Mucho ha llovido desde que, allá por 2006, Spotify revolucionara para siempre la manera de consumir música y abría un nuevo mercado dentro del siempre innovador mundo del entretenimiento digital.
Se democratizaba así el acceso a millones de canciones, ya no hacía falta comprar discos. Bastaba con abrirse una cuenta gratuita con anuncios o pagar una pequeña suscripción para disfrutar de una biblioteca musical enorme. Ante el interés que el streaming musical sigue generando en la actualidad, vale la pena repasar lo que ocurre en ese sector.
Accede a las historias más relevantes de negocios, bienestar y tecnología. Entérate de nuestros rankings y eventos exclusivos. Suscríbete y recibe en tu correo el mejor contenido de Mercado.
Amazon
El gigante liderado por Jeff Bezos es quizá el adversario más peligroso al que deberá enfrentarse Spotify en su lucha por el liderazgo. Recientemente, Amazon Music alcanzaba los 55 millones de usuarios de pago. Amazon comienza así 2020 con unos datos muy buenos, ya que se hablaba de un crecimiento mundial de la base de usuarios de pago de más del 50 % en apenas un año (el crecimiento en Europa se ha duplicado). Todo ello, sumado al crecimiento parabólico en todos los segmentos de negocio en los que trabaja esta empresa todoterreno. El covid-19 solo ha aumentado esta tendencia.
Apple
La compañía de la manzana se ha visto sorprendida por el enorme éxito que está cosechando Amazon con su servicio musical, pero no por ello ha dejado de luchar por destronar a Spotify. Además, Apple Music cuenta con la ventaja de ser la aplicación de streaming nativa presente en su propio ecosistema, que suele atraer a una base de usuarios de perfil adquisitivo medio-alto, más proclive al pago de suscripciones mensuales para consumir bienes digitales.
Spotify
Más de 124 millones de suscriptores pagan mensualmente su cuota a Spotify para disfrutar de una cuenta premium, es decir, sin anuncios. En 2019, la compañía sueca pionera en el streaming musical obtuvo un beneficio bruto de 522.1 millones de euros. Pero, atención, porque el pastel ahora se reparte también entre otros actores potentes que no quieren que Spotify monopolice este jugoso mercado del ocio.