LOS BIDEN HAN retomado una tradición de mascotas, y llevan a la Casa Blanca a dos invitados súper especiales: Champ y Major. Dos pastores alemanes que se han hecho noticia, como todo lo que rodea a Joe y Jill Biden, que más que anecdótico, es considerado información de primera línea.
Desde la toma de posesión Biden ha tomado decisiones que dan frescura a su gobierno. Mientras que Donald Trump había roto con esta tradición negándose a permitir que se mudara a Washington una mascota de cualquier tipo, Biden trae de vuelta los ladridos a la Casa Blanca.
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Por más de seis décadas, las mascotas de la Casa Blanca “han provisto de compañía y han humanizado la imagen política de los presidentes”. Un hecho más que reconocido por la autora Jennifer Pickens, quien ha publicado un libro que se titula «Pets at the White House: 50 Years of Presidents and Their Pets» (Mascotas en la Casa Blanca: 50 años de presidentes y sus animales). Donde de forma muy amena comenta, “ las mascotas han jugado un papel importante a lo largo de décadas, no solo aportando compañía a los presidentes y sus familias, sino humanizando y suavizando sus imágenes políticas”. O, como dijo el presidente Truman: “Si buscas un amigo en Washington, cómprate un perro”.
Pero así como todo lo que ha rodeado a Biden ha traído luz a los norteamericanos, también las mascotas Champ y Major, dejan al descubierto la inversión anual que el país entero hace en mascotas.
Ciertamente, se ha comprobado que las personas que tienen animales de compañía suelen ser gente más sana y se enfrentan mejor a algunas condiciones como el autismo, la demencia o las enfermedades cardiovasculares, según un estudio publicado por el instituto de investigación Human Animal Bond. Pero se estima que sólo en el año 2020, el gasto en cuidado de mascotas sumó US$ 75.400 millones.
Una inversión considerables, si tenemos en cuenta el monto invertido en otros gastos como la salud. De hecho, en Estados Unidos, se estima que existen alrededor de unos 84.9 millones de hogares y el 68% de ellos tienen una mascota, según Steve King, el director de la asociación American Pet Products (APPA).
Sin embargo, las mascotas se hacen parte de la familia y los servicios para su cuidado pueden ser más que costosos, necesarios. Aunque, luego del confinamiento, las personas hayan comenzado a poner la lupa en sus gastos, justificando el gran contraste.
Y a propósito de prioridades, ahora mismo la humanidad atraviesa uno de los momentos históricos más desafiantes, en el que se ha destinado una gran suma de dinero a mejorar el sistema sanitario de las diferentes naciones y otra inversión significativa en vacunas.
Sin embargo, la inversión destinada para la producción de vacunas no alcanza ni el 50% del dinero invertido en todas las mascotas de los Estados Unidos. La Unión Europea, ha presupuestado para la producción de vacunas, unos 6.200 millones de Euros.
Entonces, cabe preguntar ¿cambiamos de prioridades de consumo durante la pandemia? Quizás la respuesta es un sí, pero es bueno considerar un cambio de paradigma para salir de la crisis actual con una alianza de gobierno, empresas y civiles. Mientras tanto, es muy bueno ver que en la Casa Blanca se retoman las tradiciones con dos amigos peludos, que acompañen y humanicen al presidente.
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