Cada fracaso puede ser visto como una oportunidad, pero cuando hablamos de suicidio, las cifras son alarmantes. Según cifras de la ONE el año 2023 tuvo un ligero aumento de la tasa de suicidio de 6.98 suicidios por cada 100,000 personas
de 6 años y más.
Si bien el número es escalofriante, podría ser aún mayor si no se hubieran frustrado otros intentos. Se estima que por cada suicidio consumado, hay 20 intentos fallidos. Es decir, 20 fracasos, pero también 20 oportunidades para prevenir y salvar una vida.
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«La conducta suicida representa un grave problema social y de salud en todo el mundo», afirma Josep Maria Suelves, experto en la Agencia de Salud Pública de Cataluña.
El suicidio es el resultado de múltiples factores, no de una única causa. Aunque su visibilidad ha aumentado, y los números se han incrementado, como señala la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), queda mucho por hacer.
Según Javier García Campayo, psiquiatra del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, el número de suicidios sigue siendo elevado debido a la falta de algoritmos precisos que permitan predecir el riesgo de suicidio en el corto plazo. La mayoría de los factores de riesgo conocidos se relacionan con predicciones a largo plazo, pero necesitamos herramientas que nos alerten en días o semanas.
Los jóvenes entre 15 y 29 años son especialmente vulnerables. Laura Fernández Villa, de Cruz Roja, explica que factores como la impulsividad y la falta de comprensión sobre la irreversibilidad de la muerte juegan un papel importante en menores de 15 años. Situaciones como embarazos no deseados, acoso, abuso físico o sexual, y conflictos sobre la identidad sexual también son detonantes.
Es posible detectar a tiempo a alguien en riesgo de suicidio. Entre las señales más comunes están los comentarios negativos sobre la vida, despedidas inesperadas y verbalizaciones relacionadas con la muerte. En términos no verbales, cambios repentinos de comportamiento, aislamiento, apatía y consumo inusual de alcohol o drogas son claros indicadores de alerta.
Ante la sospecha de que alguien cercano esté en riesgo, es crucial actuar. La Confederación Salud Mental España recomienda hablar abiertamente sobre el suicidio, evitar dejar sola a la persona y retirar cualquier medio peligroso de su entorno. Asimismo, involucrar a otros familiares o amigos cercanos puede ser esencial para persuadir a la persona a buscar ayuda profesional.
La prevención del suicidio requiere la implicación de todos. El suicidio es un fenómeno complejo, pero no inevitable. Cada señal de alerta es una oportunidad para actuar y llegar a tiempo. Mantener una conversación abierta y buscar ayuda profesional puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
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