La mamografía tridimensional (también llamada tomosíntesis digital) genera una imagen tridimensional de la mama por medio de radiografías, de modo que se utilizan varias imágenes de baja dosis desde diferentes ángulos alrededor de la mama para crear la imagen 3D; a diferencia de una mamografía convencional, que genera una imagen bidimensional de la mama a partir de dos imágenes radiográficas de cada una de ellas.
La mamografía tridimensional está aprobada por muchas instituciones oficiales del mundo, pero aún no está considerada como el tratamiento convencional de detección del cáncer de mama y como es relativamente nueva, no está disponible en todos los hospitales y centros de mamografías.
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Investigadores de Australia e Italia realizaron un estudio en el que participaron unas 7,300 mujeres, cuyas edades oscilaban entre los 48 y los 71 años. En el estudio, las mujeres fueron sometidas tanto al examen estándar como al que combina imágenes en 2D y 3D. De los 59 casos de cáncer de mama que se detectaron, 39 fueron detectados por el mamógrafo 2D solo y por el que combina ambas tecnologías, en tanto que los otros 20 casos fueron detectados exclusivamente por medio de la mamografía combinada.
Por lo que se demostró con claridad, que, cuando la mamografía es interpretada sobre la base de imágenes 2D y 3D, mejora la detección del cáncer de mama, en comparación con esa misma interpretación basada solo en mamografías 2D.
Una razón por la cual algunos tumores pueden escapar a la detección en una mamografía estándar, es que la compresión de la mama produce el solapamiento de los tejidos, lo que puede ocultar el cáncer. En ese sentido, la versión 3D le posibilita al técnico radiólogo moverse a través de las imágenes de distintas capas de tejido mamario, de una a la vez, lo cual incrementa su capacidad para examinar con mayor claridad las áreas más dudosas.
La FDA aprobó en el 2011 la tomosíntesis digital de mama, como se denomina oficialmente la mamografía 3D, con la esperanza de que las imágenes más claras no solo mejoren la detección de tumores, sino también disminuyan el número de veces que una paciente debe ser citada para repetir el estudio.
Asimismo, existe cierta preocupación, entre los investigadores, de que la combinación de tecnologías exponga a las mujeres a una mayor dosis de radiación que la que reciben exclusivamente con una mamografía 2D. En la actualidad, las mujeres pueden someterse a una mamografía 3D solo en combinación con una 2D estándar, hasta tanto se disponga de más pruebas sobre si el método 3D
es tan efectivo como el tradicional para detectar el cáncer.
Pero los resultados positivos de la mamografía 3D nunca se detienen y solo se pueden mencionar elogios y logros alcanzados sobre esta técnica. (mhs)
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