El anuncio de una colaboración récord entre el grupo de marcas de lujo LVMH (Moët Hennessy Louis Vuitton) y la Fórmula 1 marca un momento crucial tanto en el mundo del deporte como en el sector del lujo. Este acuerdo, que tendrá una duración de 10 años y comenzará en 2025 y podría alcanzar un valor por 1,000 millones de dólares, coincide con la celebración del 75º aniversario de la Fórmula 1, y promete transformar la relación entre las marcas de élite y la competición automovilística más prestigiosa del mundo.
La alianza entre LVMH y la Fórmula 1 no es simplemente un patrocinio tradicional. Este pacto contempla la presencia de algunas de las marcas más icónicas de LVMH —como Louis Vuitton, Moët Hennessy y TAG Heuer— en los eventos de la Fórmula 1, lo que posicionará a estos gigantes del lujo en un escaparate global sin precedentes.
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A partir de 2025, TAG Heuer sustituirá oficialmente a Rolex como el cronometrador oficial de la competición, mientras que Moët & Chandon será el encargado del champán en las ceremonias de podio.
Este cambio es significativo, dado que Rolex ha sido un patrocinador de larga data en el mundo del automovilismo, y su reemplazo subraya la magnitud de esta nueva alianza.
El acuerdo entre LVMH y la Fórmula 1 va mucho más allá de la mera presencia de logotipos en los eventos. Los equipos de la F1 llevarán la marca de lujo a otro nivel, con activaciones personalizadas que incluirán ediciones limitadas de productos y campañas especiales dirigidas a los aficionados del deporte. Además, las marcas de LVMH no solo estarán presentes en los circuitos, sino también en las experiencias sartoriales y de lujo que rodean a la competición, consolidando su asociación con un deporte que ha ganado un atractivo especial entre el público joven.
Este movimiento estratégico responde a la creciente popularidad de la Fórmula 1 en todo el mundo, un fenómeno potenciado por la serie documental Drive to Survive de Netflix, que ha capturado la atención de nuevas audiencias globales, particularmente entre los más jóvenes. Este tipo de colaboraciones refuerza la idea de que el deporte motor se está convirtiendo en un espacio atractivo para marcas que buscan llegar a un público de alto poder adquisitivo y orientado al lujo.
LVMH ha mostrado un interés creciente en el mundo del deporte de élite, y esta alianza es un claro ejemplo de cómo la compañía busca diversificar su presencia en este sector. La Fórmula 1, con su audiencia global y su estilo de vida asociado al glamour y la velocidad, es un vehículo perfecto para que LVMH expanda su influencia.
Esta colaboración se suma a otras iniciativas recientes del conglomerado, como su patrocinio de los Juegos Olímpicos de París 2024 y su participación en competiciones como la America’s Cup.
Al establecer esta colaboración a largo plazo con la Fórmula 1, LVMH refuerza su imagen como un actor clave en la convergencia entre el lujo y el deporte. Esta estrategia no solo le permitirá aumentar su visibilidad global, sino que también potenciará sinergias con otros patrocinadores y permitirá a la empresa generar nuevas oportunidades de crecimiento en mercados emergentes.
Aunque LVMH sigue siendo una de las empresas más poderosas en el mundo del lujo, ha enfrentado algunos desafíos financieros recientes.
Durante el primer semestre de 2024, el grupo reportó una caída del 1 % en sus ingresos, junto con una disminución del 14 % en sus resultados netos. Estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de LVMH de diversificar sus ingresos y encontrar nuevas fuentes de crecimiento en un mercado cada vez más competitivo.
La desaceleración en divisiones clave como vinos, bebidas espirituosas, joyería y relojería, ha llevado al conglomerado a buscar nuevas avenidas de expansión, y la Fórmula 1 ofrece una plataforma ideal para alcanzar estos objetivos.
El deporte motor, con su proyección global y su creciente relevancia entre las generaciones más jóvenes, es un campo que promete ofrecer grandes retornos para LVMH. La asociación con la Fórmula 1 también podría servir como un revulsivo para revitalizar el interés por sus marcas en un público más amplio, lo que ayudaría a contrarrestar los efectos de la desaceleración en otras áreas del negocio.
La relación entre LVMH y el deporte motor no es nueva. Louis Vuitton ha tenido una participación notable en el pasado, como la creación de una vitrina para los trofeos del Gran Premio de Mónaco. También se ha destacado la relación de Berluti, otra marca de LVMH, con el piloto Pierre Gasly, y el papel de TAG Heuer como cronometrador oficial del equipo Red Bull Racing. Estas colaboraciones anteriores subrayan la comprensión que tiene LVMH del deporte automovilístico y su capacidad para capitalizar las oportunidades dentro de este entorno.
Esta experiencia previa proporciona a LVMH una ventaja estratégica en su nuevo papel como socio global de la Fórmula 1, ya que puede aprovechar su conocimiento del mercado para maximizar los beneficios de la asociación. La presencia de Louis Vuitton y Moët Hennessy en la Fórmula 1 también refuerza la conexión entre el lujo, la exclusividad y el mundo de las competiciones de alta velocidad, lo que sin duda atraerá a un público deseoso de experiencias premium.
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