En una declaración pública que ha generado gran repercusión, Elon Musk negó haber tenido acceso al proyecto de ley fiscal impulsado por Donald Trump, contrariamente a lo que afirmó el presidente estadounidense. A través de un mensaje en X (antes Twitter), el magnate calificó como «falso» el supuesto conocimiento que tenía del texto legislativo, el cual fue aprobado de forma acelerada por la Cámara Baja.
“No me enseñaron este proyecto de ley ni una sola vez y fue aprobado en plena noche tan rápido que casi nadie en el Congreso pudo siquiera leerlo”, escribió Musk.
Su respuesta se dio tras las declaraciones de Trump, quien, acompañado del canciller alemán Friedrich Merz, afirmó sentirse “muy decepcionado” por las críticas del empresario.
False, this bill was never shown to me even once and was passed in the dead of night so fast that almost no one in Congress could even read it!
https://t.co/V4ztekqd4g— Elon Musk (@elonmusk)
June 5, 2025
El presidente había asegurado que Musk comprendía el contenido del proyecto “mejor que nadie”, y lamentó el deterioro de la relación entre ambos. Sin embargo, la respuesta del CEO de Tesla y SpaceX dejó clara su postura, no solo no participó en la formulación del proyecto, sino que lo considera una «abominación repugnante».
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El desacuerdo entre ambos va más allá del intercambio personal. Musk se refirió directamente al fondo del proyecto de ley, que ya ha sido aprobado en la Cámara de Representantes y ha iniciado su curso en el Senado, bajo control republicano. La propuesta busca renovar los recortes fiscales del primer mandato de Trump (2017-2021) e incluye nuevas medidas, como exenciones a las propinas, horas extra y vehículos fabricados en EE. UU..
Trump ha defendido el plan como “el gran y hermoso proyecto de ley”, pero Musk ironizó al respecto:
“Nunca ha existido una legislación a la vez grande y hermosa. O es grande y fea, o delgada y hermosa”, dijo.
Asimismo, acusó a los legisladores republicanos que apoyaron la propuesta de cometer un «grave error», y cuestionó duramente la rapidez con la que se aprobó sin mayor debate o revisión pública.
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Uno de los puntos más conflictivos del proyecto es la posible eliminación del crédito fiscal para la compra de vehículos eléctricos, lo cual afectaría directamente a empresas como Tesla. Trump sugirió que el enfado de Musk se debe a esta disposición, insinuando que el empresario estaba informado al respecto.
Musk respondió con contundencia, criticando la desproporción en el tratamiento de los distintos sectores energéticos:
“Mantengan los recortes a los incentivos para vehículos eléctricos y energía solar (…) pero eliminen la montaña de basura repugnante del proyecto de ley”, escribió en X.
El debate revela no solo una ruptura entre dos figuras clave del ecosistema empresarial y político de Estados Unidos, sino también una profunda división en torno al modelo fiscal y energético que debería guiar el futuro del país. Mientras Trump prioriza alivios tributarios con enfoque tradicional, Musk exige coherencia en el apoyo a la innovación y a las energías limpias.
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