La facturación electrónica no es solo una medida para reducir el uso del papel o para la digitalización del sistema fiscal. Su implementación busca mejorar la eficiencia en la recolección de impuestos, reducir la evasión fiscal, y ofrecer a las empresas un sistema más ágil y confiable para el manejo de sus transacciones. Para los gobiernos, representa una herramienta poderosa para el monitoreo y la fiscalización, permitiendo un control más preciso y en tiempo real de las operaciones comerciales.
En República Dominicana, la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) ha establecido la obligatoriedad de la facturación electrónica para un total de 410,696 contribuyentes.
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Esta medida se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio de digitalización del sistema fiscal, alineándose con tendencias globales y con las recomendaciones de organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
De los 410,696 contribuyentes obligados a facturar electrónicamente, el 97.73 % son clasificados como contribuyentes normales, es decir, 401,389 empresas y personas físicas. Este segmento es crucial, no solo por su tamaño, sino porque representa la base sobre la cual se construye la economía formal del país. Los contribuyentes locales, que suman un 2.11% (8,675), y los grandes nacionales, con un 0.15 % (632 contribuyentes), aunque en menor cantidad, son fundamentales por el volumen de transacciones que manejan y su impacto en la economía.
El hecho de que los grandes nacionales estén liderando el camino en términos de certificación y adopción de la facturación electrónica es significativo.
El 74 % de los grandes nacionales ya ha completado el proceso de certificación, lo que muestra un alto nivel de cumplimiento en este sector.
Además, un 22 % está en proceso de postulación, y solo un 3 % aún no ha iniciado el proceso. Esto refleja no solo la importancia que estas grandes empresas le otorgan al cumplimiento normativo, sino también su capacidad para adaptarse rápidamente a cambios regulatorios, una capacidad que puede estar vinculada a su estructura organizativa y recursos tecnológicos más avanzados.
Un aspecto clave en la implementación de la facturación electrónica es el rol que juegan los proveedores de servicios. Según los datos de la DGII, el 81% de los contribuyentes certificados ha optado por utilizar un proveedor de servicios de facturación electrónica. Este dato es revelador, ya que subraya la importancia de contar con apoyo especializado para agilizar el proceso de adopción.
El tiempo promedio para completar la certificación es de 136 días cuando se utiliza un proveedor de servicios, en comparación con los 258 días que toma para quienes optan por hacerlo de manera independiente. Esta diferencia significativa sugiere que la complejidad técnica del proceso puede ser un obstáculo para aquellos que intentan abordarlo sin el apoyo adecuado, especialmente para las pequeñas y medianas empresas que pueden no contar con los recursos internos necesarios.
El avance en la adopción de la facturación electrónica no es uniforme a través de los diferentes sectores económicos. Según los datos de la DGII, el sector «otros servicios» (que incluye consultoría en informática, contabilidad, auditoría y asesoría fiscal, entre otros) lidera la certificación con un 25.3 % del total de contribuyentes certificados.
Este predominio es comprensible, dado que estos sectores suelen estar más familiarizados con la digitalización y las herramientas tecnológicas, lo que facilita su adaptación a nuevos sistemas como la facturación electrónica.
Le sigue el sector «comercio otros», que abarca la venta al por mayor de mercancías, artículos de ferretería, productos farmacéuticos y veterinaria, entre otros, con un 23.6 % de los contribuyentes certificados. Este sector, caracterizado por un alto volumen de transacciones diarias, se beneficia particularmente de la eficiencia que ofrece la facturación electrónica.
El sector «transporte y almacenamiento» también muestra una adopción significativa, con un 6.4 % de los contribuyentes certificados. Este sector es estratégico para la economía, ya que maneja la logística de distribución de bienes en todo el país, y la digitalización de su facturación puede contribuir a mejorar la trazabilidad y la eficiencia operativa.
La emisión de el comprobante fiscal electrónico (e-CF) se ha convertido en un indicador clave de la actividad económica en los sectores que han adoptado la facturación electrónica. En 2024, el sector comercio lidera con un promedio de 395,891 e-CF emitidos diariamente.
Este volumen es un claro reflejo de la importancia del comercio al por menor y al por mayor en la economía dominicana, así como del impacto de la digitalización en la gestión de estas transacciones.
Otros sectores, como el de bancos, asociaciones y corporaciones de crédito, también presentan un alto volumen de emisión, con un promedio de 255,086 e-CF diarios. Demostrando la creciente importancia de la digitalización en el sector financiero, un sector que tradicionalmente ha sido un pionero en la adopción de tecnologías para mejorar la eficiencia y el control.
El sector de comunicaciones, con 93,165 e-CF diarios, también destaca, lo que no es sorprendente dado el volumen de transacciones que maneja y la alta penetración de la tecnología en este sector.
A pesar del progreso notable en la adopción de la facturación electrónica, aún existen desafíos significativos por delante. Para las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), que tienen hasta el 15 de mayo de 2026 para cumplir con la obligatoriedad, es crucial iniciar el proceso de adopción con antelación. La preparación temprana puede evitar contratiempos y facilitar una transición más fluida a este nuevo sistema.
Además, es esencial que la DGII y otros actores clave continúen brindando apoyo y recursos para acompañar a los contribuyentes en este proceso. La capacitación, la asistencia técnica y la concienciación sobre los beneficios de la facturación electrónica serán factores determinantes para lograr una adopción completa y exitosa.
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