Sí, la expectativa de vida se ha incrementado, pero no necesariamente vivimos mejor. Las razones pueden ser muchas, pero algunas de las que resultan invisbles, son las células zombi. Diversas investigaciones han puesto a este grupo de células ante los focos, para avanzar en la medicina antienvejecimiento. Además de la contraparte de ellas: los senolíticos. Pero ¿qué son estas células, cómo afectan tu salud y qué papel juega la alimentación en su eliminación?
El cuerpo humano, incluso en reposo, está en constante renovación, especialmente de noche mientras duermes. Las células se dividen, cumplen su función y mueren para ser reemplazadas por otras. Pero a partir de cierta edad, muchas dejan de dividirse y entran en un estado peculiar: no están muertas, pero tampoco vivas. Son las llamadas células senescentes, también conocidas como células zombi.
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Estas células no se replican, no contribuyen al funcionamiento del órgano donde residen, pero siguen activas. Liberando sustancias inflamatorias que deterioran el tejido sano a su alrededor. Según investigaciones del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA, por sus siglas en inglés), su acumulación está relacionada con enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares, diabetes tipo 2, artrosis y hasta ciertos tipos de cáncer.
Los senolíticos son compuestos que atacan selectivamente las células zombi, forzando su muerte programada (apoptosis) y facilitando así una especie de “limpieza molecular” que rejuvenece los tejidos. Una investigación publicada en la revista Nature Medicine (2023) demostró que eliminar células senescentes en ratones prolongó su esperanza de vida hasta un 36%, mejorando funciones cerebrales, pulmonares y cardiovasculares.
La Clínica Mayo ha logrado realizar algunas pruebas en humanos, demostrando que el uso de senolíticos puede mejorar la condición. Especialente si hablamos de la quercetina combinada con dasatinib. Esta potente dupla mejora marcadores inflamatorios y aumenta la proteína a-klotho, clave en la longevidad. La proteínade la que hablamos, decae con la edad, aunque también se encarga de proteger contra la enfermedad renal, el Alzheimer y el daño celular crónico.
“Los fármacos senolíticos podrían convertirse en una herramienta clínica revolucionaria para prevenir enfermedades ligadas al envejecimiento”, explicó la Dra. Yi Zhu, investigadora biomédica y autora de uno de los estudios más citados sobre senescencia celular.
Aunque los tratamientos farmacológicos aún están en fase experimental o restringidos a protocolos clínicos, la buena noticia es que ciertos alimentos contienen compuestos senolíticos naturales. Su efecto es más suave, pero sostenido en el tiempo puede ser un aliado poderoso para mantener la salud celular. Entre los más estudiados están dos flavonoides con efectos senolíticos: la quercetina y la fisetina. Alimentos que ayudan a combatir las células zombi.
Incluir estos alimentos en la dieta habitual no solo promueve la longevidad, sino que también reduce la inflamación sistémica:
Existen suplementos de fisetina y quercetina que concentran estos compuestos en dosis terapéuticas, pero no deben consumirse sin evaluación profesional. En estudios experimentales se han utilizado dosis específicas, intermitentes y controladas, muy superiores a las que aporta una dieta estándar.
Además, su potencial para interactuar con medicamentos y condiciones médicas requiere de vigilancia médica. ¿Cómo saber si tengo muchas células senescentes? Actualmente no existe una prueba clínica de rutina que mida con precisión los niveles de células zombi.
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El cuerpo suele arrojar varias pistas, para eso están los indicadores como las oxilipinas o los niveles plasmáticos de interleucinas proinflamatorias. Claro está, las pistas solo se aplican en contextos de investigación o medicina antiaging avanzada. Un envejecimiento prematuro, fatiga constante, piel opaca, pérdida de masa muscular y dificultades cognitivas pueden ser signos indirectos de una alta carga de senescencia celular.
En resumen: vivir más no basta, hay que vivir mejor. Combatir el envejecimiento celular no es ciencia ficción. Es ciencia en evolución, y aunque los tratamientos farmacológicos aún se perfeccionan, el primer paso empieza en la cocina. Una dieta rica en alimentos con compuestos senolíticos puede ayudarte a reducir la inflamación crónica, proteger tus órganos y aumentar tus años de vida saludable. Invertir en salud celular hoy es un negocio a largo plazo para el cuerpo y el cerebro.
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