Colesterol: más que una cuestión de comida
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Colesterol: más que una cuestión de comida

Por | mayo 3, 2024

Cuando hablamos de colesterol alto, automáticamente pensamos en dietas cargadas de alimentos poco saludables. Si bien es cierto que la ingesta de ciertos tipos de comida está directamente relacionada con los niveles de colesterol en nuestro cuerpo, la realidad es que esta no es la única causa. Existen dimensiones ocultas en esta problemática que merecen ser exploradas para una comprensión más completa y un enfoque más efectivo hacia la salud cardiovascular.

Desentrañando su papel y diferentes tipos

El colesterol a menudo se menciona con una connotación negativa, pero antes de discutir las razones de su fama, es importante comprender qué es exactamente y por qué su nivel alto puede ser perjudicial para la salud.

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El colesterol es una sustancia cerosa, similar a la grasa, esencial para el funcionamiento del cuerpo humano. Se encuentra en todas las células y desempeña funciones cruciales como la producción de hormonas y la digestión de alimentos grasos. Aunque el cuerpo produce todo el colesterol que necesita para funcionar adecuadamente, también lo absorbemos a través de alimentos de origen animal como huevos, carnes y productos lácteos.

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Sin embargo, el problema surge cuando el colesterol se acumula en exceso. Esto puede llevar a complicaciones serias de salud, especialmente relacionadas con el sistema cardiovascular. Para entender mejor, es esencial distinguir entre los dos tipos principales de colesterol:

  1. Colesterol LDL (Lipoproteínas de Baja Densidad): Conocido comúnmente como «colesterol malo», el LDL puede ser problemático cuando sus niveles son demasiado altos. Tiende a depositarse en las paredes de las arterias, formando placas que estrechan y endurecen estos vasos sanguíneos. Este proceso, conocido como aterosclerosis, obstruye el flujo normal de sangre y aumenta significativamente el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
  2. Colesterol HDL (Lipoproteínas de Alta Densidad): Este es el «colesterol bueno». Su función principal es recoger el colesterol de otras partes del cuerpo y transportarlo de regreso al hígado, donde puede ser procesado y eliminado del cuerpo. Mantener niveles altos de HDL es beneficioso porque puede ayudar a prevenir la acumulación de colesterol LDL y proteger contra las enfermedades del corazón.

Errores comunes en la dieta que elevan el colesterol

Incluso estando informados sobre qué factores incrementan el colesterol y esforzándonos por mantener una dieta saludable, ciertos errores comunes pueden pasar inadvertidos, afectando negativamente nuestros niveles de colesterol. Aquí exploramos algunos de los deslices más frecuentes que pueden causar un aumento en el colesterol:

  1. Exceso de azúcar: No solo las grasas saturadas tienen un impacto en los niveles de colesterol. Una dieta alta en azúcares también puede provocar que el hígado incremente la producción de colesterol LDL, el tipo de colesterol que no queremos en exceso.
  2. Grasas ocultas: Alimentos procesados que a primera vista parecen saludables pueden estar cargados de grasas saturadas o trans. Es vital leer siempre las etiquetas nutricionales para verificar su contenido real y evitar sorpresas desagradables.
  3. Comer frecuentemente fuera: Elegir opciones saludables en restaurantes es más difícil de lo que parece, ya que no se puede controlar el tipo de grasas utilizadas en la cocina. Comer fuera ocasionalmente no es problema, pero hacerlo regularmente puede contribuir a elevar el colesterol.
  4. Dietas engañosas: Algunas dietas, como la keto clásica, pueden parecer beneficiosas por su popularidad y resultados rápidos en pérdida de peso. Sin embargo, si se basan en un alto consumo de carnes y grasas saturadas, podrían incrementar significativamente los niveles de colesterol.
  5. Alcohol en exceso: El consumo elevado de alcohol tiene múltiples efectos negativos en la salud, incluyendo un aumento en la producción de colesterol LDL.

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Además de la alimentación, hay otros factores que pueden influir en los niveles de colesterol como la falta de actividad física, el tabaquismo y ciertas condiciones médicas (por ejemplo, enfermedades renales o hepáticas, hipotiroidismo, diabetes tipo 2). Incluso algunos medicamentos prescritos para otras condiciones, como los diuréticos, betabloqueantes, corticosteroides, anticonvulsivos, ciertos antidepresivos y algunos suplementos dietéticos, pueden elevar el colesterol.

Es importante recordar que los cambios en el estilo de vida necesitan tiempo para reflejar una mejora en los niveles de colesterol. Ser paciente y consistente con los hábitos saludables es clave para ver resultados progresivos y efectivos. Mantener un control regular con pruebas de colesterol y consultas médicas puede ayudar a ajustar cualquier plan de salud a medida que avanzas en tu camino hacia un bienestar óptimo.