La trampa de la comparación: Cómo mantenerse fiel a nuestro propio reloj

Por | junio 7, 2024

Llega un punto en la vida donde nos damos cuenta de que nuestro entorno puede no estar en sintonía con nosotros, aunque compartamos valores similares. Algunos encuentran el amor mientras otros aún no lo conocen; algunos están en plena espera de su primer bebé mientras otros no tienen planes de ser padres; algunos aún viven con sus padres mientras otros ya han firmado una hipoteca; algunos están ascendiendo en su carrera profesional mientras otros están en busca de empleo… En resumen, no llevamos el mismo paso, y eso no debería causarnos incomodidad, sino más bien ayudarnos a entender que cada uno tiene su propio ritmo y que podemos vivir libre de comparación.

Sentirse atrasado es una emoción que aflora en muchas situaciones y puede ser difícil de manejar… La sensación de quedarse atrás es común en la sociedad actual. Aparece cuando creemos que los demás avanzan más rápido o logran más cosas que nosotros. Es como si nuestros pasos tuvieran que seguir lo que otros dictan… pero no olvidemos que, por ejemplo, el hecho de que un amigo tenga un hijo no pone en desventaja a quienes no lo desean en este momento o han decidido no tenerlo nunca. Simplemente, cada persona tiene su propio reloj y no todos hacemos y logramos todo al mismo tiempo. Ni siquiera tenemos por qué aspirar a lo mismo.

Factores que provocan la sensación de quedarse atrás

Según la psicóloga Beatriz Gil Bóveda, CEO de Psique Cambio, esta sensación de quedarse atrás no es nueva, pero las redes sociales y los logros visibles de otros en el ámbito profesional y personal pueden agudizar esta percepción. En la era actual, donde compartir cada aspecto de nuestra vida se ha vuelto una norma, esta percepción se amplifica.

  1. Redes sociales y comparación constante. Las redes sociales nos inundan con imágenes de éxito y felicidad, creando una ilusión de perfección que puede resultar engañosa. Beatriz Gil Bóveda señala que este flujo incesante de información «nos lleva a compararnos y sentirnos inadecuados». Al observar los logros de otras personas, es fácil sentir que no estamos alcanzando nuestras propias metas, lo que puede generar una sensación de insuficiencia y retraso.
  2. Éxito profesional y personal. Observar cómo compañeros y amigos alcanzan metas profesionales y personales puede desencadenar sentimientos de envidia y autocrítica. La psicóloga Beatriz Gil Bóveda señala que la presión social para cumplir ciertos hitos, como tener una carrera exitosa, formar una familia, comprar una casa o un coche, juega un papel crucial en estos sentimientos. Esta presión puede hacernos sentir inadecuados si no logramos cumplir con esos estándares.

Factores y consecuencias de la sensación de quedarse atrás

La sensación de quedarse atrás puede ser desencadenada por observar cómo amigos y colegas alcanzan metas profesionales y personales. La presión social para lograr ciertos hitos, como tener una carrera exitosa, formar una familia, comprar una casa o un coche, contribuye significativamente a esta percepción. La psicóloga Beatriz Gil Bóveda explica que esta presión puede hacer que nos sintamos inadecuados si no cumplimos con esos estándares.

Este sentimiento puede tener serias repercusiones en la salud mental. Según Beatriz Gil Bóveda, la constante comparación y la percepción de fracaso personal pueden llevar a problemas como ansiedad, depresión y baja autoestima. Estas emociones negativas erosionan nuestro bienestar emocional y afectan nuestras relaciones personales.

Cómo manejar esta sensación

Aunque compararse con los demás puede ser una conducta común, existen estrategias para evitar que se convierta en un hábito tóxico. Aquí algunos consejos de los expertos:

    1. Practicar la gratitud: Enfocarse en lo positivo y agradecer lo que tenemos puede contrarrestar los sentimientos negativos. Beatriz Gil Bóveda sugiere llevar un diario de gratitud. «Al escribir diariamente sobre lo que valoramos en nuestra vida, podemos cambiar nuestro enfoque hacia lo que realmente importa», afirma.
    2. Establecer metas personales: En lugar de compararnos con otros, es más beneficioso fijar y trabajar en nuestras propias metas. Esto nos permite medir nuestro progreso basado en nuestro crecimiento personal, no en estándares externos. «Establecer metas realistas y alcanzables nos proporciona un sentido de dirección y propósito», recalca la experta.
    3. Limitar el uso de redes sociales: Reducir el tiempo que pasamos en redes sociales puede disminuir la constante comparación. Es importante recordar que lo que se muestra en las redes sociales no refleja la realidad completa de las personas. Al limitar nuestra exposición a estas plataformas, podemos enfocarnos más en nuestra vida y menos en las vidas idealizadas de los demás.

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