Uno de los factores clave para ser productivo es gestionar bien el tiempo. Sacar el máximo rendimiento a cada minuto que dedicamos a una actividad es fundamental para alcanzar nuestros objetivos laborales y personales. Concentración, esfuerzo y conocimiento deben fusionarse para que demos nuestra mejor versión. Para ello, necesitamos dejar a un lado las distracciones y encarar nuestra tarea con el tanque de energía lleno, algo que no siempre es sencillo. Afortunadamente, existen diferentes fórmulas que nos acercan a esa perfecta gestión del tiempo. Una de las más curiosas es la técnica pomodoro.
¿Cómo puede un tomate ayudarnos a aumentar nuestra productividad? Te lo explicamos.
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Francesco Cirillo es ingeniero informático y fundador de una reconocida consultoría de negocios con sede en Berlín, Cirillo Consulting. En su camino hacia el éxito profesional, siempre tuvo claro que la gestión del tiempo jugaría un papel importante. Con el objetivo de encontrarla, a finales de los 80 comenzó a utilizar un temporizador en forma de tomate que tenía en su cocina. El utensilio contabilizaba siempre el mismo periodo de tiempo, 25 minutos. Cirillo, todavía en su etapa universitaria, se decidió a utilizar ese tiempo fijo para dividir sus esfuerzos. Un pomodoro, un descanso, un pomodoro, un descanso… Y el método funcionó.
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La técnica pomodoro consta de dos etapas que se repiten en el tiempo. En el caso de Cirillo, trabajaba en periodos de 25 minutos y después, realizaba un descanso de 5 minutos. Ya sea manteniendo los mismos tiempos, o adaptándolos a tu realidad o la de tu equipo, estos son los pasos que debes seguir para aplicar el método:
La técnica proporciona una serie de ventajas que aumentarán tu productividad:
Ya sabemos cómo organizar el trabajo y qué hacer durante los 25 minutos del pomodoro. Pero, ¿y en los descansos? Se recomienda realizar alguna actividad que nos relaje y oxigene nuestra mente, pero que nos mantenga activos. Pasear, escuchar música, estirarse, prepararse un café, comer algo ligero… Y, 5 minutos después, enfocarse en la siguiente tarea.
Por Isabel Ariza y Borja Santamaría
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