El ser humano vive en constante cambio y evolución, de hecho, es uno de los factores ‘seguros’ en el transcurso de la vida. «No es la más fuerte de las especies la que sobrevive, tampoco la más inteligente, sino la más receptiva al cambio«, dijo el célebre biólogo Charles Darwin, pero, ¿será este cambio un paso más para la humanidad? ¿o justo todo lo contrario?
A lo largo del último millón de años, el tamaño medio del cuerpo de los seres humanos ha fluctuado significativamente, esto fuertemente vinculado a la temperatura. Según afirma un estudio en la revista Nature Communications, los climas más fríos impulsaron la evolución de cuerpos más grandes, y los más cálidos, más pequeños.
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El equipo dirigido por las universidades de Cambridge y Tubinga combinó datos de mediciones del tamaño del cuerpo y cerebro de hasta 300 fósiles Homosapiens de todo el mundo con una reconstrucción de los climas regionales durante el último millón de años; de esta forma se identificó el clima específico experimentado por cada fósil mientras en vida.
Se cree que un tamaño más grande actúa como amortiguador de las temperaturas más heladas, por ende en las regiones más frías han oscilado este tipo de cuerpo.
Un rasgo que define la evolución de nuestro género es la tendencia a aumentar el tamaño del cuerpo y del cerebro; en comparación con especies anteriores como el Homo habilis, somos un 50% más pesados y nuestro cerebro es tres veces mayor.
Los investigadores también analizaron el efecto de los factores ambientales sobre el tamaño del cerebro en el género Homo, pero las correlaciones fueron generalmente débiles.
El tamaño del cerebro tendía a ser mayor cuando el Homo vivía en hábitats con menos vegetación, como estepas abiertas y praderas, pero también en zonas ecológicamente más estables.
En combinación con los datos arqueológicos, los resultados sugieren que los habitantes de estos hábitats cazaban grandes animales como alimento, una tarea compleja que podría haber impulsado la evolución de cerebros más grandes.
El físico humano sigue adaptándose a las distintas temperaturas y, por término medio, las personas de mayor tamaño viven hoy en climas más fríos.
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Fuente: Efe
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