Aún el mundo está bajo los efectos de la pandemia, más aún las mujeres quienes sufren el crecimiento de la desigualdad en la fuerza laboral. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló en su informe más reciente que solo un 46.8% de las mujeres americanas, en edad de trabajar, pudo obtener un empleo este 2021.
En cifras del PNUD se estimaba para el 2019 que seis de cada diez mujeres latinoamericanas formaban parte activa del mercado laboral, sin embargo esta cifra se redujo durante la pandemia a cuatro de cada diez aproximadamente. Hasta la fecha se conoce que solo el 41% de esas mujeres trabajadoras cuentan con cobertura de seguridad social, por lo que se infiere un alto índice de mujeres ocupando puestos de trabajo informales.
Accede a las historias más relevantes de negocios, bienestar y tecnología. Entérate de nuestros rankings y eventos exclusivos. Suscríbete y recibe en tu correo el mejor contenido de Mercado.
Más del 80% de las trabajadoras se encuentran empleadas en sectores de baja productividad (agricultura, comercio, y servicio), esta proporción no ha cambiado en los últimos 15 años. Debemos avanzar rápidamente hacia respuestas más contundentes que promuevan la productividad e inclusión de las mujeres en el mercado como un factor catalítico para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 (ODS) en su conjunto.
Para ser exactos, según el informe de la OIT en las Américas el empleo de las mujeres descendió un 9,4% como consecuencia de la pandemia. Esto no solo representa el mayor descenso en el empleo de las mujeres, en todas las regiones del mundo sino que también, afecta el progreso que se venía observando en los últimos 15 años, producto de mejoras en las oportunidades educativas y en la disponibilidad de empleos formales en sectores como el de los servicios, entre otras.
Por su parte, la OIT destacó en su investigación la permanencia actual de ‘puestos masculinos’ y ‘puestos femeninos’ como una realidad incontestable en América Latina. Los puestos masculinos son conocidos por los empleos que implican mejores salarios, condiciones laborales y mayor protección laboral. A pesar de los crecientes niveles educativos alcanzados por las mujeres, siguen ocupando los puestos de baja productividad.
La brecha de género en la participación laboral tiene un costo significativo en términos de crecimiento económico pero políticas que abordan estas brechas pueden jugar un rol importante en su acortamiento. Según el BID, la aplicación de políticas de cuidado infantil se traduciría en un incremento del PIB per cápita de entre un 4% y un 6%. Por otro lado, aplicar políticas que incrementen en un 10% la productividad promedio femenina tendría un impacto considerable en el PIB per cápita que varía entre 15% y 25%.
La mirada a largo plazo de cada uno de estos estudios expone los avances importantes en la situación de las mujeres dentro del mercado laboral, tanto en cantidad como en calidad de su participación y cada estudio presenta soluciones para las dificultades que aún deben sobrellevar las mujeres latinoamericanas en este ámbito. La agenda 2030 es muy clara en este tema, sin mujeres no hay desarrollo, y los datos presentados en los cuadernos de investigación de las tres agencias demuestran que esto también aplica al desarrollo económico de la región. (KR)
Con la compra de tu suscripción digital, recibes acceso a contenido premium dentro de nuestra plataforma web.
Acceso exclusivo a noticias, entrevistas y artículos
Acceso prioritario a eventos
Newsletters digitales diarios
Acceso exclusivo a noticias, entrevistas y artículos
Acceso prioritario a eventos
Newsletters digitales diarios
Newsletters especiales y especializados
12 ediciones digitales de Mercado
12 ediciones digitales de Market Brief
Nuevas ediciones al instante en tu correo