación cultural. Las dominadas son una metáfora poderosa del momento que vive la mujer en el ámbito de la salud: el de tomar las riendas de su cuerpo, de su narrativa y de su bienestar.
Así que si aún no logras hacer una dominada, tranquila. No se trata solo de fuerza, sino de constancia. Y si estás en el negocio de la salud, este movimiento es una señal clara: el futuro de la industria pasa por cuerpos fuertes, resilientes y liderados por mujeres que, como Halle o JLo, no solo se elevan en la barra… también lo hacen en la vida.
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