Spirit Airlines, la aerolínea de bajo costo con sede en Miramar, Florida, ha sido una opción popular para los viajeros que buscan tarifas económicas. Sin embargo, la aerolínea ha enfrentado una serie de desafíos financieros en los últimos años, lo que la ha llevado al borde de la bancarrota. Aquí detallamos los eventos clave que han llevado a esta situación, con fechas y puntos importantes.
En marzo de 2020, la pandemia de COVID-19 tuvo un impacto devastador en la industria de la aviación. Spirit Airlines experimentó una caída significativa en sus ingresos debido a la disminución drástica de los viajes aéreos. Durante el primer año de la pandemia, la aerolínea perdió más de $2.5 mil millones. La reducción en la demanda de vuelos y las restricciones de viaje impuestas por los gobiernos de todo el mundo afectaron gravemente a la aerolínea, que dependía en gran medida de los vuelos nacionales e internacionales de bajo costo.
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En 2022, en un esfuerzo por estabilizarse financieramente, Spirit Airlines intentó fusionarse con Frontier Airlines. Sin embargo, estas conversaciones iniciales fracasaron cuando JetBlue Airways presentó una oferta más alta para adquirir Spirit. La oferta de JetBlue fue vista como una oportunidad para que Spirit se beneficiara de una inyección de capital y recursos adicionales. Sin embargo, en enero de 2023, un juez federal bloqueó la fusión propuesta con JetBlue debido a preocupaciones antimonopolio, lo que dejó a Spirit en una posición precaria sin un socio estratégico para ayudar a aliviar su carga financiera.
Entre 2023 y 2024, a medida que la industria de la aviación comenzó a recuperarse, Spirit enfrentó un aumento en los costos laborales y operativos. Los precios del combustible, los salarios de los empleados y otros costos operativos aumentaron significativamente. Además, las aerolíneas tradicionales comenzaron a ofrecer tarifas económicas similares, atrayendo a los clientes de Spirit y reduciendo aún más sus ingresos. La competencia en el mercado de las aerolíneas de bajo costo se intensificó, lo que dificultó que Spirit mantuviera su cuota de mercado.
En el primer trimestre de 2024, Spirit Airlines reportó ingresos operativos totales de $1,265.5 millones, una disminución del 6.2% en comparación con el año anterior. Los ingresos totales por ASM (ingresos por milla-asiento disponible) fueron de 9.38 centavos, una disminución del 8.2% en comparación con el año anterior, con un aumento del 2.1% en la capacidad. Los ingresos totales por segmento de vuelo de pasajeros fueron de $117.03, una disminución del 8.1% en comparación con el año anterior.
En el segundo trimestre de 2024, los ingresos operativos totales fueron de $1,280.9 millones, una disminución del 10.6% en comparación con el año anterior. Los ingresos totales por ASM fueron de 9.05 centavos, una disminución del 12.1% en comparación con el año anterior, con un aumento del 1.7% en la capacidad. Los ingresos totales por segmento de vuelo de pasajeros fueron de $108.46, una disminución del 15.3% en comparación con el año anterior.
En octubre de 2024, Spirit Airlines reveló en una presentación regulatoria que había identificado aproximadamente $80 millones en medidas de reducción de costos, que incluían una reducción de la fuerza laboral. También acordó vender 23 aviones a GA Telesis por aproximadamente $519 millones para generar liquidez. Estas medidas fueron vistas como intentos desesperados por parte de la aerolínea para mantenerse a flote en medio de una crisis financiera cada vez más profunda.
En noviembre de 2024, las conversaciones de fusión con Frontier Airlines se reanudaron en octubre de 2024, pero finalmente fracasaron en noviembre. Este colapso dejó a Spirit sin opciones claras para evitar la bancarrota. La falta de un acuerdo de fusión significó que Spirit no pudo asegurar el apoyo financiero y operativo necesario para superar sus dificultades económicas.
