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Ahorra hasta 20 horas a la semana: Hábitos diarios para mejorar la productividad

Por | octubre 30, 2024

Mejorar la productividad y aprovechar al máximo el tiempo en una vida ajetreada es clave para alcanzar un buen equilibrio entre el trabajo y el ocio. A continuación se presentan varios hábitos diarios que pueden ayudar a aumentar la productividad y gestionar mejor las tareas cotidianas. Algunos de estos consejos están respaldados por la ciencia, mientras que otros son estrategias prácticas que han demostrado ser efectivas.

Aprovechar tiempos muertos

El primer hábito consiste en utilizar eficazmente los tiempos muertos. Muchas personas pasan tiempo en trayectos, esperas o en pausas entre tareas. En lugar de distraerse en redes sociales, se puede implementar la técnica «Getting Things Done» de David Allen, que sugiere organizar las tareas en listas por contextos. Esto permite realizar actividades durante esos momentos de espera. Por ejemplo, se pueden crear listas de lectura o de compras para usar en el tren o mientras se espera una cita.

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Según un estudio realizado por la consultora de productividad Time Doctor, el 70% de los trabajadores en promedio pasa al menos dos horas al día en tareas que pueden considerarse como “tiempos muertos.” Usar aplicaciones como Notion o Trello puede ayudar a planificar y llevar un seguimiento de estas tareas. Sin embargo, es esencial reservar espacios para relajarse y desconectarse, asegurando así un buen rendimiento mental.

Trabajar en bloques de tiempo

El segundo hábito mejorar la productividad incluye la práctica de concentrarse en una sola tarea durante períodos prolongados. Cambiar de tarea puede contribuir a la pérdida de enfoque, a lo que se conoce como «residuo de atención.» Estudios han demostrado que el 40% de los empleados se distraen con facilidad, lo que afecta su productividad. Para combatir esto, es más efectivo establecer bloques de tiempo dedicados exclusivamente a una tarea específica. Esto no solo incrementa la eficiencia, sino que también permite una profunda concentración.

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Establecer un ambiente propicio para trabajar es otro aspecto crítico. Activar el modo «no molestar» en el teléfono y utilizar aplicaciones que limiten el acceso a redes sociales y páginas web distractoras puede ser fundamental. Además, usar auriculares con cancelación de ruido ayuda a mantenerla concentración, permitiendo un enfoque más profundo y productivo en las tareas.

La importancia de decir «no»

Un tercer hábito mejorar la productividad es aprender a decir «no.» La gestión de prioridades es crucial para alcanzar los objetivos deseados. Es fácil dejarse llevar por compromisos que pueden resultar en distracciones. Sin embargo, tener claridad sobre las metas personales facilita estas decisiones. Un informe de la American Psychological Association sugiere que el 62% de los trabajadores sienten que tienen demasiadas responsabilidades sobre sus hombros. Al priorizar tareas importantes, aprender a decir «no» a compromisos que no aportan valor se convierte en una opción más sencilla.

Multitasking de calidad

El cuarto hábito se refiere al «multitasking de calidad.» Si bien en general se desaconseja efectuar múltiples tareas porque puede afectar la eficiencia, existe una excepción. Combinar actividades mecánicas que requieren poca atención con tareas más exigentes puede ser beneficioso. Por ejemplo, mientras se cocina o se conduce, es posible realizar una llamada a un amigo o escuchar un podcast de interés.

Un estudio de la University of Stanford mostró que las personas que intentan realizar múltiples tareas tienden a perder un 40% de productividad. Sin embargo, si se logra combinar estas tareas de manera efectiva, se puede mantener la eficiencia. Es recomendable establecer claramente cuáles actividades se pueden combinar para no comprometer la calidad del trabajo.

Delegar tareas

El último hábito mejorar la productividad a considerar es la importancia de delegar tareas. Muchas personas pasan un tiempo significativo en actividades cotidianas como cocinar, limpiar o hacer la colada. Estudios indican que estas tareas pueden consumir más de 15 – 20 horas a la semana.

Para salir de este ciclo, es útil delegar responsabilidades a otras personas o recurrir a servicios que faciliten la gestión del hogar. Esto es especialmente relevante para emprendedores y profesionales que trabajan en proyectos personales, donde el tiempo es un recurso valioso.

Un estudio de 2024 realizado por Asana reveló que el 80% de los trabajadores afirma que delegar tareas les permitiría concentrarse mejor en sus responsabilidades principales y incrementar su productividad. Además, el 67% se siente menos estresado cuando confían en otros para finalizar tareas.

Establecer metas claras

Además de los hábitos mencionados, es fundamental establecer metas claras y alcanzables. La metodología SMART (Specific, Measurable, Achievable, Relevant, Time-bound) puede ser muy útil para definir objetivos. Al tener metas específicas y bien definidas, se puede aumentar la claridad y la motivación. De acuerdo con un estudio sobre efectividad personal de *LinkedIn*, los trabajadores que establecen metas logran ser un 30% más productivos en comparación con aquellos que no lo hacen.

Para implementar este hábito, una buena práctica es realizar una revisión semanal, donde se evalúen las metas alcanzadas y se ajusten las metas para la semana siguiente. Esta práctica no solo crea un sentido de responsabilidad, sino que también permite celebrar los logros y mantener la motivación.

Cuidado de la salud mental y física

Por último, no se debe subestimar la importancia del cuidado de la salud mental y física en la productividad. La actividad física regular ha demostrado aumentar la energía y la concentración. Un informe de la World Health Organization afirma que las personas que hacen ejercicio regularmente son un 15% más productivas en el trabajo. Además, practicar técnicas de relajación, como la meditación o el yoga, puede ayudar a reducir el estrés y mantener un enfoque claro.

Implementar estos hábitos puede marcar una gran diferencia en la forma de gestionar el tiempo y las tareas diarias. Desde aprovechar momentos muertos hasta aprender a delegar y establecer metas claras, cada pequeño cambio puede contribuir a una vida más equilibrada y productiva. Adoptar estrategias basadas en la evidencia puede ser el primer paso hacia el éxito personal y profesional, facilitando la obtención de los objetivos deseados en un contexto cada vez más desafiante.

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