Laurent Freixe presenta una de esas trayectorias que hablan por sí solas. Parte de la familia de Nestlé® desde 1986, ha desarrollado su carrera en puestos de máxima responsabilidad en España, Francia, Hungría, la región europea o la Zona Américas. En enero de 2022 fue nombrado vicepresidente ejecutivo y CEO de la Zona Latinoamérica.
Es un breve resumen de un perfil brillante que a las posiciones de altura añade hechos. Freixe es una figura clave del desarrollo de Nestlé® principalmente en dos ámbitos: la innovación en los distintos eslabones de la cadena de valor, y los programas en favor de la empleabillidad de la gente joven.
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Durante su reciente visita a Santo Domingo, Freixe repasó para revista Mercado la situación del mercado regional y dominicano, los retos a corto y medio plazo y habla de la iniciativa conjunta Nestlé®-UNESCO para impulsar el emprendimiento joven.
Es muy positivo. Para Nestlé®, América Latina es la región del mundo que más ha crecido, tanto a nivel orgánico como de volumen. Es la región más exitosa.
Esto tiene mucho que ver con la excelente presencia histórica que tenemos. Nestlé® siempre ha apostado por América Latina. Tenemos fábricas en 16 países; de hecho, tenemos dos en República Dominicana.
Esta historia y el hecho de tener esta presencia nos permiten contratar al mejor talento. Combinando presencia fuerte, reputación de marca, capacidad de atraer al mejor talento e inversión en activos sostenibilidad o tecnología, la ecuación que tenemos aquí es muy potente y nos permite obtener resultados excelentes.
De hecho, América Latina no sólo fue la región más dinámica para Nestlé® en 2022, también el año anterior, y el anterior. Es una dinámica muy potente. Yo diría que es uno de los motores principales de crecimiento de Nestlé®.
Hacía 5 años que no había visitado República Dominicana, básicamente por motivos de agenda y también por la pandemia. Después de tanto tiempo, en el que he seguido el negocio a distancia pero sin entrar en algunos detalles y sin conocer a los equipos, ver los proyectos de cerca me ha impactado mucho.
No me esperaba ver una organización modernizada a este punto, tan conectada internamente pero también con la comunidad, con la sociedad civil, con los poderes públicos, con los jóvenes. Veo una organización muy enfocada en la sostenibilidad; por ejemplo, acabamos de implementar un proyecto de una inversión en una caldera de biomasa en una de nuestras fábricas importantes. Es una iniciativa, pero hay muchas más.
En resumen, he encontrado una Nestlé® República Dominicana, una Nestlé® Caribe-latino, de primera clase. Visito los mercados más grandes del mundo, no sólo de Latinoamérica, y lo que he visto en mi visita es de punta, por la calidad y el aprovechamiento del talento humano, la forma de trabajar del equipo, pero también por la apuesta por la transformación hacia la sostenibilidad y la tecnología.
Hay dos fuerzas muy potentes que impactan el negocio. La primera es el tema medioambiental, la naturaleza, el agua, que son recursos escasos, y también el clima, con el calentamiento global, que crea un gran riesgo para el planeta y su sostenibilidad. Esto nos preocupa y es un motor de cambio. Tenemos el compromiso alcanzar la neutralidad, un Net Zero en nuestras operaciones a 2050, con etapas intermedias de reducir nuestra huella de carbono en un 20 % a 2025, y un 50 % a 2030.
Esto es mañana y pasado mañana, y nos impone cambiar nuestra forma de trabajar. Por ejemplo, nos exige pensar más circular que lineal. Nos impulsa a trabajar muy de la mano con nuestra cadena de valor, con los agricultores, porque una gran parte de la huella de carbono viene de las materias primas, de la leche, de los cereales o del café.
La otra fuerza de cambio que genera oportunidades de innovación es la tecnología. Hoy en día no sólo pensamos en innovación de producto, también en la innovación de negocio y de plataforma. Es algo muy asumido aquí, muy bien enfocado, con resultados muy impactantes.
