Consolidar el ron de los dominicanos como una referencia en los mercados internacionales más exigentes; es el ilusionante camino emprendido por Casa Brugal. Un proceso exigente que ha impulsado a la compañía a crecer para cumplir el reto.
«Ha sido un viaje extraordinario», comenta Augusto Ramírez, presidente de Casa Brugal, en Mercado Interview. «De mucho trabajo, de aprendizaje y de mejoramiento continuo, para con calidad, con herencia y con innovación, poder posicionar el ron de los dominicanos en un espacio que ha estado reservado para los grandes destilados del mundo».
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Es un ejemplo de cómo un objetivo ambicioso y compartido eleva la motivación y la calidad de todos los componentes de un equipo. El reto de «transformar a Brugal en el ron ultrapremium número 1 del mundo» supone «una inspiración para todos en Casa Brugal, siempre con una dosis de realidad, de saber cómo vamos a llegar ahí, qué se necesita cambiar».
«Eso ha hecho que toda la empresa se alinee detrás de esa ambición que realmente va a ser revolucionaria para una marca dominicana», señala Ramírez.
En el camino, la compañía creó una joya. «Andrés Brugal es la más cuidada y lujosa expresión de nuestra casa hasta ahora». Una edición «especial y muy exclusiva, de sólo 460 botellas» que cuida cada detalle, empezando por la presentación. Cada pieza se sirve «en un estuche que fue inspirado en la maleta que don Andrés, nuestro fundador, utilizaba para llevar a Ron Brugal por el mundo».
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