Pasión, sensibilidad y arte: El estilo de vida de Pedro Delgado

Por pferreras | octubre 23, 2021

La pasión por el arte lleva a personas a adquirir obras, incluso, antes de tomar conciencia de que están haciendo una colección. Para Pedro Delgado Malagón, adquirir arte no es una experiencia intimidante, al contrario; es embarcarse en una aventura para toda la vida. “Uno de los aspectos más gratificantes de adquirir obras de este tipo es lo que se aprende de ellas”, comenta el erudito.

El ingeniero civil de profesión, ensayista y escritor, conocido popularmente como “Pedritín”, posee en su haber una cantidad de artículos y objetos artísticos que ha ido acumulando a lo largo de los años, pero todo aquello tiene una razón. El arte llegó a su vida para obsesionarlo y, como todo obsesión que se precie de tal, hay que dedicarle tiempo, muchas horas de sueño, pero sobre todo conocimiento.

“Uno de los aspectos más gratificantes de adquirir arte es lo que se aprende. Los artistas crean obras en la cual reflejan experiencias y su interpretación del mundo que los rodea, al aprender sobre la obra de un artista, aprendemos también sobre nosotros mismos y el mundo en que vivimos. Además, tener arte es una estupenda manera de expresarnos como individuos, sin que necesariamente seamos artistas, y comunica nuestros valores y filosofía”, asegura el intelectual.

‘Mi colección está muy vinculada al arte dominicano porque son mis imágenes, las que me rodean, las que siento propias’

Según Pedritin, coleccionar arte requiere sensibilidad, más que poder adquisitivo y asegura que los conocedores coinciden en que, en principio, se debe adquirir arte porque nos agrada una obra, porque nos sentimos cómodos viviendo con ella y porque representa una afirmación de nuestro gusto.

Además, Pedro Delgado Malagón, desmonta la teoría de que el coleccionista acumula por mero placer, que el coleccionista solo adquiere objetos inertes: “Yo diría que colecciono objetos silentes, como los cuadros, que están vivos. Pero no diría que colecciono libros, y eso que tengo millones de ejemplares, porque los libros sí que te cambian, diría más bien que ellos me coleccionana mí”.

Su pasión por la pintura se remonta a su primera infancia en la casa de sus padres, cuando vivía junto a su tío, Elías Delgado, quien llegó a ser el director de la Escuela de Bellas Artes y de la academia Leonardo Da Vinci. “Cuando abrí los ojos a la vida, ahí estaban los cuadros, construyendo mi paisaje mental”, y agrega que de manera natural, casi sin darse cuenta, esa “especie de urraca sensible”que llevamos todos por dentro, lo condujo a encontrarse en su casa con más de 300 cuadros.

‘Al aprender sobre la obra de un artista, aprendemos también sobre nosotros mismos y el mundo en el que vivimos’

Sin dudas, la pintura marcaría su vínculo con al arte dominicano “porque son mis imágenes, las que me rodean, las que siento propias”, explica, enumerando los artistas que engalanan su colección de arte: Darío Suro, uno de los fundadores de la escuela del modernismo en República Dominicana; Jaime Colson, que participó del momento feliz de la vanguardia española y fue discípulo de Sorolla; o la pintora y pionera en las artes plásticas femeninas dominicanas, Celeste Woss y Gil.

Pero su pasión por poseer los objetos que le despiertan atracción no se reduce solo a la pintura artística. Además, colecciona plumas fuente, encendedores, cortaplumas, relojes y discos de vinilo.

Si bien con los cuadros y esculturas Pedritín dialoga con la mirada, en el caso de las plumas fuente y los relojes su relación es más activa, y durante una semana marca estilo y elegancia con una gruesa Montblanc o una Parker plateada; dos de las grandes marcas que sobrevivirán al tiempo. Un dominicano que vive por el arte y lo expresa en cada una de sus vivencias. (rmm)

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