Joseph, un ingeniero de redes de Texas, no se conforma con un solo trabajo, ni con dos… ¡no, señor! Él teje una red de tres empleos a tiempo completo, facturando la suma de 344.000 dólares al año. ¿Cómo lo hace? ¿Es un superhéroe de la productividad o un equilibrista al borde del colapso?
Al principio, todo parecía un sueño hecho realidad. A principios de 2020, Joseph ya tenía un trabajo que le pagaba 117.500 dólares al año. Pero no era suficiente. Su ambición (o tal vez la necesidad) lo llevó a buscar un segundo trabajo remoto, donde ganaba 120.000 dólares más.
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¿El secreto de su éxito? Según él, en su primer trabajo solo dedicaba entre 4 y 5 horas semanales a «trabajo real». El resto del tiempo, lo usaba para tejer su red de productividad.
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Con dos trabajos en su haber, Joseph no se detuvo ahí. Un cambio estratégico en su segundo empleo lo impulsó a buscar un tercero. Si le gustaba este nuevo desafío, dejaría el segundo. Y así fue: en febrero de 2022, se unió a un tercer trabajo de TI a tiempo completo, con un salario de 120.000 dólares anuales.
¿El resultado? Un torbellino de horas laborales. Joseph trabajaba unas 40 horas a la semana en sus tres empleos, más algunas horas extras de vez en cuando.
¿Cómo lo lograba? Según él, la clave estaba en la flexibilidad. El ordenaba sus reuniones de forma tal para que no lo interrumpieran. Pero no todo fue tan organizado, incluso llegó a atender dos reuniones a la vez, con la cámara apagada y los auriculares puestos, para no perder ni un minuto. Un auricular de una reunión y otra del otro, escuchaba un poquito de cada reunión.
Pero la vida de Joseph no es color de rosa. El estrés, inevitablemente, ha hecho mella en él. «Me siento quemado«, confiesa. Sin embargo, la estabilidad económica que le brindan sus tres trabajos lo motiva a seguir adelante.
¿Superhéroe o superviviente? La respuesta la tiene Joseph. Lo que sí está claro es que su historia es un ejemplo de ambición, astucia y, tal vez, un poco de locura.
¿Te atreverías a seguir sus pasos? El camino de Joseph no es para cualquiera. Solo los más valientes (o los más desesperados) se atreverían a tejer una red de trabajo tan exigente. Pero recuerda: si logras alcanzar el éxito como Joseph, la recompensa será grande. Dinero, estabilidad y la satisfacción de haber conquistado lo imposible.
Y viene la pregunta… ¿vale la pena esa locura?
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