También conocida como sed de contacto, en psicología se utiliza este término para hacer referencia a la necesidad de contacto humano físico. Desde la primavera boreal de 2020 los sistemas sociales se han enfocado en establecer medidas de aislamiento social para evitar la transmisión del nuevo coronavirus, que produce una afección respiratoria. No obstante, la ciencia insiste en que los seres humanos necesitamos contacto físico casi en la misma intensidad con la que requerimos cubrir necesidades básicas como alimentarnos o beber agua.
El profesor estadounidense de psicología de la Universidad de California Dacher Keltner ha publicado recientemente los resultados de una investigación en la que se preguntaba si los humanos pueden comunicar emociones a través del tacto. Para averiguarlo, construían una barrera en su laboratorio que separaba en cada turno a 2 personas que no se conocían. A la persona que estaba al otro lado, se le pedía intuir la ira, gratitud, el amor o el miedo de su contraparte a través del contacto humano. El 60% de los participantes han acertado.
Accede a las historias más relevantes de negocios, bienestar y tecnología. Entérate de nuestros rankings y eventos exclusivos. Suscríbete y recibe en tu correo el mejor contenido de Mercado.
Keltner destaca que, si bien han existido varias combinaciones de género en el estudio, le ha llamado la atención que cuando una mujer intentaba comunicar la ira a un hombre, éste último no acertaba. Al mismo tiempo, cuando un hombre pretendía comunicar compasión a una mujer, ella no lo descifraba. En concepto del investigador, “los beneficios del contacto humano comienzan desde el nacimiento”. Se ha evidenciado que bebés prematuros que reciben táctil cada día ganan un 47% más de peso que otros recién nacidos bajo la misma condición.
Sencillos gestos cotidianos como saludar, despedirnos con un abrazo, pasear cogidos de la mano, o dar o recibir un masaje pueden contribuir al bienestar físico y mental. Existe consenso de que el contacto humano disminuye la producción de serotonina, hormona relacionada con el estrés. También mejora el estado de ánimo y ayuda a alivianar el dolor, al aumentar la producción de oxitocina, la hormona del afecto. Por otra parte, contribuye a mejorar la salud física, al disminuir la presión sanguínea, el ritmo cardíaco, y a fortalecer el sistema inmune.
Las consecuencias del no contacto físico serían vivir permanentemente en estado de alerta, así como mostrar dificultades para dar y recibir afecto. De igual manera se evidenciarían posturas corporales rígidas, y como limitaciones para expresar emociones y sentimientos. De manera adicional, el sistema inmunológico se puede debilitar. Este último escenario impide desarrollar defensas para combatir infecciones como el virus que causa la COVID-19. Por último, habría un empeoramiento de las afecciones neurológicas por la desconexión con el sentir ajeno.
La videollamada, aunque no lo parezca, también tiene una capacidad terapéutica que debe ser aprovechada mientras un grupo poblacional decida mantenerse aislado. Este mecanismo se encarga de transmitir “copresencia visual”, es decir, de dar la sensación de presencia física con los nuestros, al menos visual o auditivamente. Ya que la voz a veces es insuficiente para conocer otros estados de ánimo, el video permite corroborar que hay consonancia entre las expresiones faciales y lo que la contraparte pretende comunicar verbalmente. (mov)
Suscríbete a la revista y regístrate a nuestros newsletters para recibir el mejor contenido en tu buzón de entrada.
Con la compra de tu suscripción digital, recibes acceso a contenido premium dentro de nuestra plataforma web.
Acceso exclusivo a noticias, entrevistas y artículos
Acceso prioritario a eventos
Newsletters digitales diarios
Acceso exclusivo a noticias, entrevistas y artículos
Acceso prioritario a eventos
Newsletters digitales diarios
Newsletters especiales y especializados
12 ediciones digitales de Mercado
12 ediciones digitales de Market Brief
Nuevas ediciones al instante en tu correo