Todo lo que existe en una ciudad forma parte de su historia. Las plazas más emblemáticas conforman el carácter de la urbe otorgándole un gran valor significativo. Por la belleza de su diseño iniciamos nuestro recorrido.
Es la plaza más famosa de Roma, con forma de una elipse perfecta de 240 metros de longitud. Se sitúa a los pies de la basílica de San Pedro, el templo de la cristiandad por excelencia. La construcción de la plaza se llevó a cabo entre 1656 y 1667 de la mano de Bernini, el artista de cabecera del papa Alejando XII.
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Su estilo es claramente barroco, y es por eso que la plaza adquiere un efecto visual de movimiento. Lo más impresionante de la plaza son las 284 columnas que la rodean en forma de pórtico. Cada una de ellas culmina con una estatua que representa un santo diferente tanto de occidente como de oriente. En el centro de la plaza se encuentra un obelisco de 25 metros de alto que fue traído desde Egipto.
El recinto es una obra de arte en sí misma; en ella trabajaron grandes artistas como Miguel Ángel, en la cúpula de la iglesia; Maderno, en la fachada, y Bernini. Es una parada obligatoria para todos aquellos que visitan Roma.
Es la plaza más significativa de la ciudad española. Su construcción concluyó en 1617 y se ubica en la zona que se conoce como el “Madrid de los Austrias”. En aquellos años, el recinto albergó mercados y celebraciones de espectáculos populares. Situada junto a la popular Puerta del Sol, son los dos puntos con más afluencia de turistas del centro histórico de Madrid. La plaza está rodeada por soportales y edificios de tres plantas.
Bajo los arcos quedan numerosas tiendas tradicionales, sobre todo la sombrerería “La Favorita” y varios establecimientos de filatelia y numismática. En el centro se encuentra una de las obras de mayor valor de la ciudad: la estatua ecuestre de Felipe III. Fue elaborada por Giambologna como regalo del Duque de Florencia al rey español. En su origen estaba situada en Casa de Campo y fue Isabel II quien, en 1848, la trasladó a la plaza más antigua de la capital del reino.
A causa de varios incendios y remodelaciones posteriores, en la plaza se puede ver la transformación arquitectónica que ha dado paso a la combinación de varios estilos como el clasicismo, barroquismo, romanticismo, entre otros. Se convierte en una visita indispensable cuando se recorre la capital de España.
La Plaza Roja es la más importante y famosa de la capital rusa. Se construyó a finales del siglo XV, durante el reinado del zar Iván III. Su nombre no tiene relación con el color de los ladrillos que la rodean, como tampoco del que identificaba al comunismo. Se debe a una variación lingüística del ruso antiguo, que tenía una connotación de bonita. Una de las atracciones significativas de la plaza es el sepulcro del dirigente revolucionario Lenin.
Pero si hay una construcción que destaca por encima de todas, esa es la catedral de San Basilio, llevada a cabo en el mandato de Iván “El Terrible” y situada en el extremo sureste. Se erige el monumento en favor a la victoria del zar en la guerra contra Kazán. Son sorprendentes las terminaciones de las torres en formas bulbosas de colores muy vivos. Como dato curioso, en 1984 la Basílica sirvió de inspiración a un ingeniero ruso que creó el videojuego de Tetris. En la Plaza Roja también se ubica el Museo Estatal de la Historia Rusa.
Es una de las plazas más lujosas de París. Fue construida a finales del siglo XVII, y en su centro de la plaza albergó una estatua ecuestre de Luis XVI que durante la Revolución Francesa fue demolida. Prácticamente rodeada en su totalidad por imponentes y sobrios edificios de estilo francés, allí se encuentran diversas tiendas de gran prestigio como Dior y Chanel.
Además, una de las calles que desemboca en la plaza es la Rue Saint Honoré, donde se encuentran firmas de alta costura. Otro de los puntos más famosos de ella es el gran número de joyerías que albergan los porticones, donde los joyeros más reputados decidieron abrir sucursales: Cartier, Van Cleef & Arpels y Chaumet, entre otras. Allí se respira un ambiente de sofisticación.
Precisamente, para conseguir la uniformidad que hay en todas las fachadas que rodean la plaza, el primer elemento que se construyó fue la parte principal de cada bloque. En un lugar destacado de la plaza Vendôme está el hotel Ritz. En el centro de la plaza se ubica una columna de bajo relieve que imita a la columna trajana de Roma situada en el Foro Romano. En ella se cuenta la victoria de la batalla que libró Napoleón en Austerlitz.
Ubicada en una de las avenidas más importantes de Nueva York, entre la Quinta y la Sexta, Rockefeller Plaza es una auténtica atracción en época invernal. Su pista de hielo es una de las atracciones principales de la ciudad y, además de haber figurado como escenario en varias películas famosas, es allí donde se coloca el gigantesco árbol de Navidad que es símbolo de la ciudad, cuyo encendido se convierte cada año en un verdadero acontecimiento.
En esta plaza se encuentran las más famosas tiendas de diseño de la Gran Manzana, así como teatros. Es un centro dinámico y lleno de ambiente, en el que el turista se siente plenamente integrado a la ciudad que nunca duerme. Igualmente allí se encuentra uno de los rascacielos más emblemáticos, el que da su nombre a la plaza, que es el apellido de una de las familias más distinguidas de Nueva York.
Unas vistas gloriosas de toda la ciudad pueden apreciarse desde el lugar conocido como “Top of the Rock”, que no tienen nada que envidiar a las del Empire State.
La plaza es conocida por sus carteles luminosos y la fuente de Eros situada en el centro, que se ha convertido en uno de los iconos de Londres. Además, es de las primeras estatuas de la ciudad elaboradas con aluminio. La plaza fue construida en 1819 para conectar con la calle Regent Street, una calle señorial llena de tiendas típicamente británicas.
Su proximidad con las principales zonas de compras y entretenimiento; su céntrica ubicación en el West End y el hecho de ser la mayor intersección de tráfico, han hecho de Piccadilly Circus un importante punto de encuentro y una atracción turística en sí misma. El ocio es una de las actividades más valoradas por los ingleses y en Picadilly se encuentran los mejores teatros y cines, además de una amplia variedad de restaurantes.
La imagen de la plaza forma parte de la cultura popular a la que, incluso, le han dedicado canciones o exposiciones en la National Gallery.
Es famosa porque en ella encontramos la Puerta de Brandemburgo, uno de los símbolos de la ciudad. Tras la caída del Muro de Berlín, se convirtió en icono de la Reunificación Alemana. Fue construida entre 1788 y 1791 durante el reinado de Federico Guillermo II, y tiene un aspecto similar al Partenón del Acrópolis de Atenas.
Se mantuvo en pie tras las dos guerras mundiales, y en el 2002 se terminaron las obras de su remodelación. Numerosas embajadas fueron trasladadas a esta zona, junto con hoteles y prestigiosas compañías que instalaron sus edificios rodeando la histórica plaza berlinesa.
Este artículo fue publicado en nuestra edición Mercado Colección, 2014.
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