No es la primera vez que el buscador más usado a nivel mundial se enfrenta ante el pago de multas o demandas de cualquier parte del globo. Parece costumbre atacar a Google; Italia se une la ola, multando a la tecnológica con el pago de $ 102,8 millones de dólares estadounidenses por una posición dominante que le permite controlar el acceso de los desarrolladores de aplicaciones a los usuarios finales.
Según informó la Autoridad garante de la Competencia y Mercado de Italia, la sanción ha recaído en las empresas del grupo Alphabet Inc., Google LLC y Google Italy SRL, por infringir el artículo 102 del Tratado sobre Funcionamiento de la Unión Europea.
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«Hay que recordar que en Italia alrededor de tres cuartas partes de los teléfonos inteligentes utilizan Android. Además, Google es un operador muy importante a nivel mundial en el contexto de la denominada economía digital y tiene una gran capacidad financiera», explica la Autoridad Antimonopolio italiana.
La sanción surge cuando Google le impide la interoperabilidad –capacidad de sistemas para intercambiar información– a la aplicación JuicePass con Android Auto; el sistema operativo Android permite hacer uso de aplicaciones cuando el usuario conduce de acuerdo con los requisitos de seguridad y reducción de distracciones.
El impedimento supone un límite injusto para los usuarios italianos, favoreciendo en cambio a su propia aplicación: «Google ha favorecido su propia aplicación Google Maps, que se puede utilizar en Android Auto y permite servicios funcionales de recarga de vehículos eléctricos«, afirman las autoridades.
Por otro lado, Android Auto difiere de la Autoridad Antimonopolio, pues entienden que la prioridad es garantizar que las aplicaciones se puedan utilizar de forma segura mientras se conduce, basándose en pruebas de distracción del conductor y estándares regulatorios y de la industria.
El empresario español Carlos Vasallo presenta una demanda contra YouTube y Google que acaba de interponer ante la justicia de EE.UU. quiere impedir que «se queden con toda la inteligencia» del mundo.
Vasallo acusa a la plataforma de vídeos de no respetar de manera reiterada los derechos de autor de sus películas y de lucrar con ello en la demanda civil planteada la semana pasada en un tribunal federal de Miami; se recuerda que el empresario es dueño de los derechos de más de 3,000 películas mexicanas.
Durante más de una década ha sido testigo de la piratería en YouTube y peleando para defender la propiedad intelectual de sus filmes. Ha gastado millones de dólares en controlar las violaciones para notificarlas a YouTube e incluso ha tratado de llegar a un arreglo con la compañía tecnológica.
El empresario espera su caso llegue a juicio.
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