Desde el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), han visto como la economía mundial se encuentra en una fase de recuperación gradual como resultado de los acontecimientos de la pandemia del COVID-19, los problemas geopolíticos, los fraccionamientos de las cadenas de suministro de bienes y servicios, así como la distorsión en los mercados de la energía y los alimentos.
Para el caso de las economías emergentes y en desarrollo, la situación parece retomar la senda de crecimiento de largo plazo, en donde se espera un crecimiento de 4.5% en 2023, caso contrario con las economías avanzadas en donde se prevé una contracción en el crecimiento.
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el crecimiento económico mundial se situará en 2.8 % para el 2023, esperando una ligera recuperación en el 2024 con un crecimiento de 3.0 %.
En lo que respecta a la región centroamericana se muestran signos de resiliencia importante ante los shocks externos y el comportamiento de su conglomerado institucional, por lo que existe una oportunidad de mercado para enfocarse en sectores estratégicos, tales como destinar recursos a la Formación Bruta de Capital, tanto desde el lado del sector privado como del sector público.
También resulta importante reflexionar sobre los espirales de riesgos que existen en términos de precios, mano de obra, remuneración salarial y los efectos del cambio climático. En términos de producción, al cierre de 2022, la región centroamericana junto a Panamá y República Dominicana contó con un Producto Interno Bruto (PBI) de US$425.4 mil millones, en donde la inversión total representa en promedio el 24.39% con relación al PIB.
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Además, la región se conforma de una población de 62.2 millones habitantes, la cual la convierte un polo potencial de desarrollo en el ámbito de la infraestructura, especialmente a nivel de los proyectos de construcción. En este contexto, República Dominicana se caracteriza por mostrar el mayor nivel de producción de la región centroamericana, alcanzando los US$112,502.0 millones de PIB al cierre de 2022, presentando el 26.4% de la producción de América Central (US$425,404 millones). En términos poblacionales, República Dominicana es un nicho de mercado de grandes oportunidades, en donde cuenta con una población de 10.63 millones de habitantes.
En este marco, las prioridades de los países de Centroamérica y República Dominicana en el área de construcción pueden variar según las necesidades y condiciones de cada país. Sin embargo, existen algunas prioridades comunes que se observan en la agenda de la industria de la construcción en la región tales como Infraestructura vial climáticamente inteligente, conducente a mejorar la competitividad y la logística; Vivienda asequible y resiliente; Agua mediante su gestión sostenible y el saneamiento para todos; Infraestructura turística; Infraestructura productiva; Generación de energía renovable y limpia; proyectos ferroviarios y las remediaciones en que la industria de la construcción pueda incurrir.
A nivel de inversión, se caracteriza por ser una de las más competitivas de la región, junto a Panamá, alcanzando el 32.98% y el 34.32% con relación al PIB, respectivamente.
Las prioridades en la construcción de infraestructura vial en Centroamérica han estado centradas en mejorar la conectividad y la calidad de las carreteras para facilitar el transporte de personas y mercancías, impulsar el desarrollo económico y promover la integración regional.
Para tal propósito, subrayan los proyectos impulsados por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) en República Dominicana, destacándose las intervenciones “Proyecto Autopista del Coral” por US$70.0 millones y el “Programa de Mejoramiento y Ampliación del Corredor Vial del Este” por US$80.2 millones con una zona de influencia focalizada en la región este de República Dominicana, donde se encuentran los principales polos de turismo y es un sustento importante del crecimiento económico y el empleo del país. De igual forma, se observa el “Plan Nacional de Conectividad y Transformación de Infraestructura Vial de la República Dominicana (PLANACOVIAL)” por US$421.0 millones, mediante el cual se beneficiarán 659,830 dominicanos de las provincias Santo Domingo, San Pedro de Macorís y El Seibo, a través de la mejora en su circulación vial, disminuir el tiempo de recorrido entre provincias, reducir la cantidad de accidentes, e incentivar el turismo en el municipio de Miches.