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En noviembre de 2024, Spirit Airlines comenzó a prepararse para declararse en bancarrota bajo el Capítulo 11, lo que le permitiría reestructurar su deuda y continuar operando mientras negocia con sus acreedores. La aerolínea está en conversaciones avanzadas con la mayoría de sus tenedores de bonos para llegar a un acuerdo de reestructuración. Este proceso es crucial para que la aerolínea pueda reorganizar sus finanzas y evitar la liquidación completa.
Declararse en bancarrota es un proceso legal que permite a una empresa o individuo que no puede pagar sus deudas reorganizarse o liquidar sus activos bajo la supervisión de un tribunal. Existen diferentes tipos de bancarrota, y cada uno tiene sus propias reglas y procedimientos.
El Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos, también conocido como «bancarrota de reorganización«, es una forma de bancarrota que permite a una empresa continuar operando mientras reestructura sus deudas y activos bajo la supervisión de un tribunal. Este proceso es comúnmente utilizado por grandes empresas que buscan evitar la liquidación completa y mantener sus operaciones en marcha.
El proceso del Capítulo 11 comienza con la presentación de una petición de bancarrota en un tribunal federal. Una vez aceptada la petición, se detienen todos los esfuerzos de cobro por parte de los acreedores, lo que se conoce como suspensión automática. La empresa continúa operando como «deudor en posesión«, manteniendo el control de sus activos mientras se desarrolla el plan de reorganización. La empresa propone un plan para pagar a los acreedores, que puede incluir la renegociación de deudas, la venta de activos no esenciales y la reducción de costos operativos. El tribunal revisa y aprueba el plan de reorganización, que debe ser en el mejor interés de los acreedores. Finalmente, la empresa implementa el plan de reorganización y continúa operando bajo los términos aprobados por el tribunal.
LATAM Airlines se declaró en bancarrota el 26 de mayo de 2020 y salió del Capítulo 11 el 3 de noviembre de 2022, reestructurando sus operaciones y continuando sus servicios. Avianca se declaró en bancarrota el 10 de mayo de 2020 y salió del Capítulo 11 el 1 de diciembre de 2021, reestructurando sus operaciones y continuando sus servicios. Aeroméxico se declaró en bancarrota el 30 de junio de 2020 y salió del Capítulo 11 el 17 de marzo de 2022, reestructurando sus operaciones y continuando sus servicios. Virgin Atlantic se declaró en bancarrota el 4 de agosto de 2020 y salió del Capítulo 11 el 3 de septiembre de 2021, reestructurando sus operaciones y continuando sus servicios.
En noviembre de 2024, Spirit ha asegurado a sus empleados y clientes que las operaciones continuarán normalmente durante el proceso de bancarrota. La aerolínea espera que los empleados y clientes no se vean afectados significativamente mientras se lleva a cabo la reestructuración. Sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro de la aerolínea puede generar preocupación entre los empleados y los clientes, quienes dependen de la estabilidad y continuidad de los servicios de Spirit.
El futuro de Spirit Airlines con la bancarrota depende de su capacidad para reestructurar su deuda y adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado. La aerolínea está trabajando en estrecha colaboración con sus acreedores para encontrar una solución que le permita continuar operando y servir a sus clientes. La reestructuración exitosa bajo el Capítulo 11 podría permitir a Spirit emerger como una aerolínea más fuerte y competitiva, capaz de enfrentar los desafíos del mercado de la aviación.
La situación de Spirit Airlines es un recordatorio de los desafíos que enfrentan las aerolíneas de bajo costo en un mercado altamente competitivo y volátil. A medida que Spirit Airlines se prepara para la bancarrota, su futuro sigue siendo incierto, y dependerá de su capacidad para reestructurar su deuda y adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado. La historia de Spirit Airlines también destaca la importancia de la gestión financiera prudente y la capacidad de adaptación en la industria de la aviación.
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