Los avances tecnológicos y, especialmente, la velocidad a la que florecen, dificultan predecir cómo serán las cosas a medio, o incluso a corto plazo. Sin embargo, las dirección que toman las innovaciones sí nos permite vislumbrar el futuro de algunos elementos clave de nuestras vidas. Por ejemplo, observando hacia dónde camina el sector de la construcción y la sociedad podemos diseñar, a grandes rasgos, cómo será la casa del futuro.
Tanto «Construction Summit 2023 – La Solidez de un Sector en Constante Crecimiento«, organizado por Mercado Events el próximo 14 de junio, como la revista Mercado Construcción 2023, abordarán las nuevas tendencias que la tecnología aportará al sector de la construcción.
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Un campo del que la vivienda constituye una parte fundamental. Por ello, en este artículo desarrollamos cinco conceptos que ya están marcando las casas del presente y serán imprescindibles en las del futuro.
La domótica es la base de las casas inteligentes. Según datos recogidos por Statista, el 28.8 % de los hogares habrán incorporado estos dispositivos para 2027. El volumen de mercado de este sector puede alcanzar los US$222.9 mil millones.
La primera oleada de domótica ya es una realidad en muchos hogares, con dispositivos como persianas que se accionan con un botón, a distancia. Los avances en este campo no se detienen, creando situaciones que, en muchos casos, podrían parecer sacadas de una película de ciencia ficción.
La domótica nos permite, por ejemplo, controlar nuestros dispositivos (iluminación, aire acondicionado, cámaras de seguridad, electrodomésticos, etc.) sin necesidad de estar en casa, a través de un aplicación. Más si cabe: gracias a la domótica, podemos crear ambientes a la carta con sólo hablar, mover una mano o, incluso, sin necesidad de hacerlo.
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Nuestro sistema puede adaptarse al momento del día, la luz externa o la temperatura para construir atmósferas relajadas, bajar la luz, poner la música más motivante para empezar el día o desprender un aroma determinado para tu momento de lectura. Las opciones son innumerables y pasarán a formar parte de cada vez más hogares.
La IA también abre grandes oportunidades en el campo de la eficiencia energética. Las casas podrán recoger datos, procesarlos y tomar decisiones relacionadas con consumos de electricidad u otras fuentes, que permitirán que las viviendas sean más sostenibles y, además, controlar gastos.
Otra función de la IA en el hogar está relacionada con la seguridad. Estos dispositivos, además de permitirnos ver en tiempo real lo que sucede a través de cámaras conectadas con una aplicación, pueden detectar riesgos, bien sean relacionados con cuestiones ambientales como de robos o asaltos, activando los protocolos previamente establecidos para cada caso.
El mundo de la impresión 3D comienza a aplicarse a campos muy diversos, como la medicina o la alimentación. Esta innovación también puede impulsar novedades importantes en el sector de la vivienda y la construcción.
Las impresoras 3D son capaces de crear materiales para construir casas, por ejemplo diferentes tipos de maderas, de forma sostenible.
La calidad de los materiales será, sin duda, otro ámbito de crecimiento en el mundo del hogar, entendido como diseño y capacidad de aislamiento térmico o sonoro. La impresión 3D puede encajar perfectamente como aliada.
Las innovaciones en el hogar caminarán de la mano con las nuevas formas de vivir en él. Así, en una sociedad cada vez más dinámica y flexible, las viviendas también deben serlo, con espacios integrados y muebles multifuncionales.
El mundo y su velocidad nos obliga a ser adaptables, algo que se transfiere al mundo de los muebles y de la distribución de las casas. Por ejemplo, los separadores de espacios pueden tener un rol importante, permitiendo que la casa se ajuste a nuestras necesidades de aislamiento o integración en cada momento.
También ganarán protagonismo los muebles con tamaño ajustable o fáciles de mover y limpiar, que sirvan para comer, trabajar o puedan ser útiles en caso de visitas improvisadas. El ritmo de vida aumenta y las casas deben estar preparadas.
El trabajo remoto es una realidad creciente a la que, de nuevo, las viviendas deben adaptarse. Así, un hogar del futuro no se entiende sin un espacio similar a una oficina en el que poder trabajar al margen de ruidos y distracciones, con condiciones adecuadas en términos de comodidad o temperatura.
El crecimiento del trabajo remoto ha abierto la puerta, además, al aumento de los espacios de co-living. Son hogares independientes que comparten zonas comunes, y están especialmente ideados para personas que trabajan a distancia o nómadas digitales. Una tendencia al alza.
Borja Santamaría
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