El verano trae consigo un alto riesgo para diabéticos. Los días soleados y temperaturas elevadas para las personas con diabetes, puede suponer un reto adicional. Aunque muchas veces no se le presta suficiente atención, el calor puede afectar significativamente la salud de quienes padecen esta enfermedad crónica.
¿Sabías que las altas temperaturas pueden alterar los niveles de glucosa en sangre? Si eres diabético, es esencial conocer cómo el calor puede impactar tu condición y qué medidas tomar para mantenerte saludable en los días más calurosos.
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Durante el verano, el aumento de la temperatura provoca vasodilatación, es decir, la expansión de los vasos sanguíneos. Esto puede hacer que los niveles de glucosa en sangre, o glucemias, sean más bajos de lo habitual. Por esta razón, el verano es un riesgo para diabéticos.
Según Enol Sierra, licenciado en Ciencias del Ejercicio y experto en diabetes, “la vasodilatación mejora la eficacia de la insulina, la hormona encargada de reducir la glucosa en el cuerpo, aumentando la sensibilidad a la misma.”
Este proceso puede resultar en glucemias más bajas, lo cual, si no se controla adecuadamente, podría desencadenar hipoglucemias peligrosas.
El calor no solo afecta los niveles de glucosa, sino que también incrementa el riesgo de deshidratación. La deshidratación, a su vez, dificulta el transporte de glucosa en el cuerpo, complicando aún más la situación para los diabéticos.
Por ello, es crucial mantenerse bien hidratado. Beber agua regularmente ayuda a regular muchos aspectos de la salud, incluyendo el control de la glucosa.
Para evitar complicaciones, es recomendable que los pacientes diabéticos realicen un monitoreo más frecuente de sus niveles de glucosa durante el verano. En palabras del experto, “durante las olas de calor es fundamental estar atentos a posibles hipoglucemias, ya que pueden ser peligrosas, especialmente si la medicación que se está usando tiene un efecto más fuerte debido a las altas temperaturas.”
Los sistemas de monitorización continua de glucosa son herramientas valiosas en esta época del año, ya que permiten un control más preciso. Sin embargo, Sierra advierte que “en momentos de hiperglucemia o hipoglucemia, no se debe confiar exclusivamente en los sensores. Es necesario complementar el control con mediciones de glucosa capilar.”
Para enfrentar el calor de manera segura, los diabéticos deben estar preparados para prevenir y manejar posibles hipoglucemias. “Es recomendable llevar siempre consigo hidratos de carbono de rápida absorción, como geles o tabletas de glucosa, para utilizarlos en caso de emergencia,” sugiere Sierra. En ausencia de estos productos, un sobre de azúcar disuelto en agua puede ser una solución rápida y eficaz.
En cuanto al ejercicio, que es crucial para mantener las glucemias en niveles óptimos, es preferible evitar las horas más calurosas del día y optar por entrenamientos de alta intensidad en intervalos cortos, que presentan un menor riesgo de hipoglucemia.
Finalmente, debido a que muchas personas tienen dificultades para consumir suficiente agua, se recomienda incluir alimentos ricos en agua en la dieta, como frutas frescas (fresas, sandía, melón) y sopas frías, para facilitar la hidratación.
El calor del verano puede presentar desafíos únicos para las personas con diabetes, pero con la preparación adecuada y un monitoreo cuidadoso, es posible disfrutar de la temporada sin poner en riesgo la salud. Mantente hidratado, controla tus glucemias regularmente y toma medidas preventivas para mantener tu bienestar durante los días de calor.
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