Durante décadas, obtener un MBA en una universidad de elite Estados Unidos, como Harvard, Wharton o Stanford, ha sido considerado un pasaporte hacia el éxito profesional. Estas instituciones han sido sinónimo de excelencia académica, redes de contactos de élite y oportunidades laborales en las empresas más prestigiosas del mundo. Sin embargo, en los últimos años, el panorama ha comenzado a cambiar.
Según un informe de The Wall Street Journal, el 23 % de los recién graduados de Harvard no tenían empleo tres meses después de graduarse en 2024, una cifra que ha aumentado significativamente en comparación con años anteriores.
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Este fenómeno no es exclusivo de Harvard; otras escuelas de negocios de renombre también enfrentan desafíos similares, lo que plantea preguntas sobre el valor actual de un MBA en un mercado laboral en constante evolución.
Las cifras son preocupantes. En 2022, solo el 10 % de los graduados de Harvard no tenían empleo tres meses después de completar su MBA. Para 2023, este porcentaje se duplicó, alcanzando el 20 %, y en 2024, llegó al 23 %. Este aumento no se limita a Harvard.
Otras instituciones como la Wharton School de la Universidad de Pennsylvania y la Stanford Graduate School of Business, también han reportado incrementos en las tasas de desempleo entre sus graduados.
Por ejemplo, en Wharton, el porcentaje de graduados sin empleo tres meses después de la graduación aumentó del 8 % en 2022 al 12 % en 2023. En Stanford, la cifra pasó del 7 % al 11 % en el mismo período.
Aunque la mayoría de los graduados eventualmente consiguen empleos bien remunerados (el salario promedio de un graduado de Harvard es de 175,000 dólares al año, según datos de la escuela), el tiempo que les toma encontrar trabajo se ha prolongado.
El número de graduados de MBA que buscan empleo meses después de graduarse se ha duplicado desde 2022, y en algunas universidades, incluso se ha triplicado.
Varios factores explican este fenómeno. En primer lugar, el mercado laboral global ha experimentado cambios significativos en los últimos años. La pandemia de COVID-19, la inflación y la incertidumbre económica han llevado a muchas empresas a reducir sus presupuestos de contratación.
Sectores tradicionalmente populares entre los graduados de MBA, como la consultoría y la banca de inversión, han sido particularmente afectados. Por ejemplo, McKinsey & Company, una de las firmas de consultoría más grandes del mundo, redujo su tasa de contratación de MBA en un 15% en 2023, según un informe de Financial Times.
En segundo lugar, la competencia por puestos de trabajo ha aumentado. Con más personas buscando empleo en un mercado laboral ajustado, incluso los graduados de las universidades más prestigiosas enfrentan desafíos para destacarse. Además, las empresas están priorizando habilidades técnicas y experiencia práctica sobre títulos académicos, lo que ha llevado a algunos empleadores a cuestionar el valor de un MBA tradicional.
Ante este escenario, las universidades están tomando medidas para apoyar a sus estudiantes. Por ejemplo, la Kellogg School of Management de la Universidad Northwestern ha implementado programas de desarrollo profesional más robustos, lo que ha permitido reducir la tasa de desempleo entre sus graduados del 13 % al 8 % en cinco meses.
El panorama actual no solo afecta a los graduados de MBA de élite, sino que refleja una tendencia más amplia en la sociedad: la creciente desilusión de los jóvenes, especialmente de la generación Z, aquellos nacidos entre mediados de los años 90 y principios de los 2010, con la educación universitaria tradicional.
Cada vez más, los jóvenes perciben que un título universitario no es garantía de un sueldo significativo ni de estabilidad económica. Esta percepción ha llevado a muchos a cuestionar el valor de invertir tiempo y dinero en una educación superior, especialmente cuando hay alternativas que ofrecen resultados más inmediatos y tangibles.
La generación Z, a diferencia de generaciones anteriores, que veían la universidad como un paso casi obligatorio hacia el éxito, muchos jóvenes de hoy están optando por carreras en oficios manuales y técnicos.
Esta tendencia no es casual. Según un informe de The New York Times, muchos oficios manuales están experimentando una escasez de trabajadores calificados, lo que ha llevado a un aumento en los salarios y a una mayor estabilidad laboral.
Según el Graduate Management Admission Council (GMAC), alrededor del 85 % de los graduados MBA consiguen empleo o mejoran el rango de actividad profesional en los tres meses posteriores a la finalización de dicho programa. Este dato evidencia la alta demanda de profesionales cualificados en administración y dirección de empresas como consecuencia de su nivel de competencia y destrezas para gestionar los desafíos contemporáneos de las organizaciones.
Además de mejorar las perspectivas de empleo, un MBA impacta significativamente en la remuneración de los graduados, quienes, en promedio, observan un aumento salarial del 50 % en comparación con los ingresos que recibían antes de estudiar el programa. Este incremento refleja, de nuevo, la alta valoración del mercado hacia las habilidades estratégicas, analíticas y de liderazgo que se potencian en un Máster MBA.
Tales competencias son también cada vez más importantes en cualquier tipo de entorno laboral, independientemente del sector o puesto a desempeñar. Todo ello se debe a la complejidad del panorama empresarial actual, que exige profesionales capaces de liderar equipos con eficacia y promover la innovación en un entorno dinámico y caracterizado por la digitalización.
Por ejemplo, un MBA de una universidad de elite sigue siendo una inversión valiosa para muchos. Los graduados de estas instituciones tienden a tener salarios iniciales más altos que los de otras escuelas. Por ejemplo, el salario promedio de un graduado de Wharton es de 165,000 dólares al año, mientras que en Stanford es de 180,000 dólares, según datos de U.S. News & World Report.
Además, las redes de contactos que se construyen durante el programa pueden abrir puertas a oportunidades únicas a lo largo de la carrera.
Sin embargo, es importante que los futuros estudiantes consideren cuidadosamente sus objetivos profesionales y el costo de obtener un MBA. Con matrículas que superan los 150,000 dólares en algunas universidades, el retorno de la inversión no está garantizado.
Los candidatos deben evaluar si las habilidades y conexiones que obtendrán justifican el gasto, especialmente en un mercado laboral cada vez más competitivo.
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