La innovación es el crecimiento futuro, supone inversión y estamos totalmente en este camino porque vivimos un momento de transformación, de cambio rápido y de mucho impacto.
Es un gran impacto, provocado esencialmente o primeramente por el Covid-19. El consumo se ha mantenido muy potente por varios motivos, especialmente por el soporte de los poderes públicos a los hogares. El incremento de las remesas que vienen de Estados Unidos es otro elemento.
Y por otra parte, debido a la pandemia, vemos una cadena de suministro muy golpeada, con escasez de producto. Cuando se mantiene o incluso se incrementa la demanda y el suministro queda impactado, esto inmediatamente crea inflación.
A esto se puede agregar el elemento de la guerra en el centro de Europa, en una parte muy agrícola muy productiva, y el impacto también sobre el precio de la energía. Esto ha afectado a todos los negocios de todos los países, sin excepción, y evidentemente también a América Latina.
Lo que estamos viviendo es que este desajuste entre demanda y suministro está equilibrándose porque la demanda ha sido impactada por el incremento de precios. Mientras, la cadena de suministro se ha normalizado, o incluso la disponibilidad de materias primas, de energía, es mayor que la demanda.
Esto está normalizando la inflación. La prevista este año es menor que la del año pasado y yo creo que en 2024 deberíamos volver más o menos a la normalidad.
Es un momento que hay que pasar, es un momento difícil, complejo para el negocio, pero también para los consumidores. Nuestro esfuerzo mayor en este tipo de contexto, no sé si de ola o casi de tsunami inflacionario, es siempre subir nuestro nivel de eficiencia, de productividad, para bajar nuestros costos, poder limitar el incremento de precios al consumidor y, a través de esto, mantener más o menos el consumo. Esta ha sido nuestra apuesta.
Ha sido un gran evento para nosotros tras 10 años de desarrollo de nuestra iniciativa de los jóvenes. El hecho de que la UNESCO, la organización de las Naciones Unidas que se enfoca en educación, ciencias cultura, se aproxime a nosotros para proponer un trabajo de conjunto para ayudar a jóvenes emprendedores sociales en América Latina, es algo muy importante y seguramente de largo recorrido.
Empezó como una gran idea, como un sueño más que una gran idea, que era el de apoyar a los jóvenes en un momento de dificultad en un momento de crisis, en el que muchos se quedaban atrás, sin trabajo ni educación. Un momento en el cual, además, la empresa privada estaba más enfocada en reestructuración que en inversión.
Nosotros estábamos invirtiendo. Creemos en el poder de la inversión para crecer. Pensé que como empresa global podíamos y debíamos contribuir a hacer el puente entre el mundo educativo y el mundo laboral. Y, por lo tanto, lancé está Iniciativa por los Jóvenes.
La idea era apoyar a jóvenes a conseguir un trabajo, una práctica, cualquier tipo de experiencia profesional y también a prepararse para el empleo, para pasar entrevistas, escribir una hoja de ruta, de vida… A ser más, más capaces, más empleables.
Rápidamente vino la idea de movilizar a nuestra cadena de valor, a nuestros proveedores para multiplicar el efecto y crear una bola de nieve. Hoy en día tenemos 26 aliados trabajando con la misma perspectiva, con la misma visión, impactando millones de de jóvenes cada año.
La iniciativa es viva, crece cada vez más. Hay nuevas ideas, por ejemplo, acabamos de lanzar una plataforma para ayudar a jóvenes emprendedores que se llama YEP, Youth Entrepreneurship Platform, y estamos preparando también una plataforma para apoyar a jóvenes agroemprendedores.
Los sueños no tienen límites y que lo que nació hace 10 años como una idea, un concepto, hoy en día es algo de mucho alcance, de mucho impacto.
Borja Santamaría
Juan Tomás Díaz, líder de proyectos innovadores por y para los dominicanos
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