Lee Jay-yong, mejor conocido como Jay Y. Lee, es el líder del grupo tecnológico Samsung y estuvo privado de libertad en Corea del Sur desde enero 2020 por los sobornos que pagó a la red creada en torno a la expresidenta surcoreana Park Geun-hye y a su confidente Choi Soon-sil, conocida como la «Rasputina».
Sin embargo, el surcoreano encuentra la luz nuevamente. El Ministerio de Justicia de Corea del Sur hizo conocer que el líder será concedido con un perdón presidencial –o indulto–; ya disfruta de su libertad condicional.
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«Lamento mucho haber causado inquietud a los ciudadanos coreanos (…) he escuchado y prestado atención a las preocupaciones, críticas y expectativas en torno a mi persona. Intentaré dar lo mejor de mí«, dice Lee Jay-yong mientras se dirigía a su empresa.
El comité del Ministerio que aprueba estos indultos adoptó la decisión tras concluir que el magnate cumple los requisitos para el perdón, pues ya había cumplido el 60% de sus condenas; Lee había sido condenado a cinco años de cárcel originalmente en agosto de 2017 por el pago de estos sobornos dirigidos a obtener un trato favorable de las autoridades y por malversar fondos, ocultar activos en el extranjero y cometer perjurio.
Sin embargo, en febrero de 2018 un tribunal de apelación redujo su condena y le permitió abandonar la cárcel, aunque su caso volvió a dar un nuevo giro en agosto de 2019, cuando una instancia superior decidió imputarle nuevos cargos.
De este modo, sumando su primer encierro entre 2017 y 2018 y los más de seis meses que ha estado ingresado en prisión este año, Lee ha cumplido ya más del 60% de esa pena de dos años y medio de cárcel.
Considerando el impacto de la pandemia y la situación económica tanto local como internacional, la liberación del magnate detrás de Samsung juega un papel clave, pues el conglomerado tecnológico genera el 20% del Producto Interno Bruto (PIB) surcoreano.
Los analistas esperan que la liberación de Lee acelere las inversiones de la compañía en un momento marcado por la escasez global de circuitos integrados, producto del que Samsung Electronic es el segundo fabricante mundial.
Entre los planes de futuro inmediato está la construcción de una fundidora (valorada en unos $ 17,000 millones de dólares) que fabrique estos semiconductores en EE.UU. y aumente la presión competitiva sobre la taiwanesa TSMC, la primera del mundo.
Desde 2014, Lee tuvo que tomar el cargo de la compañía, luego que un infarto dejó incapacitado a su padre, Lee Kun-hee, el hombre que transformó a Samsung en un gigante tecnológico y que falleció el pasado octubre. (efe/pfm)
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