Un nuevo estudio ha puesto en el centro de atención a los microplásticos, partículas diminutas presentes en el aire, agua y alimentos. Publicado en Environmental Science & Technology, este análisis alerta sobre los riesgos potenciales que estas partículas representan para la salud humana. Problemas como infertilidad, cáncer de colon y daños pulmonares están relacionados con su exposición.
Los microplásticos, productos de la descomposición del plástico, se encuentran en todos los rincones del planeta. Sin embargo, su presencia en el cuerpo humano, especialmente en órganos vitales, plantea interrogantes preocupantes.
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El estudio, liderado por investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), analizó 31 investigaciones realizadas entre 2018 y 2024. Aunque no es exhaustivo, su objetivo fue identificar los riesgos más urgentes. De estas investigaciones, solo tres se centraron en humanos, mientras que el resto utilizó animales, principalmente ratones.
En humanos, los microplásticos se detectaron en líquido amniótico, placentas y fluidos nasales. Aunque los datos son preliminares, ofrecen una visión preocupante sobre la infiltración de estas partículas en el cuerpo.
En los experimentos con animales, los hallazgos fueron aún más claros. Se observaron daños en el colon, disminución en la calidad del esperma y problemas respiratorios. La evidencia calificó como “alta” en cuanto a los efectos sobre la salud intestinal y la fertilidad, y “moderada” respecto al daño pulmonar.
El sistema gastrointestinal parece ser uno de los principales afectados por los microplásticos. En animales, los estudios evidenciaron inflamación crónica en los intestinos, reducción en la superficie de la mucosa intestinal y daño proporcional al nivel de exposición.
Además, la presencia de estas partículas en heces humanas confirma que están ingresando al organismo, pero aún se desconocen sus efectos a largo plazo en el sistema digestivo.
Uno de los hallazgos más alarmantes del estudio fue la relación entre microplásticos y problemas de fertilidad. En ratones, se detectó una reducción significativa en la cantidad y movilidad de los espermatozoides. Además, se observaron malformaciones en estas células, lo que sugiere posibles implicaciones para la fertilidad humana.
Este dato cobra especial relevancia en un mundo donde los índices de fertilidad ya enfrentan desafíos por otros factores como el estrés y la contaminación.
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La inhalación de microplásticos representa otro riesgo crítico. Según el estudio, estas partículas pueden alojarse en los pulmones, causando inflamación, estrés oxidativo y lesiones pulmonares. En el peor de los casos, podrían desencadenar fibrosis pulmonar, un daño irreversible en el tejido respiratorio.
Aunque la evidencia en humanos es limitada, la presencia de microplásticos en pulmones humanos ya ha sido documentada. Esto refuerza la necesidad de investigaciones más profundas.
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La producción global de plástico continúa en ascenso y se espera que se triplique para 2060. Este incremento inevitablemente aumentará la exposición humana a microplásticos, agravando los problemas de salud asociados.
Los microplásticos ya se han detectado en sangre, tejido cerebral y otros órganos, lo que sugiere que podrían estar afectando diversos sistemas del cuerpo. Sin embargo, aún queda mucho por entender sobre sus mecanismos de daño.
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Ante esta situación, los científicos instan a las autoridades a tomar medidas inmediatas. Aunque los datos aún son preliminares, el consenso es claro: el riesgo es lo suficientemente alto como para justificar acciones preventivas.
Reducir la producción y el consumo de plásticos es un primer paso esencial. También se necesitan regulaciones estrictas para limitar la liberación de microplásticos en el medio ambiente.
En paralelo, es crucial aumentar la investigación sobre los efectos de estas partículas en la salud humana. Esto permitirá desarrollar políticas más efectivas y campañas de concienciación para la población.
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