En un mundo que prioriza la rapidez y la conveniencia, las ensaladas listas en bolsa, también conocidas como “de cuarta gama”, se han convertido en una solución práctica para miles de personas. Pero una reciente investigación científica ha encendido las alertas sobre la seguridad de estos productos listos para consumir, al detectar restos genéticos del parásito Toxoplasma gondii en una proporción significativa de muestras analizadas.
¿Estamos frente a un riesgo real de salud pública? ¿Debemos volver a lavar lo que ya se vende como “lavado y listo”? Conversamos con Alba Ramírez, tecnóloga alimentaria, nutricionista y directora de la Escuela Alimentaria, para entender lo que realmente dice la ciencia.
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Publicado en la revista Eurosurveillance, el estudio analizó 3,293 muestras de ensaladas listas envasadas de 10 países europeos. El hallazgo fue claro: en el 4.1 % de los casos, se detectó ADN del Toxoplasma gondii. Traducido a una escala doméstica, eso significa que una de cada 25 bolsas podría haber estado en contacto con el parásito.
Ramírez aclara que este dato no implica automáticamente la presencia de un patógeno viable o capaz de causar enfermedad. La técnica utilizada, PCR en tiempo real, detecta material genético, no infectividad, lo que significa que el parásito pudo estar muerto o inactivo. Sin embargo, su presencia sí plantea un riesgo potencial, especialmente si se trata de alimentos que no se cocinan antes de consumir.
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Este parásito microscópico es responsable de la toxoplasmosis, una enfermedad que generalmente pasa desapercibida en personas sanas, pero puede tener consecuencias graves en embarazadas y personas inmunocomprometidas.
En mujeres embarazadas, una infección primaria puede provocar malformaciones congénitas, ceguera, daños neurológicos e incluso abortos espontáneos. De ahí la histórica recomendación de evitar la manipulación de heces de gato, ya que estos animales son el huésped definitivo del parásito. Sin embargo, como subraya Ramírez, la vía alimentaria también representa una fuente importante de transmisión, especialmente a través de carne cruda y verduras mal lavadas.
El hallazgo no confirma que las ensaladas listas transmitan toxoplasmosis, pero sí revela que los procesos industriales de lavado no son infalibles. La industria de alimentos de cuarta gama emplea tecnologías sofisticadas para higienizar sus productos, sin embargo, algunos microorganismos como T. gondii pueden resistir dichos procesos.
Esto no significa que haya que evitar estas ensaladas, pero sí que es necesario reforzar las recomendaciones para ciertos grupos vulnerables.
Aunque los envases aseguren que no es necesario lavar el producto, la respuesta prudente es sí, lavarlas nuevamente en casa, especialmente si perteneces a alguno de los siguientes grupos:
Mujeres embarazadas
Pacientes con sistemas inmunitarios comprometidos
Personas mayores con enfermedades crónicas
¿Cómo hacerlo? Basta con enjuagar la ensalada bajo agua potable abundante, y secarla con una centrifugadora de vegetales o papel absorbente limpio. No es necesario usar productos químicos.
Otros consejos clave para reducir riesgos de toxoplasmosis:
Cocinar bien las carnes, especialmente las de cerdo, cordero o res.
Lavar bien frutas y vegetales antes de consumirlos crudos.
Mantener buenas prácticas de higiene en la cocina, incluyendo lavado de manos y superficies.
Evitar manipular la arena del gato durante el embarazo o usar guantes y lavarse bien las manos después.
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Según Alba Ramírez, este estudio no debe generar miedo ni provocar un rechazo irracional a los productos procesados. La toxoplasmosis es una enfermedad prevenible, y el conocimiento es nuestra mejor herramienta.
“Estos resultados no deben ser interpretados como una sentencia, sino como una oportunidad para mejorar nuestras prácticas de consumo y manipulación de alimentos”, puntualiza.
Para la población general, el riesgo sigue siendo bajo, pero no inexistente. En cambio, para quienes pertenecen a los grupos de mayor vulnerabilidad, lavar las ensaladas de bolsa podría ser un gesto sencillo que marque la diferencia entre una comida saludable y una potencial fuente de riesgo.
La conveniencia no debe estar reñida con la precaución. Aunque las ensaladas de cuarta gama siguen siendo una opción válida y segura para la mayoría, la evidencia actual sugiere que vale la pena reconsiderar nuestras rutinas si pertenecemos a un grupo sensible. Lavar, cocinar adecuadamente y mantener una buena higiene alimentaria siguen siendo los pilares de una dieta saludable… y segura.
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