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Asimismo, se identifica el “Proyecto de Construcción de la Línea 2C del Metro de Santo Domingo” por un monto de US$250.0 millones mediante el cual se reducirán los tiempos y costos de viaje, se incrementarán los niveles de seguridad del transporte con infraestructura de calidad y se reducirá la contaminación ambiental, estimando beneficiar a 770,000 usuarios anuales y generar alrededor de 240 empleos directos permanentes, de los cuales el 53% serían ocupados por mujeres. Se observa la adición a los propósitos de la Red Internacional de Carreteras Mesoamericanas (RICAM) que incluye diversos componentes, entre ellos, sobresale el Corredor Mesoamericano de Integración (CMI), que busca promover la conectividad y el comercio regional.
En este marco, destaca el crecimiento de República Dominicana como hub logístico en Latinoamérica.
De la región RICAM, uno de los principales desafíos es el alto costo de la logística, que se debe en gran parte a las aduanas, lo que afecta la eficiencia y aumenta los costos, se resaltan los avances observados en República Dominicana con relación a la facilitación, tecnológica y la seguridad en las aduanas.
De igual forma, resulta necesario mejorar la capacidad de las carreteras y los puntos fronterizos, así como reparar la infraestructura dañada. Además, se necesita una gestión eficiente y mantenimiento adecuado de la infraestructura de transporte, como también un sistema de información y evaluación numérica para atraer inversiones. La estandarización y la armonización logística también son fundamentales para mejorar la eficiencia en la región.
La pandemia del COVID-19 y los desastres naturales han resaltado la importancia de contar con un sistema de transporte robusto y resiliente, que incluya corredores logísticos alternativos marítimos y aéreos, mediante una red de transporte diversificada.
Por otro lado, la construcción de viviendas asequibles y de calidad es una prioridad para abordar el déficit habitacional en la región. Se busca brindar soluciones habitacionales asequibles y dignas para mejorar la calidad de vida de la población, así como en fortalecer la capacidad de las comunidades para hacer frente a los desastres naturales y el cambio climático. Algunas de las principales áreas de enfoque son la construcción de viviendas seguras; fortalecimiento de la infraestructura y servicios; capacitación y concientización y acceso a financiamiento y programas de vivienda resiliente con subsidios. De acuerdo con Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en promedio, en la región centroamericana, un 15.0% de hogares cuentan con un déficit de vivienda cuantitativo y un 52.0% con un déficit cualitativo.
Este programa representa un hito significativo que se alinea con la agenda de desarrollo propuesta en la región SICA.
El PRINAU-SICA es un plan regional tiene como objetivo fomentar el desarrollo urbano sostenible y la creación de sociedades resilientes en Centroamérica y la República Dominicana. Este plan se coordina con el Plan para la Recuperación, Reconstrucción Social y Resiliencia de la región. En este sentido, es propicio destacar el Programa de Ecoviviendas en República Dominicana, el cual es impulsado por el BCIE y cuenta con una inversión de US$ 250.0 millones.
El acceso a agua potable y saneamiento es otro desafío importante en Centroamérica y la República Dominicana. Garantizar el acceso a agua potable y segura para todos los habitantes es una prioridad fundamental en la región. Esto implica la construcción y ampliación de sistemas de abastecimiento de agua potable, así como la implementación de programas de tratamiento y purificación del agua.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OPS), los países de la región han logrado alcanzar niveles de cobertura relativamente altos en cuanto a los servicios de agua potable por red. Sin embargo, es importante destacar que el acceso universal a estos servicios aún no se ha logrado en su totalidad, ya que el porcentaje de acceso a los servicios de agua va del 99.7% de la población en Costa Rica y 80.5% en República Dominicana hasta niveles significativamente menores en otros países de la región.
En cuanto a los accesos a los servicios de saneamiento, la situación de los países de la región resulta más baja, ya que la región ronda en el 41.9% de la población con saneamiento. Para tal fin, se subraya el apoyo del BCIE por US$486.5 millones para el Proyecto Múltiple de la Presa Montegrande y sus obras Construcción de las Obras Complementarias de Riego y Suministro de Agua.
De igual forma, se acentúa la importancia de esfuerzos paralelos como el proyecto del BCIE en República Dominicana mediante la operación “Fortalecimiento del Financiamiento para el Sector Agropecuario con Enfoque Tecnológico y Sostenible” por US$60.0 millones.
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