Salir a buscar inversores para tu emprendimiento puede ser agotador, y en muchas ocasiones frustrante. Nuestra tendencia será a pensar que no entienden o valoran nuestro proyecto, pero la verdad es que en muchas ocasiones la culpa es solo nuestra. Es por esto que reconocer el valor de una startup debe convertirse en un proceso objetivo, con indicadores concretos.
Y es que antes de salir a enfrentarnos a posibles inversionistas, debemos conocer a fondo nuestro proyecto y darle el valor que merece de manera objetiva.
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Sabemos que es muy difícil hacer conocer el valor de una startup estrictamente profesional de tu propio proyecto, por ello, aquí te dejamos algunos consejos y métodos para tu análisis.
Separa la valoración de tu ego. Todo proyecto que preparamos lleva pasión, cariño y mucho trabajo de nuestra parte. Desde la idea a la concreción de un proyecto viable se generan sentimientos, los que justamente son un obstáculo al momento de valorar nuestra empresa.
Debes ser lo más imparcial posible al momento de valorar, debes recordar que estás evaluando el proyecto, no a ti mismo ni tus capacidades.
El sector de la startup. Debes tener el cuenta el nicho de mercado que estás abordando con tu emprendimiento. Si hay muchos oferentes más, tendrás que buscar cómo diferenciarte para darle mayor valor a tu proyecto.
El equipo. Si cuentas con un equipo experimentado, esto genera mayor confianza en los posibles inversores.
El producto que ofreces. ¿Estás ofreciendo un producto o servicio que funciona actualmente o está en fase de desarrollo?
Métricas. Es muy positivo el que puedas contar con números que mostrar, tales como montos de inversión, reditúo a corto y mediano plazo. Alcance del mercado, etc.
Método “Berkus”. Se basa en una “tabla de hitos” que van sumando valor a una compañía según los va alcanzando.
Scorecard o método de Bill Payne. Se basa en la comparación con empresas de referencia en el sector en el que se mueve la startup. Se desgrana la compañía en una serie de criterios y peso relativo y se asignan puntuaciones a cada apartado: equipo y capacidad de gestión (30%), oportunidad de negocio (25%), producto y tecnología (10%), canales de venta (10%), estado del negocio (10%) y otros (15%).
Método Venture Capital (VC). Toma como referencia la venta de la compañía en un plazo determinado, pensando en el retorno que tendría el inversor. Desde ese punto, se tira hacia atrás hasta llegar a la valoración adecuada para alcanzar los objetivos descritos.
Descuento de flujos de caja. Este método es uno de los más habituales. Para realizarlo, debes disponer antes de un plan de negocio. Se utiliza para medir el valor realizable de una inversión.
Valoración en base a las necesidades de financiación. Este modelo es el más recomendado por expertos inversores. La mejor manera de enfrentarte a los inversores es saber qué necesitas realmente de ellos. Deberás hacerte dos preguntas básicas:
¿Cuánto dinero necesito? y ¿Qué porcentaje de la propiedad de mi startup estoy dispuesto a ceder?
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