Las decisiones financieras suelen ser las más agobiantes, pues conllevan estar al tanto de una amplia cantidad de factores: ingresos, egresos, matemáticas, porcentajes, sumas, cálculos, presupuestos, entre otros. Aquello que incluya más de uno de estos factores son capaces de estresar a quien desee estructurar sus finanzas. Sin embargo, existe una disciplina que converge las finanzas, la psicología y la neurociencia: las neurofinanzas.
Esta disciplina llega en el momento justo para ayudar a miles de emprendedores que dieron el primer paso en el camino del emprendimiento tras el impacto de la pandemia por el covid-19. A través de ella es posible poner las finanzas en orden y determinar un par de detalles mientras se avanza.
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¿Cómo afectan las emociones al tomar decisiones que afectan la formación de su patrimonio? Joselyn Quintero, autora de «Armonía financiera» y conferencista experta en las neurofinanzas, nos elabora las respuestas ante esta inquietud.
«A diferencia de las finanzas tradicionales que implican primordialmente la parte analítica, las neurofinanzas nos ofrecen una explicación biológica de cómo el ser humano toma decisiones en entornos de riesgo e incertidumbre», explica Quintero.
La época de crisis vivida inesperadamente desde los inicios de 2020 hasta hacer efectivo un plan de vacunación a nivel mundial, dejó marcas devastadoras en los mercados, pero, el ecosistema emprendedor repuntó como nunca antes. La sociedad se concientizó sobre la importancia de tener una fuente de ingresos altera –y propia–, pero ¿desde qué perspectiva dieron el paso?
«Somos más sensibles al miedo de perder que al deseo de ganar»
Especialmente durante una pandemia, una gran cantidad de emprendedores inició por temor a la escasez de una fuente de ingresos, cuando se ven en posición de perder su empleo fijo, no quieren tener un jefe… es decir, como si se tratara de un instinto de supervivencia y, empezando un nuevo proyecto a través miedo, puede ser riesgoso, por ello la importancia de prestar atención de dónde vienen cada una de las decisiones financieras.
Conscientemente algunas personas sienten que emprenden porque desean prosperar, alcanzar metas, superarse, pero inconscientemente ese «querer» nace del miedo. La especialista en neurofinanzas establece que cada uno cuenta con la capacidad de reconocer su mundo emocional, por lo que se suele dar un contexto emocional a situaciones perceptivas.
El primer paso en el emprendimiento es evitar confundir el miedo con la incertidumbre, examinemos la frase «tengo miedo de emprender«: el temor a tomar una decisión, es distinto a la incertidumbre que trae hacer algo nuevo y desconocer lo que pueda pasar después.
La incertidumbre es la percepción ante una situación, la cual no se identifica como amenaza pese a carecer claridad de su futuro. Mientras que el miedo es la emoción que nos alerta a un posible peligro o amenaza.
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