[vc_row][vc_column][vc_column_text]ITALIA FUE el primer país europeo afectado por el coronavirus. Una situación que le tomó de sorpresa y puso a prueba tanto a la sociedad como a su sistema de salud. Tras medidas drásticas que tuvieron como objetivo controlar la propagación de la enfermedad, a los italianos le fue difícil adaptarse a una serie de normas que de inmediato cambiaron su tradicional gusto por socializar, y no les permitió seguir disfrutando de los numerosos escenarios, únicos en el mundo, que conjugan belleza, historia y cultura. Afortunadamente, el[/vc_column_text][vc_column_text]panorama dio un cambio a partir del 18 de mayo, tras el anuncio de las autoridades de que ya era seguro para todos la reapertura de las actividades cotidianas, tanto en Roma como en el Vaticano.
Si en siglos pasados aquel periodo de la historia que protagonizó Italia y que se llamó Renacimiento, permitió una revalorización de las antiguas culturas, hoy los italianos y el mundo vuelven a ser testigos de un renacer contemporáneo, con sus riesgos, pero también con sus placeres covidianos. JRD[/vc_column_text][vc_single_image image=»42495″ img_size=»full»][vc_column_text]
CURIOSIDAD:
La tradición de arrojar monedas a la Fontana di Trevi recaudó en 2019 un millón y medio de euros, monto que se usa en diferentes iniciativas benéficas. Este año la cantidad será menor, seguramente, pero ya los visitantes pueden volver a admirar su belleza y lanzar sus monedas.
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